Crónicas de los 80s: Glam night

VIII. Children of the grave

Los meses siguientes, me dediqué a preparar una habitación para el bebé, la prueba viviente del amor que Don y yo compartimos. Él apostaba por que sería una niña, en cambio yo pensaba que sería un niño 'Brenton' y 'Meredith' encabezaban la lista de nombres.

Sigo trabajando, pero no con el mismo ritmo de siempre. Es lindo, incluso cuando Don tiene próximas canciones para lanzar con su banda, me dedicó la mayor parte del tiempo, también me llevó al estudio para no dejar sola a su amada.

Pero había algo que me preocupaba desde aquella fiesta, nunca había visto a Hailey tan borracha, y al descubrir que su novio fue encontrado inconsciente por culpa de las drogas, algo en mi cabeza me previno, debía prestarle más atención.
Los visité, acompañada por Don. La idea de tener un hermanito le pareció simpática a la pelirroja, pero pude detectar algunos celos provenientes de ella.

Sobre su consumo de sustancias, juraban que era cuestión de experimentar, las primeras veces que los visité no había rastro de drogas. Ella bebe a veces. Pero el instinto de mi madre seguía alerta.
La última vez que estuvimos en la casa, vi a Hailey con una resaca infernal, así que le advertí que tuviera control de sus fiestas, y aunque mi marido no quería preocuparme, finalmente me dijo que podía ver un par de piquetes en el antebrazo de Lyle. Así que un día decidimos hacer una inspección sorpresa.

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Nadie que abriera la puerta, por suerte guardé un duplicado en una de las piedras falsas del jardín, así que entramos. Todo lo que podía pensar era:
¿QUÉ MIERDA HA PASADO AQUÍ?
En la sala había un par de chicos, algunos de ellos tumbados en el suelo, un par de chicas sobre el sofá. Botellas vacías de alcohol sobre la mesa y la alfombra.

Don puso una mano en mi hombro, diciendo con voz suave:
-.nena cálmate, recuerda que estás delicada.-
-¡ Esa niña me va a escuchar inmediatamente!.- en eso se iba despertando uno de los chicos en el suelo, justo a tiempo para preguntarle bruscamente dónde está Hailey.
"Arriba... creo" y se estaba quedando dormido de nuevo, pero le sacudí de la ropa.
-.Lárgate de aquí.-
.-hey, señora, usted no puede...-

-.¡¡AHORA!! ¡Todos! Salgan de la casa.- Grité y decidí ir a la recamara principal para comprobar que Hailey estaba allí y en las condiciones que imaginaba, Don me siguió, ayudando a caminar por aquel mar de cuerpos, había algunos impidiendo el paso de las escaleras, mi hombre los movió para que pudiera llegar a las escaleras y subir.

Una parte de mí deseaba no entrar a esa habitación pero, era necesario.
-Mi amor necesitaré tu apoyo.-
- Siempre nena.-

Abrí la puerta y maldita sea, mis sospechas eran ciertas, mi primogénita estaba tumbada en la cama, con el pecho desnudo, mientras que su novio estaba al lado, boca abajo y parecía muerto.
Y cómo omitirlo, en el buró lateral, pudimos notar un montón de cocaína.

Nunca sentí tanta decepción y tristeza en mi vida, fui al baño enfrente de la cama, cogí un balde de agua y lo tiré para despertarlos. Ella fue la primera en reaccionar.

-. QUÉ DEMONIOS!!.- Saltó del susto para luego taparse el busto.

-.¡Te lo advertí! Debías mantener el orden junto con éstos patanes pero no, andan de atascados con drogas. ¡Se largan de aquí!, Tienen una semana para dejar la casa y dejarla como la encontraron.-
-.Pero madre no es tan seguido.-
Apenas se le entendía.
-.¿Porqué buscas siempre la forma de joderte la existencia? Esta mierda te va a pudrir.-

En lugar de admitir su error, siendo una adicta, la malcriada se puso de insolente.

-NO FINJAS QUE TE PREOCUPAS POR MÍ PORQUE NUNCA LO HICISTE, NO DUDASTE EN ENVIARME A FRANCIA, Y AHORA LO ÚNICO QUE TE IMPORTA ES LA MALDITA CASA-.