RO: Lago de los Sueños

Capítulo uno

Nadie en su vida pretende alejarse de su hogar por segunda vez, abandonar todo lo que haz construido y empezado a querer para volver a un pueblo donde tus recuerdos vagos te transportan solo al momento en que tus padres discutían cada noche mientras tu cerrabas los ojos deseando que eso dejara de suceder.

Pero a veces es difícil controlar la vida y su destino. Mi madre había muerto en un accidente y ahora tenía que volver a vivir con el hombre que era mi padre. Era eso o ser mandada a algún servicio de menores, porque no tenía más familiares.

Extrañaba más que nada a mi mamá, era la mujer más fuerte y luchadora que podía reconocer, ella se alejó de mi padre en cuanto pudo y me dio un mejor futuro o eso pretendía, porque no controlas lo que puede suceder al día de mañana. Lo que más me dolía de su partida era que ella estaba llena de sueños, tenía mucha esperanza por conseguir tantas metas que se había propuesto.

Enterarme de su deceso fue la peor noticia que pude haber recibido en mi vida, me encerré y bloquee por días hasta que los del juzgado de menores comenzaron actuar, ahí recibí otra mala noticia, ir a vivir con un hombre al cual no recordaba, ni apreciaba. Él no era más quien me había dado de su... ya saben, para nacer y ahora tendría que aguantar hasta que fuera mayor de edad.

Hombre que ni siquiera se había dignado de ir a buscarme al aeropuerto, por lo que aquí iba sentanda en un autobús camino hasta la que sería mi nueva o ex casa. La imagen borrosa que tenía sobre el pueblo no era nada parecida a como se me estaba presentando en este momento delante de mis ojos.

Habían muchas más casas, locales comerciales, todo con más vida y alegre, no tan terrorífico como me acordaba, pero la niebla provocada por la humedad del clima seguía presente y aquello si ayudaba a que el pueblo fuera digno para ser ocupado en alguna historia de terror.

La leyenda de La Laguna de los sueños, la escuche alguna vez de la boca de mamá y tal vez en la escuela, pero a pesar de que era una historia para asustar a sus habitantes, todos ellos actuaban bajo lo que en ella se contaba, cerrar ventanas y puertas. Nadie sabía si eso era real, después de todo muere gente todos los días y no podías decir que se debía a ello. Porque en realidad, nunca había aparecido un cuerpo en el lago, pero aun asi, todos en aquellos años no se acercaban al lugar.

Me pregunto si al día de hoy todas esas cosas que recuerdo seguirán igual o habrá avanzándola historia, para utilizar mejores estrategias de llamativa para los turistas.

«Avenida Sur con Lake Sweet» esa es la calle en donde debía bajarme, asi que me comencé a levantar para avanzar hacia la bajada. Agarre con fuerza mis dos maletas, en las cual había tratado de traer todo lo que necesitaba y ocuparía. Lo de más importancia, porque todo lo demás seria subastado y la casa vendida para algún día poder heredar el dinero, que aunque no me importara en lo más mínimo, si me permitía irme de este lugar al que apenas estaba volviendo y comenzar nuevamente mi vida, lo ocuparía con el fin de mis estudios y futuro.

―Me bajare aquí. ―le anuncio al chofer y él sin siquiera mirarme se detiene. Pretendía despedirme o hacer algún gesto para agradecerle, pero su mirada fría y distante me hizo sentir cohibida, asi que me apresure a bajar lo más rápido que pude―. Que desagradable. ―murmuro cuando me encontré abajo.

Afiance muy bien las maletas a mi lado y luego cruce mi bolso para que no se me callera. Debía continuar calle abajo un par de cuadras y encontraría la casa donde crecí. Agarre las maletas y comencé a caminar. El lugar era un barrio residencial, solo se veían casas y más casas, con muchos árboles a los alrededores.

Las calles pavimentadas, un tanto mojadas por la húmedad del lugar le daban aspecto de que hubiera llovido, se encontraba un tanto resbaloso, asi que tuve cuidado mientras caminaba. Al no poder ver mi celular, me fui fijando en cada número de las casas para llegar a la dirección que buscaba.