Una paleta y un beso.

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Alejandro me hablo muy extrañamente por inbox. Y digo extrañamente, porque muy pocas veces habia cruzado palabra con él en la escuela, amigo del primo de mi mejor amiga. Me había preguntado por Iván. Aún más extraño. Le dije que me parecía buena onda… ¿Qué puedo decir? Tenía menos de cuatro meses de conocer a Iván, éramos amigos, buenos amigos, si se puede decir. Como verán él es primo de mi mejor amiga. Ellos iban en segundo año y nosotras en primero. Nada mal. Es decir, es gracioso, inteligente, sinceramente no era el tipo más guapo de la secundaria y sin embargo, tenía algo… algo que en el momento que Alex me pregunto por Iván, me hizo dudar unos minutos, aquella pregunta era rara. Tan rara, que no me resistí a preguntar la razón del cuestionamiento. “Si se te declara ¿Qué le dirías?”Contesto Alex. Bueno, muuuuchas cosas pasaron por mi mente, teniendo en cuenta que nunca lo había visto de esa forma, porque según recordaba a Iván le gustaba Paola, que digo gustaba, le encantaba. Ella es morena, simpática, muy buena estudiante y muy linda. Es de esas chicas que tienen a medio mundo a sus pies. Si, así era Paola, bonita y popular. Como sea, recuerdo que desde que Alex puso esa pregunta en mi mente, saco a volar muchas ideas… Bien, es lindo, caballeroso, es divertido, tenemos muchas cosas en común, una vez hasta me defendió de unos idiotas de su salón, que estaban molestándome. Y sin mencionar, que yo no era de las chicas que tienen muchos amigos, y digo, amigos varones. Él era de los pocos con los que había congeniado muy bien, en poco tiempo se había ganado mi confianza. Si no es que el único. Hasta recuerdo haberle dicho a Andrea, una de mis mejores amigas, “creo que él es mi mejor amigo, me cae súper bien”. Como dicen, sabes que has conocido a alguien especial cuando en poco tiempo se ha convertido en alguien importante. Bueno, así fue Iván.

Recuerdo que le pedía a Andrea, que le preguntara a Iván que era lo que pensaba de mí… Supongo que así comenzó todo. Y realmente comenzó rápido, o quizá fue el hecho de que nos gustábamos mutuamente desde hace tiempo sin darnos cuenta. Si, quizá fue eso. Hablábamos casi todos los días. Y recuerdo muy bien, que lo que me dijo Alex fue un jueves. Iván me pidió ser su novia un Lunes, Lunes 28 de Noviembre. Si, lo recuerdo bien, su idea de declaración romántica era hablar los dos solos en el patio de la escuela, en el receso, decirme que le gustaba mucho, que era una princesa y que él quería ser mi príncipe (o algo así), seguido de un dibujo con nuestras iniciales y una paleta de corazón. Muy creativo, supongo.

Yo había tenido un par de novios antes de él, pero nada lo suficientemente relevante para ser mencionado. No pasaba de un mes, de una semana o, en una ocasión, de una estúpida apuesta. Supongo que no soy como Paola, me cuesta un poco hacer amigos, mi hipótesis es que a veces asusto a las personas.

En fin, acepte. Como les digo, así comenzó todo. Con una declaración de amor y una paleta de corazón. Realmente yo en ese momento, no sabía lo que hacía, estaba… improvisando. Pero no tenía miedo, porque conocía a Iván, en mi mente, el jamás haría algo para lastimarme. Era especial, y algo en mi interior sabía que darle una oportunidad no estaba del todo mal, que no era un completo error. Sin embargo, ese algo no sabía hasta donde llegaríamos, no sabía lo importante que llegaría a ser. Siempre hubo emoción y terror. Porque como saben, lo que mucho te importa, mucho puede llegar a derrumbarte. Pero obviamente, uno cuando comienza una relación no piensa en el final, o en como acabara. Yo, se los juro, en ese momento pensaba en decírselo a mis amigas y gritar ya tengo novio. Por favor, no rían. Era una niña tonta. De primero de secundaria.

Supongo que, no hay mucho que contar: Mensajes cursis, me tomaba de a mano, me ayudaba con mi mochila, me sorprendía con un chocolate de vez en cuando, hablábamos de todo, palabras lindas y apodos (de esos que a veces dan ganas de vomitar). Olvidaba mencionar, que él fue de esas personas que a la semana , me dijo te amo. La primera vez que lo dijo, en serio, me aterrorice, a mí me gusta y lo quería, y cuando él me dijo eso, pensaba "¡tranquilo, vas muy rápido!" Porque como lo había mencionado, no había tenido mucha “experiencia en mi vida amorosa” mejor dicho, NADA de “experiencia en mi vida amorosa”. Es decir, yo pensaba esto es un novio de verdad pero ¿Qué se hace cuando te dicen eso?  La verdad es que la primera vez que me lo dijo, no le respondí con un “yo también”. La verdad es que no recuerdo que le respondí. Solo recuerdo que cuando me lo volvía a decir, me limitaba a decirle “te quiero mucho” o “te adoro”. Que inteligente de mi parte ¿no lo creen?

