Capítulo 1: oportunidad.

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La casa de campo de Brittany estaba en Santa Mónica, era una casa enorme con piscina privada y algunas habitaciones daban vista hacia el mar

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La casa de campo de Brittany estaba en Santa Mónica, era una casa enorme con piscina privada y algunas habitaciones daban vista hacia el mar. Estaba alejada de la rutina citadina, rodeada de grandes árboles y un olor a húmedo. Era el lugar perfecto para unas vacaciones y ese era el destino para el cual fue construida. Luego de una gran insistencia, Brittany había conseguido que sus padres le prestaran la casa por una noche para poder celebrar su triunfo de entrar a la universidad y olvidarse de su ex novio; aunque él tenía un motivo que, por alguna razón, Brittany no prefería recordar.

-Hemos llegado -anunció Brittany con una sonrisa.

Sus amigos le devolvieron la sonrisa. Las chicas entraron directo a la casa, mientras que los chicos bajaron el equipaje; incluso Frankie, quien odiaba las actividades físicas. Cada uno de ellos, había llevado ropa de cambio y elementos de aseo, como Brittany había sugerido. También habían sacado las bebidas y alimentos que habían comprado antes de llegar a la casa.

-Pueden poner eso por allá -señaló Brittany hacia un espacio de pared entre un pasillo y la chimenea; allí, los chicos dejarían los morrales.

-¿Habrá con qué encenderla? -cuestionó Erin mientras se acercaba a la chimenea y acomodaba la leña que allí se encontraba.

-Revisa en la cocina -respondió Brittany.

Duncan, quien llevaba las bebidas, caminó hasta la cocina, allí Erin revisaba unos cajones.

-Tus padres hicieron una buena inversión -apuntó Marion, sentándose en el gran sillón sin dejar de mirar alrededor. Seguido a ello, se quitó una pashmina de colores rojo y negro.

-Puedes dejar eso, por allá -dijo la rubia, señalándole a Marion un perchero que sobresalía en una de las paredes, entre la cocina y una habitación.

Marion asintió y se acercó al perchero, reveló una blusa roja y unos leggins negros, con zapatos de tacón alto también negros.

-Será mejor que prendas esa cosa pronto -protestó Marion al pasar junto a Erin.

-Estoy en ello -respondió la chica, acercándose a la chimenea.

Duncan sacó algunas copas y se dispuso a servir vino en ellas. La espuma del vino llegó hasta el borde de la copa y luego desapareció. El chico sonrió ante esto como si de un triunfo se tratara.

Brittany se sentó en una silla otomana junto al gran sofá donde Theo ya se había instalado; se dispuso a quitarse su americana de cuero, dejando al descubierto una camisa leñadora.

-Recuerden el perchero, chicos -anunció Brittany desde su asiento mirando a Theo.

-¡Oh, lo siento! -exclamó Theo y se dispuso a dejar su chaqueta donde le había indicado su amiga.

Frankie estaba junto a la chimenea y, junto a esta, en una mesa pequeña, reposaba un equipo de sonido. Comenzó a revisar los CD's que tenía más próximos y decidió poner un poco de música clásica. Una melodía de Vivaldi comenzaba a inundar todo el lugar.

Despiadada Venganza © [disponible en físico] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora