Ambos volvimos al castillo después de que Fernando limpiase todo, cada uno fue a su respectiva cama para dormir pero yo no paraba de pensar en aquellos hombres... Fernando los habia asesinado para protegernos mientras yo simplemente me escondía con miedo. No queria volver a ser asi, yo sabia usar el arco pero apenas sabia usar la espada. Al dia siguiente mientras todos desayunabamos decidi preguntarle muerto de miedo. -Fernando... ¿Tú me enseñarias a usar la espada?- Su cara se tensó al escucharlo y simplemente bajo la mirada y susurró. -Luego lo hablamos- Eso me pareció extraño pero lo deje pasar, después de un rato y de oirle discutir con Anna vino a hablar conmigo. Ambos estabamos en el jardín donde estaban esas flores tan bonitas. -No necesitas aprender...- No entendia porque yo no podia aprender, sabia que estabamos a vista de todos asi que tenia que controlar cada palabra y movimiento y eso era molesto.
-Ya sabes lo que pasó... Te deje solo... Quiero aprender y tú me vas a enseñar- Él sonrió negando con la cabeza y se cruzo de brazos mientras me miraba de arriba a abajo. -¿Y porque lo haría?- Yo me mordí el labio inferior intentando pensar en que podria darle que él quisiese. -Si me enseñas... Si me enseñas... Amm... Si no me enseñas me enseñará cualquier otro, voy a aprender, de ti o de otro chico- Él se mantuvo serio en silencio y después de unos minutos en silencio se levantó, pensé que me iba a enseñar pero no era asi. -No vas a aprender, cortare las manos al que se atreva a enseñarte... Eres muy pequeño- Yo abrí la boca asombrado por su comportamiento, teniamos casi la misma edad y me trataba como si tuviese cinco años. Yo iba a aprender, si él no queria enseñarme otro lo haria. Después de que dijese eso y se fuese yo me fui a donde los caballeros y abriendome un poco la camisa me acerque a ellos.
-Hola... No se si sabeis quien soy... Soy Mateo, el principe de Jayus, el hermano de Anna- Todos parecían ignorarme, pero uno de ellos que era bastante fuerte sonrió y se acercó a mi para arrodillarse. No era feo, y me valia para darle una lección a Fernando. -Perdonales por su comportamiento, son idiotas, ¿a que has venido?- Yo sonrei nervioso y mire su espada para, con voz temblorosa, preguntar. -¿Tu me enseñarias a usar la espada?- Él acepto enseguida, y eso era genial. Fui con él a algún jardín en el que Fernando pudiese vernos y ambos sacamos la espada. Él comenzó a explicarme como hacerlo y aunque yo era algo torpe más o menos lograba hacerlo, justo cuando comenzaba a aprender a hacerlo bien Fernando vino.
-¡¿Se puede saber que estas haciendo?!- El caballero pareció asustarse al ver al príncipe y se mantuvo callado, yo sonreí tirando la espada al suelo para después responder. -Le estaba enseñando las estrellas a mi amigo- El cielo estaba soleado ya que eran las doce de la mañana, por eso lo dije. Fernando me agarró del brazo con fuerza y me comenzó a llevar a una habitación. -¡Fer! ¡Fer para! ¡Me haces daño!- Él me llevo a mi habitación y cerro la puerta con pestillo para luego girarse hacia mi.
-¡¿Te digo que no lo hagas y buscas al primer caballero que pierde aceite para que te enseñe?!- Yo no sabia que decir o que hacer, asi que simplemente sonreí intentando que no se enfadase tanto. -Eres alucinante Mateo... Alucinante...- Nunca le habia visto enfadado, yo hice pucheros haber si colaba pero no pareció hacer efecto.
-¿Pero porque no quieres enseñarme a usar la espada?- Fernando agacho la mirada y suspiró.
-¿Porque te crees que estas aqui? No vienes por estar amenazado de muerte, vienes porque estas amenazado de muerte y consideran que eres incapaz de protegerte... Si aprendes a defenderte... Te iras... Soy un capullo, pero...- Fernando apretó los labios intentando controlar las lagrimas y luego se largo, yo no entendia nada. Yo iba a seguirle pero... Algo me detuvo. ¿Me habia prohibido aprender a usar la espada porque no queria que me fuese? Aunque no aprendiese, no me quedaría aqui mas de una semana probablemente...
Después de unas horas llego la hora de comer, todos estaban menos Fernando, yo comía en silencio sin preguntar donde estaba porque sabia que Anna se molestaría si lo hacia, por suerte su padre si preguntó. -No tenía hambre...- Eso me preocupo, cuando acabe de comer estuve buscandole en todo el reino, sin exito. Me fui a mi habitación aun más preocupado y al llegar alli estaba Fernando con dos espadas en la mano.
-He sido un idiota, agarra una puta espada y comencemos- Yo sonreí emocionado cogiendo la espada, ambos comenzamos un combate y en menos de un minuto él ya tenia su espada en mi cuello, podria matarme en cualquier momento.
-Me iré aunque no aprenda...- Eso borro la sonrisa en la cara de Fernando y este quito su espada de mi cuello. -¿Podemos no hablar de eso?- Yo deje mi espada en la cama y me acerqué a Fernando para poner mis manos alrededor de su cuello, él no me miro a los ojos, él simplemente miraba al suelo.
-Me voy a ir, y pronto probablemente...- Fernando cerro su puño con fuerza, yo acerqué mi mano a la suya y comencé a acariciar la mano que él cerraba con fuerza hasta que dejo de hacerlo y porfin pude unirla con la mia, mi otra mano se colocó en su mentón haciendo que dejase de mirar el suelo. -Yo tampoco quiero irme... Pero es algo que pasará, hoy no me ha gustado que seas asi e incluso me has echo daño en el brazo...- Él simplemente me abrazo aun con nuestras manos unidas. Fernando parecía realmente muy afectado, yo me mantuve en silencio abrazandole hasta que nos separamos.
-Ayer... Cuando todo esto paso, me di cuenta de lo que me importas... ¡Joder! Pensé que iba a morir pero no me rendí, porque tenia que protegerte...- Yo asentí con la cabeza y sonreí haciendo que él sonriese también. -¿Entonces... Me perdonas por ser un estupido?- Yo asentí con la cabeza pero no le perdonaría tan facil, él coloco sus manos en mi cadera y yo sonreí jugueton sabiendo perfectamente que decir.
-Te perdonaré... Si admites que te ha puesto celoso que te sustituyese por un caballero para las clases- Fernando sonrió nervioso y se acercó a mi para susurrar. -Ese chico no sabe lo que ha echo... Esta en un buen lio, nadie se acerca a mi principito- Yo sonreí guiñandole el ojo para despues comenzar a acariciarle el pelo...
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Brothers In L(ove)aw
RomansaMateo era un joven normal y con una vida de lo más tranquila, pero también bastante lujosa ya que era el futuro heredero de la corona de Jayus, un pequeño y acojedor reino. Pero todo cambia el dia que la hermana pequeña de Mateo, Anna, cumple 15 año...