Llegar a una escuela donde no conoces absolutamente a nadie es frustrante, y más si terminas por conocer a Dylan Donnet, un irritante y completo idiota, con un ego grandísimo. Que gracias a él formarás parte de una apuesta. ¿Verdad que es un idiota...
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POV SAM
— ¿Están listos chicos?
Estoy algo nerviosa, el no saber aún el sexo de mi bebé, me tiene algo emocionada y como dije antes, estoy nerviosa.
Estamos en casa de los Donnet, acompañados de todos nuestros amigos cercanos, a decir verdad, ni yo ni Dylan tuvimos nada que ver con toda esta reunión, nuestras madres junto con Amy se encargaron de todo y todo les ha quedado hermoso. Agradecida a montones con ellas. Son las mejores.
— Lo que sí estamos es nerviosos, pero si estamos listos. — dice Dylan para mirarme después.
— ¿Estamos listos? ¿No? — Me dice en un susurro.
Asiento. — ¡Si! ¡Estamos listos!
— ¡Bien! Vayamos al patio. — Nos empuja levemente para que salgamos al patio.
Todos los invitados salieron por la puerta que da entrada al patio de la gran casa de los Donnet.
Amy, antes de venir nos dijo que lleváramos ropa de repuesto y que menor viviéramos vestidos de blanco.
Creo ya saber que nos van a ensuciar con pintura.
— ¿Están preparados? — pregunta mi madre. — Creo que estoy igual de nerviosa que ustedes, por no saber el sexo de mi nieto o nieta.
Amy y Luke, se esmeraron en no decir absolutamente nada sobre el sexo de mi bebé. Y creo que a pesar de que mi mamá ayudara con todo esto, no le han dicho absolutamente nada.
— Chicos, vengan. — Nos llama Amy y fuimos inmediatamente hasta donde se encontraba. — Antes de conocer el sexo de tu bebé, tienen que vendarse los ojos.
— ¿Es necesario? — pregunta Dylan, que es lo mismo que yo iba a preguntar.
— ¡Claro que sí! Así que háganlo. — obedecimos sin más que refutar.
POV DYLAN
— ¿Están todos listos? — pregunta Amy, casi gritando.
— ¡Si! — gritamos todos de regreso.
Tomo las manos de Sammie. Nunca pensé que momentos como estos me podrían estar pasando. Siempre creí que sería toda la vida un mujeriego que solo utilizaba a las niñas o que las apostaba por dinero, aunque esa apuesta fue la única que hice, creí también que no encontraría a esa persona que llenaría mi alma vacía, pero después de todo en una de esas cosas que hice, pude conocer a Sammie y su manera de ser fue la que me enamoró y agradezco a todos por estar junto a nosotros.
— Tres... — volteo a ver a Sammie, aunque estemos vendados siento que me sonríe y lo mismo hago yo. — Dos, uno.
Una especie de líquido de todas partes, nos cae por el cuerpo y los invitados empiezan a gritar.
