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¿Alguna vez has sentido al despertar que el día será diferente a todos los demás? Quizás más... especial. Tal vez no haya nada que realmente te dé una señal de ello, pero ahí está ese sentimiento, haciéndote sentir ansioso por saber qué podría deparar este dia que pueda llegar a ser diferente. Bien, si lo sentiste sabrás con más exactitud que sintió Nagisa este dia, pero él sí tenía algo que le indicara que algo importante ocurriría aquel día. El viento soplando suave, moviendo de un lado a otro las hojas de aquel bosque en el que vivía, era suficiente para lo supiera. Como si el viento susurrara a su oído que cosas emocionantes están por venir.
Los cálidos rayos de sol de la mañana, junto con aquel delicioso aroma a un desayuno hecho por una de sus madres, fue todo lo que necesitó para que sus ojos se abrieran lentamente, como siempre, antes de que a su alarma le diera tiempo de comenzar a sonar. Mientras tomaba asiento en su cama, algo somnoliento, escuchó la suave voz de su madre llamándolo. "Nagisa, el desayuno está listo" había dicho con dulzura, como cada mañana. Ante esto, aquel chico se puso de pie y se dirigió a las escaleras. Soltando un largo bostezo, comenzó a bajar por estas. Ya abajo, tomó aire, aspirando todo aquel aroma, para después de unos segundos soltarlo, con una linda sonrisa en su rostro. Hasta ahora, todo era igual que siempre, lo cual tampoco le molestaba.
Se acercó a la sala, tomando asiento en la misma silla de siempre. Sentado frente a él se encontraba una de sus madres, Katherine, mientras que su otra madre, Jane, se acercaba a ellos con sus respectivos desayunos. Apenas Jane terminó de dejar los cuatro desayunos sobre la mesa, Ame, hermano menor de Nagisa, bajó corriendo las escaleras, ocupando su lugar con velocidad, como si no hubiera probado ni un solo bocado de algo comestible en años. Luego de esto, Jane tomó asiento, y ya entonces cada quién comenzó a comer su propio desayuno. Ambas mujeres adultas disfrutaban de su café y tostadas, mientras que Nagisa y Ame desayunaban waffles con forma de corazón. Jane siempre hacia esa clase de cosas, que quizás parezca algo pequeño, pero esos waffles con forma de corazón para Ame y Nagisa eran mucho más que solo comida.
Nagisa lo sabía, su familia no era lo que alguien llamaría normal, al menos no para algunas personas, pero él estaba más que feliz con la familia que tenía en ese momento. Además, su definición de lo normal había cambiado hace ya bastantes años. Tener dos madres era mejor que no tener ninguna, considerando que sí hubo un tiempo en el que él y Ame se encontraron completamente solos, únicamente teniéndose el uno al otro siendo tan solo niños. Sabía que había familias como la suya, pero no conocía a nadie que realmente hubiera tenido, o en su caso encontrado, hijos como sus actuales madres lo hicieron... De hecho, ni él ni Ame eran normales. "Especiales" solían decir sus madres, para que no se sintieran demasiado mal con ellos mismos, pero Nagisa en el fondo sabia que habia varios aspectos de él que no eran nada comunes.
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𝙔𝙊 𝙈𝘼𝙏𝘼𝙍𝙀 𝙈𝙊𝙉𝙎𝙏𝙍𝙐𝙊𝙎 𝙋𝙊𝙍 𝙏𝙄
Fantasy" 𝘋𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘳á𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘢𝘴 𝘤𝘭𝘢𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘭𝘰 𝘤𝘳𝘶𝘦𝘭 𝘺 𝘮𝘢𝘳𝘢𝘷𝘪𝘭𝘭𝘰𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰. 𝘚𝘢𝘣𝘳á𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘢, 𝘭𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮𝘪𝘵𝘢𝘥 𝘢𝘯𝘪𝘮𝘢𝘭, 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘯𝘴𝘵𝘳𝘶𝘰𝘴 𝘺 𝘵𝘰�...