Capítulo 15: Noche de aventuras

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Esa noche la cena fue muy incomoda, por suerte no duro mucho y pude irme a la habitación. No tenía sueño, asi que me puse a leer mientras Fortuna dormía en mi cama. Estaba leyendo sobre un rey antiguamente, se sospechaba que en realidad no era hombre sino mujer y fingía ser hombre. Habia un libro recogiendo "pruebas" de que era una mujer y como no tenía nada mejor que hacer comencé a leerlo. Mientras leía Fernando entró en la habitación, yo ni le mire ya que estaba leyendo asi que él se acercó a mi y se sentó en el escritorio, quedando sus piernas casi al lado mio, ya que yo estaba sentado en una silla cerca del escritorio.
-¿Que lees?- Yo sonreí mirandole sabiendo que no lo leería con él ahi, además Anna me iba a matar si se enteraba de que Fernando estaba en mi habitación. -¿Que haces aqui?- Yo puse un marcapaginas y cerre el libro levantandome para enfrente suya. Él sonrió y comenzó a acariciar mi cuello con una de sus manos.
-Esto no durará, pronto te irás... Tenemos que aprovechar el tiempo antes de que te vayas- Yo sonreí y tire de su cadera haciendo que dejase de estar sentado en el escritorio. -¿Que propones?- Él agarro mi mano y tiro de mi por el pasillo del castillo, la verdad es que me incomodaba que me diese la mano donde pudieran vernos pero ignore el echo ya que intentaba averiguar a donde ibamos. De repente llegamos al establo, yo no entendia nada, era tarde y yo estaba en pijama. Él cogió un caballo y me dio las riendas. -Es el mejor caballo que he visto y te dejare usarlo, ¿que me dices? ¿Salimos a dar una vuelta?- Iba a negarme pero Fernando parecía con tantas ganas que acepte, subi al caballo y esperé a que Fernando cogiese otro, después de estar ambos en nuestros respectivos caballos comenzamos a cabalagar por ahi. Apenas se veía nada con la luz de la luna, pero si encendiamos una luz seria demasiado evidente que estabamos ahi y cualquiera podria atacarnos o mínimo venir. Yo odiaba la oscuridad asi que estaba bastante asustado, además de que tenía frio pero esto merecía la pena por estar con Fernando.
Mi cuerpo comenzaba a doler del frío que hacia, no podia concentrarme en nada más que el frio, no queria estropear el momento pero no aguantaba más. -¡FER!- Él se giró preocupado y acercó su caballo lentamente al mio, que estaba quieto. -Tengo muchisimo frio- Él asintió con la cabeza y suspiro, luego cogió las riendas de mi caballo y comenzó a guiarlo desde el suyo. Iba lentamente hasta que llegamos a un bar de plebleyos. Atamos los caballos fuera y entramos, enseguida nos reconocieron asi que nos toco saludar a mucha gente, luego por fin nos sentamos y por suerte el dueño del local me trajo una manta y yo pude taparme. Fernando pidió dos whisky's y al llegar él se bebió el suyo sin pensar, yo nunca habia bebido esa bebida de plebeyos.
-Entraras en calor si la bebes...- Yo le mire dudando y luego me bebi el whisky de un trago, era muy agrio y fuerte. Yo tosi un poco pero si era cierto que ahora el pecho me ardía, no se si prefería el frio, pero bueno... -¿Ahora a donde iremos?- Fernando pareció sorprendido por mi pregunta, era evidente que no me iba a quedar más tiempo que el necesario en ese local lleno de mugre. Fernando también parecia algo incómodo con el lugar pero hacia mucho frio. -A donde el viento nos lleve- Fernando pagó y ambos salimos fuera para volver a subir a los caballos y salir de alli pitando, ya que era peligroso que te viesen en un lugar asi, podrian seguirte... Yo seguí al caballo de Fernando, hasta que llegamos al puerto, habia muchos barcos alli pero no me llamaba la atención ya que muchas veces habia estado en eventos inaugurando barcos. Subimos a uno de ellos y nos sentamos en el camarote, Fernando empezo a buscar alcohol que beber pero todo se complico cuando escuchamos pasos, él me hizo un signo para que me mantuviese en silencio. Sabia que por la noche en los puertos no debia haber nadie, los pasos eran mínimo dos personas y eso me asustaba aun más. Todo estaba en silencio hasta que uno de ellos rompió aquel silencio.
-Fernando, Mateo, venid aqui... No os vamos a hacer daño- Esa voz no la habia oido en mi vida, lo más probable era que nos habian seguido, Fernando puso el pestillo de la puerta del camarote para tener más tiempo y se giró hacia mi.
-¡Estan en este! ¡He oido un ruido!- Esa voz era de otro hombre distinto, yo miré asustado a Fernando pero él por suerte parecia calmado. Él se acercó a mi oido y susurró. -Metete debajo de la cama y no salgas hasta que te lo diga, ¿todo estará bien vale?- Yo tenía tanto miedo que hice caso sin dudarlo, pero antes de terminar de metetme debajo de esa cama pude ver como sacaba la espada.
Cerre los ojos con fuerza y comencé a rezar los trozos de oraciones que recordaba de la misa, aunque no eran muchos asi que llego un momento que solo suplicaba a Dios. Oí la puerta caerse o un fuerte golpe en ella, luego gritos de dolor y golpes, yo solo intentaba detectar si alguno de esos gritos eran de Fernando. Después de unos minutos todo quedó en silencio, yo no sabia que bando ganaba asi que seguía temblando, pero estuve mejor al escuchar de nuevo su voz.
-Mateo, soy yo tranquilo... Ya esta todo bien, puedes salir- Yo tenía miedo a salir ya que no sabia si lo decía enserio o le estaban amenazando. De un momento a otro vi como Fer se asomaba debajo de la cama para verme acojonado. -Ya esta, te lo prometo- Yo salí de ahi y pude ver que el "nuevo look" de Fernando, él cual estaba lleno de sangre. Toda su ropa, su pelo, su cara... Todo estaba lleno de sangre y eso no hacia más que asustarme, pero no fue tanto susto como cuando vi tres hombres muertos en el suelo llenando todo el camarote de sangre.
-¿Los has matado?- Fernando tapo mis ojos y me llevo fuera del barco, luego me hizo sentirme al lado del timon para tranquilizarme. -Los he matado, y matar esta mal... Pero era matar o morir, peor, era matar o morir y que tu murieses... Lo siento si te asusta pero prefiero que me odies o me tengas miedo por matar a alguien, a que mueras...- Yo seguía sin asumir la situación, todo habia pasado tan rápido. Yo abracé a Fernando y él simplemente susurró.
-Prometi que no dejaría que te hiciesen daño... Y lo cumpliré- Yo sonreí y nos quedamos a centimetros, solo la luz de la luna nos iluminaba pero era suficiente para verle la cara. Él se relamio los labios incoscientemente y en ese momento yo rompí el silencio.
-¿Que diras de los cadaveres?- Él se separo de mi de nuevo y muy serio comenzó a pensar que haría. -Los tiraré al mar, y limpiaré la sangre... Sera nuestro secreto, ¿de acuerdo?- Yo asentí con la cabeza y me quede alli, tapado por una sabana que me habia traido Fernando del camarote mirando la luna mientras él limpiaba todo el desastre...

Brothers In L(ove)awDonde viven las historias. Descúbrelo ahora