Bueno, Noviembre dio paso a Diciembre, y organizábamos una posada en casa de Andrea, vivía en un lindo lugar, un bello fraccionamiento con un gran lago artificial y hermosas áreas verdes. Definitivamente, un romántico lugar en el cual uno puede estar con su pareja, acostarse en el pasto y observar las estrellas.

Por cierto, una vez a la salida, después de clases quiso robarme un beso, de lo apurada que estaba por que el transporte escolar no se fuera sin mí, la verdad ni me di cuenta lo que intentaba, yo moví el cachete porque lo interprete como una simple despedida, no se rindió a la primera y se movió nuevamente, y yo lo hice también. Reí. Yo pensaba que estaba jugando o algo. El reclamándome dijo “bueno no quieres que te bese o que” (algo así) En ese momento entendí lo que estaba tratando de hacer… Una parte de mí se sintió aliviada, no quería que nuestro primer beso fuera ahí, así. No quería que MI primer beso fuera de esa forma. Quería que fuera especial. Otra parte de mí se sintió culpable, demonios, obvio quería besarlo. Bueno, no tuve que esperar mucho porque un 16 de Diciembre, en la posada en casa de Andrea nos dimos nuestro primer beso. Y no es por nada pero yo siempre presumo que mi primer beso fue… mágico.

Todos los amigos salimos al parque en la noche, a caminar, platicar y bajar lo que habíamos comido. Iban varias parejas de novios entre nuestro grupo de amigos, y entre ellos estábamos Iván y yo. Como supusieron, los amigos solteros, las parejitas no tardaron mucho en separarse e irse cada quien por su lado, para buscar un poco más de privacidad. Si, también pensamos lo mismo nosotros. Nos perdimos de los demás, estábamos caminando, mientras escuchábamos música del celular de Iván y platicábamos. Nos sentamos en una banca, se acercó poco a poco… Y casi, nos besamos. Antes de hacerlo, Iván se había dado cuenta que Andrea y Lili estaban detrás de un arbusto espiándonos. Me tomó de la mano y corrimos a otro lado a perdernos de su vista. Terminamos en un lindo y cómodo lugar, en frente del lago, a luz de la luna, bajo mil estrellas. Seguíamos platicando de cualquier cosa, estábamos abrazados. Muy juntos, luego me miro y yo a él, nos estábamos acercando un poco más y más… Y BOOM, nos besamos. Parecía perfecto, sentí ese asdfghjklñ en la boca del estómago, me sentía sensacional… me sentia feliz. Lo abrace más fuerte y le dije lo mucho que lo quería, por cierto, creo importante mencionar que lo deje manchado de labial. Solo se me ocurría quitárselo con otro beso, pero no creo que eso hubiera ayudado más que como una excusa para besarlo. Así que solo me limite a quitárselo con el pulgar. Aunque si lo bese en más ocasiones ese mismo día. Al fin y al cabo, saldríamos de vacaciones pronto y no lo vería en Navidad ni Año Nuevo. Después de un rato platicando decidimos buscar y regresar con los demás, y yo le tenía un regalo a él y él uno para mí. Mencionando que mis padres no me daban dinero para gastar, rompí mi alcancía y le compre un regalo de Navidad (a pesar de que no tenía ni idea que se le tenía que regalar a un novio en Navidad), mi regalo fue un lindo dibujo que me había esmerado en dibujar y colorear yo misma, y un peluche en forma de rana. Rezaba con todas mis ganas que le gustara y me decía a mí misma constantemente que ya tendría dinero luego para comprarle algo mejor. Él me regalo un hermoso oso de peluche, al que le dejo impregnado su aroma y venía con una bolsa de chocolates (él bien sabía lo que me gustaba y me apenaba que yo no lo conociera tan bien como el me conocía a mi). Por cierto, solo como dato curioso, al oso le puse por nombre Pancho, no es muy creativo lo sé, pero Paulina, una amiga, se lo puso y pues, se le quedó. Además si tiene cara de Pancho. Luego pensé, tendré que decirles a mis padres que tengo novio o buscar una buena explicación para la existencia de Pancho. Realmente no recuerdo que de las dos cosas hice. Supongo que la segunda, pero no soy muy buena mentirosa así que tuve que decir la verdad.

Ese día fue muy especial para mí. Fue uno de esos días que quieres repetir una y otra vez, que no importa hace cuanto haya pasado cuando los recuerdas te hacen sonreír.  Los llamo “Días perfectos a su lado” Muy cursi, lo sé. Mejor, solo llamémoslos “Días perfectos”.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2015 ⏰

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