El ambiente esa noche estaba siendo más tranquilo de lo usual, normalmente en Eternal solía haber movimiento cada día aunque no fuera un festivo, entre turistas, curiosos y gente adinerada que quería mantener una conversación o encuentro discreto, ese era el lugar ideal. El personal que trabajaba allí era seleccionado minuciosamente y entrevistado en varios procesos para así poder valorar si los candidatos eran aptos para ese trabajo. Aunque fueran tan solo servir copas y tomar nota, debían ser conscientes de que todo lo que sucedía en ese local, las conversaciones o personas que podían visitarlo, era completamente algo que olvidar. Aiden era uno de los trabajadores más veteranos y más valorados en ese pequeño y selecto local, pese a su juventud siempre fue discreto y jamás se entrometió en ningún asunto, aunque siempre sonreía tranquilamente, muchos clientes le habían dicho que tras ese aspecto angelical escondía algo.
"Parece que hoy estaremos tranquilos..." Tyler, uno de los nuevos trabajadores se quedó mirando a su compañero que se colocaba el delantal con tranquilidad. Aiden era un chico, pero realmente era más hermoso que cualquier persona que hubiese conocido, tenía ese aire angelical que contrarrestaba con esos ojos completamente negros y velados. Pálido como la nieve, cabello negro ligeramente ondulado y labios carnosos, piernas largas con un cuerpo estilizado. Si fuera una mujer, hacia tiempo que hubiese invitado a su compañero a una última copa. "¿Me escuchas Aiden?"
"Te escuché Tyler..." Resoplando ligeramente, se volteó a mirar a su compañero y miró a los lados, comprobando que efectivamente, hoy no había nadie en el local, parecía que esa noche, era una de las que se habían usado conexiones varias para dejarlo completamente vacío, menos por un grupo de hombres que entablaban conversación en una mesa rinconera. "... ya sabes que aquí tan solo podemos hacer conspiraciones entre nosotros." Riéndose empezó a colocar las copas, viendo que su jefe se acercaba a ellos. "¿Y bien? ¿Vinieron a hablar o ya que están van a darnos algo de trabajo?"
"Si no fueras tu, estarías en la calle por ese comentario." Wyat, el jefe del local, se encendió un cigarrillo mirando a su trabajador que le dedicó una mirada torcida. "Ve a tomarles nota, me han comentado que querían tomar algo."
"¿Y por qué no aprovechaste el viaje? Tienen pinta de ser del este y no me caen para nada bien." Aiden, sabiendo muy bien que no podía rechazar la orden de su jefe, cogió la bandeja de la mesa para dirigirse al grupo. Acercándose a paso decidido y controlándose para que en su rostro no se viera el deje de sorna, no le gustaba que en su trabajo se organizaran ese tipo de reuniones y mucho menos si eran para asuntos nada lícitos. "Boss me ha comentado que deseaban tomar algo, si son tan amables, les tomaré nota."
Los integrantes del grupo se miraron entre ellos y empezaron a hablar en su dialecto, mientras un enojado Aiden hacía esfuerzos por sonreír ampliamente, desviando su mirada a uno de ellos que permanecía callado mientras fumaba. Fijándose que realmente era un hombre apuesto, llevaba el cabello peinado ligeramente hacia atrás, tan rubio que estaba seguro que con el sol acompañándole sería difícil poder mirarlo, ojos azules cristalinos y por la largura de las piernas, debía ser sumamente alto.
"Chico... nos hemos decidido, trae el mejor coñac que tengas en este local."
Aiden viendo que sin ni siquiera mirarle, ese hombre se volvió de nuevo a sus compañeros para continuar la conversación sin tener un mínimo de educación, respiró profundamente mientras notaba que su ceño se fruncía molesto, elevando la mirada y encontrándose con el par de ojos azules que tenía de frente que le observaban divertido, él simplemente sonriendo de forma cordial y dándose la vuelta sobre sus pasos para dirigirse a la barra bajo la atenta mirada de Tyler que le esperaba curioso.
"No hace falta que quieras saber nada, son una panda de creídos que se piensan que por ir con esas pintas de mafiosos son los más malvados del mundo. Por cierto, como es de esperar quieren el mejor coñac que tengamos aquí... ¿Podemos darles el peor boss?" Enarcando una ceja vio que su jefe se reía divertido, suspirando de nuevo y cogiendo la mejor botella que tenían en una vitrina de cristal, colocando los vasos con gracejo en la bandeja de nuevo y sirviendo el licor. "Llévalo tu Tyler, está servido, déjales la botella."
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Eternal.
RomantikAiden un camarero de un club exclusivo llamado Eternal que se cruzará con su perdición: Yacob, un mafioso que no será capaz de soltarle. Llevando a ambos a una espiral de pasión, perversión y sexo. Aflorando todas las inquietudes, miedos y deseos. ✨...