AIRE

Narra ????

Y NO LO VI, NO LO ESQUIVE, PERDÍ EL CONTROL.... ME DESMAYE...

Abrí mis ojos lentamente, encontrándome sumido en una espesa oscuridad, me sentía aturdido y desorbitado, con cada respiro que daba sentía como se quemaban mis pulmones, no comprendía que sucedía, comencé a levantarme, sintiéndome a desfallecer a cada segundo, un fuerte dolor se hizo presente en gran parte de mi cuerpo, mis piernas temblaban y mi brazo derecho no me respondía. Intente recordar lo que había sucedido, pero mi mente estaba nublada por un espesa nube gris, mire a mi alrededor intentando descifrar en donde me encontraba, pero solo podía ver oscuridad. Fue en ese momento que una potente luz hizo aparición frente a mí, esta me cegó por unos breves segundos, pero poco a poco mis ojos se acostumbraron a ella, me mantuve quieto unos momentos mirándola fijamente, hasta que comencé a caminar en su dirección, algo dentro de mí me obligaba a avanzar hacia la luz, mis piernas me fallaron haciéndome caer fuertemente contra el frio y duro suelo, alce mi mirada sin dejar de observar aquella luz, y estire mi brazo izquierdo tomándolo como un apoyo que me permitiera arrastrarme hacia ella, lentamente me acercaba y podía sentir su calidez cubriendo mi cuerpo, fue en aquel instante que sentí como algo sujeto mis piernas y me arrastro con fuerza alejándome de la luz, regresándome a la oscuridad, en donde nuevamente perdí la conciencia.

*La noche anterior.

Narra Autor

El olor a alcohol, tabaco y perfume barato, eran evidencia de la alocada noche del pelirrojo el cual se encontraba manejando de regreso a su casa donde vivía con su esposo con el que llevaba ya 9 años casado.

Al llegar a su hogar estaciono en el garaje, salió del auto y camino hacia la puerta que conectaba la casa con aquel lugar, adentrándose en ella. Camino por el pasillo hasta llegar a las escaleras que ascendían al primer piso, subió con lentitud y camino hasta la habitación, percatándose de la luz que sobresalía en la pequeña separación de la puerta y el suelo, sabia lo que vendría, lo cual era ya inevitable, desde unos meses atrás, las discusiones eran algo que se había convertido en una rutina diaria y todo a raíz de un error cometido por él, el cual involucraba a cierta peligüera con la que había mantenido relaciones por un tiempo, y por un desafortunado incidente en el que ambos se encontraban en un apasionado momento en su oficina, en el cual sin avisar y esperando dar una sorpresa a su esposo el pelinegro hizo su aparición en esta, solo para encontrarlo teniendo sexo con la mejor amiga de ambos, Nazz, el cual fue el inicio de las discusiones, y el pelirrojo no podía culparlo, sabia que había cometido el peor de los errores, del cual no encontraba solución, sin importar lo que hiciera para remediarlo siempre era rechazado por el pelinegro, lo cual lo frustro hasta tal punto en que dejo de importarle lo que su esposo sintiera y pensara de él, y aunque durante unos meses el dejo su relación con la peligüera, al poco tiempo volvió a retomarla, siendo Kevin consiente de que el pelinegro era conocedor de esta situación, pero aun así prefirió seguir con aquella infidelidad, la cual cada día destrozaba más y más el corazón y alma de Edd.

Tomo bastante aire en sus pulmones el cual dejo escapar lentamente, para posteriormente adentrarse en aquella habitación, cerrando la puerta tras de sí.

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A la tarde del día siguiente

-¡KEVIN, DOBLE D!...amigos míos por un momento creí que no vendrían- Decía el peliesmeralda, acercándose rápidamente a saludar a los recién llegados.

-Lo siento Nathan se nos hizo un poco tarde-Respondió con una gran sonrisa el pelinegro, recibiendo un fuerte abrazo por parte del peliesmeralda.

-Si, pero ya estamos aquí.- Hablo esta vez el pelirrojo, saludando a su amigo con un fuerte apretón de manos y un gran abrazo- No me perdería por nada la fiesta de cumpleaños de mi mejor amigo.