Llegar a una escuela donde no conoces absolutamente a nadie es frustrante, y más si terminas por conocer a Dylan Donnet, un irritante y completo idiota, con un ego grandísimo. Que gracias a él formarás parte de una apuesta. ¿Verdad que es un idiota...
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POV SAM
No podía creer la estúpida reacción de Dylan, esperaba de todo, pero menos lo que acaba de pasar. Prácticamente, me culpa de lo que está pasando, me duele tanto que sea así.
Estaba tan enojada que salí del departamento olvidando sacar las llaves de mi moto y mi cartera junto a mi celular.
Ahora solo me queda ir a casa de mi madre, espero que ella pueda entender mi situación, aunque Verónica siempre ha sido comprensiva y me ha apoyado en lo que he necesitado.
Llamé a un taxi y aunque no lo crean tenía la esperanza de que Dylan bajara corriendo a decirme que lo disculpe, que no supo cómo reaccionar con la noticia y que no fue su intención tratarme de aquella manera. Pero no, creo que esperaba mucho más de él y al no recibir nada me decepciona aún más.
Me subí al auto y le di la dirección al señor taxista, dentro de casi quince minutos llegamos.
— Señor conductor ¿Me puede esperar un momento mientras voy y pido dinero? — dije algo apenada.
— Claro que si señorita, yo la espero.
Fui corriendo a casa y toqué la puerta para que me abrieran, esto sucedió al instante.
— ¿Sam? ¿Qué haces aquí? — pregunta Antonio.
— ¿Me prestas dinero? Tengo que pagarle al taxista.
— Claro. — Él fue por su billetera, me entregó el dinero y fui a pagarle al conductor.
— Muchas gracias, señor. Que tenga buen día.
— Usted también señorita. — dice para después retirarse.
Entré a la casa. Mi madre estaba en la sala con Jean Pool y mi hermano.
— Cariño ¿Pasó algo? — No dije nada lo único que hice fue ir a abrazarla. Hace mucho que no hacía eso.
— ¿Estás bien, Sam? — pregunta Jean Pool.
— ¿Algo te hizo el idiota de Dylan? — dice Antonio.
— Estoy embarazada. — dije nada más, esperando una respuesta que no me haga sentir peor.
— ¡Eso es una hermosa noticia! — Me dice mi madre separándome de ella, con una gran sonrisa. — ¡Seré abuela!
— Eso es maravilloso Sam. ¡Felicidades! — Esta vez es Jean Pool.
— Y el imbécil de Dylan, reaccionó de la peor manera ¿Verdad? — Antonio adivinó tal y como pasó.
Asentí.
— Mi niña, ven para acá. — Mi madre me vuelve a abrazar.
— Pensé que podría quedarme aquí hoy.
— Sam, está es tu casa, así que puedes quedarte el tiempo que desees. — dice Jean Pool.
