Shot #15 parte.3

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No hay nada por decir, solo el mismo recordatorio. Esta historia tiene contenido +18, no nos hacemos responsables de posibles traumas. 😂

Capítulo III

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Capítulo III

Desde que la puerta de su hogar se cerró, todo fue una locura total.

Kagome se desnudó por completo y se dedicó a comer, ver la televisión y caminar de aquí para allá sin nada más encima que un collar. Sesshomaru trataba en lo posible de no tomarla en ese sofá, donde estaba sentada viendo una película bastante sugerente comiendo palomitas y follarla de una buena vez. Prefirió llevarle el refresco que le pidió. Se acercó sólo para descubrir que ya tenía un dedo jugando con su clítoris mientras en la película la pareja disfruta de un 69 bastante delicioso.

— Gracias. — dijo tomando el refresco.

Taisho se sentó en el otro sofá, rehuyendo a la peligrosa chica que tenía tan cerca.

— ¿Por qué no te has ido a tu casa? — cuestiona. — No entiendo qué haces aquí a estas horas, actuando de esa manera. — escuchó los gemidos provenientes de la televisión.

— Mi mamá se irá por el fin de semana con mi hermano menor a otro estado, tendrá una competencia de fútbol. — tomó un sorbo de la soda, estaba fría. — Se supone que debo estar en casa de la amiga mayor de la que le conté, pero la engañé hablándole de una escapada de chicas con mis amigas. Ella cree que estaré el fin de semana solo con mis amigas y le dirá a mi madre que estoy con ella. — guiñó un ojo.

— Eso no explica por qué andas desnuda en mi casa, ¿piensas quedarte todo el fin de semana? — si esa loca se quedaba perdería su refugio de paz donde podía huir de ella y sus ideas descabelladas.

Higurashi se puso de pie, caminó hasta él y se sentó en sus piernas, lo abrazó por el cuello.

— Estoy aquí porque quiero jugar con usted señor Taisho, un juego sexual. — le besó los labios. — Me quité la ropa porque lo que yo busco es tener sexo y la ropa estorba, además, no tengo nada que usted no haya visto ya. — realmente era porque olvido llevar ropa y no tenía nada más que su uniforme.

Besó su cuello y pasó a la oreja. Comenzó a mover las caderas, pasó poco tiempo antes de sentir el bulto en los pantalones del hombre. — Ahora, deje de quejarse y folleme, es lo que busco desde hace rato. —

— No puedo...— temblaba por la excitación. — ¿Por qué haces esto? —

— Se lo contaré cuando termine el fin de semana, es más, lo dejaré en paz y borraré la fotografía. — siguió moviendo sus caderas.

— No sé si confiar en tu palabra. — trató de distraerse viendo la televisión pero los protagonistas seguían lamiendo sus partes íntimas con lascivia.

— Solo tiene mi palabra. — le lamió el labio dibujando su contorno con la lengua. Notó lo que él veía y una idea le cruzó la mente. — Yo podría hacerlo si eso quiere, después de todo, estoy aquí exclusivamente para coger con usted. — sonrió.

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