Una melodía sin letra

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Un solo sonido que lo significa todo en un momento angustiante, era lo que más amaba ver, pero las cosas pese a tener un bello inicio nunca fue fácil. Cada día era un reto de alguna manera nunca sabes cuándo serás el siguiente en no estar mañana por lo que tu entiendes que debes apreciar ese precioso momento que desaparece en un simple parpadeo, pero no importa cuánto tiempo pasara parecía que cada vez más rápido lo olvidaban.

Nunca tuve un nombre, no era digno de ello, pues desde el principio yo era algo malo, algo innecesario para cuando el dolor se fue ya estaba aquí, en este mundo rodeado de flores con capullos sin abrir. Pero siempre recuerdo esa dulce melodía sin letra tarareada por una voz tan suave y delicada, recuerdo su cariño, sus abrazos, sus besos, sus mimos, casi me hacen olvidar el cómo llegue acá. Para cuando pude valerme por mi mismo me di cuenta que ya no estaba, como si todo hubiera sido un sueño, pero cuando vi ese pequeño mensaje en el árbol en medio del jardín supe que todo estaría bien. Entonces recordé lo último que me dijo: "Tú eres el primero de muchos". Tenía razón muchos llegaron tantos que lloré, lloré mucho, por no entender porque tenían que estar aquí cuando no había razón para ello y cuando me preguntaron porque lloraba, me percaté que yo era el único que recordaba.

En un principio me pareció injusto, pero luego cuanto más crecían y veía sus sonrisas puras y sin defecto sentía que así era como debía ser. Extrañamente, nunca preguntaron cómo llegaron aquí como si dentro de ellos hubiera un miedo inherente a saber la verdad, por lo que nunca tuve que responder esas preguntas, pero hubo una que no respondí porque realmente no sabía la respuesta. Cuando eran lo suficientemente grandes, una puerta se abría y ellos se iban y así nuevos llegaban desde otra. Nunca supe a donde iría esa puerta, pero tampoco tenía necesidad de saberlo ya que yo solo tenía que estar ahí justo como estaba escrito en el árbol: "Cuídalos como yo cuide de ti".

Mucho, pero mucho tiempo después de que esapuerta se abriera y se cerrara infinidad de veces, otra que nunca vi se abrió yvi a quien extrañaba con anhelo, me preguntó como estaba, yo respondí que laextrañaba, limpió mis lágrimas y me dijo que también me extrañaba. Cuando lepregunté porque no volvía aun después de tanto tiempo, solo me dijo que yo erael primero en este jardín, pero aun había muchos otros y ella tenía queasegurarse que todos estuvieran bien.

Fue un shock, me llené de ira y asco al saber que este dolor había infectado a tantos como si fuera una plaga, lloré de ira y le grité:

- ¿Por qué nos hacen esto?, ¿qué hicimos mal? - grité con las lágrimas a punto de salir.

- Ninguno de ustedes tuvo siquiera la oportunidad de hacer algo mal- me respondió con un tono suave como el de mis recuerdos.

- Entonces, ¿por qué?

- Miedo- volteó su cabeza y miro hacia el campo- el miedo es muy poderoso.

- Pero yo también tuve miedo, todos ellos lo tuvieron, ¿por qué no importó? ¿Por qué?

- Porque es más fácil olvidar a quienes nunca pudimos ver ni oír.

Fue mi turno de mirar hacia el campo, me reí como un loco lleno de ira.

- ¿Fácil?, si definitivamente fue fácil para ellos.

- Muchas veces tuvieron su mismo final.

- ¿Por qué? – pregunté insistentemente, quería saberlo, necesitaba saberlo

- La humanidad esta empecinada en ser perfecta, si algo no es como el plan que trazaron piensan que es mejor deshacerse de ello, para que no sufra- me miró y sonrió- la humanidad peca por creerse Dios y pensar que pueden dar algo que nunca estuvo en sus manos. ¿Cuántos lamentos no he oído y cuantas muertes no he presenciado de los comienzos perfectos que tanto buscaban pero que un accidente destruyo en segundos o la lujuria del momento empujó por un hoyo sin fondo? Pero aun así siguen aferrándose al momento perfecto. Como si con el pudieran asegurar la felicidad eterna.

- ...- De repente todo se puso aún más borroso, mis lágrimas no se detenían, una razón tan estúpida me había condenado a tener que soportar tanto dolor como a todos los que llegaron aquí

- Me abrazó un largo rato y pude sentir ese tierno calor que tanto amaba devolviéndome la paz- ¿tú quisieras que pagaran por lo que hicieron? - la pregunta me sorprendió y me quedé rígido por un segundo, pero luego de mucho pensar pude responderle con calma:

- No importa, ¿qué tienen ellos que ver ahora con nosotros?

- Ojo por ojo, diente por diente, vida por vida- me abrazó más fuerte y siguió- ellos escogieron un mundo sin ustedes, ustedes tienen derecho a escoger un mundo sin ellos.

- ¿Algún día terminará?

- Algún día lo hará

Luego de un tiempo, hice la única pregunta que deseaba saber:

- ¿Por qué yo?

- Toca el árbol luego de que me vaya y lo sabrás.

- ¿Te irás?

- Sí, aún hay mucho que hacer- se alejó de mí y nuevamente esa puerta se abrió- definitivamente pasará.

- ¿Eh? - no entendí esas últimas palabras, pero sin explicármelas se fue.

Caminé hacia el árbol que vi toda mi vida y con un poco de temor lo toqué, de repente me inundaron todos esos recuerdos de un pasado lejano, antes del dolor, donde se escuchaba una dulce melodía. Una imagen se formó en mi mente, parecía un recuerdo que no era mío de una mujer cantando a su vientre plano, luego el recuerdo se transformó en gritos desesperados de un constante "no quiero" provenientes de la mujer que estaba firmemente sostenida en una cama. En un momento todo se oscureció, y solo quedó esa mujer con la mirada desenfocada mirando al techo, pero seguía tarareando esa pequeña melodía sin letra acariciando el vientre que ahora estaba vacío. Sin embargo, siguió tarareando, y un último momento solo dijo:

-Lo siento, perdóname- decía una y otra vez, más tarde solo dijo - iré contigo pronto así que... no olvides mi canción. No olvides a mamá, mamá no lo hará- Y siguió tarareando como si tuviera la esperanza de que aún le oyera.

El recuerdo había terminado, pero seguí tocando el árbol por un largo rato, de alguna manera lo entendí, esos recuerdos pertenecían a quien me cuidó y cumplió el último deseo de quien no pudo hacerlo.

Al final resultaba que en este mundo yo era el únicoa quien, si tenía a alguien esperando por mí, y así mientras venían y seiban, yo seguí tarareando la melodía sin letra una y otra vez teniendo fe enque pasaría, después de todo ella me escogió a mí y yo escojo un mundo conella.

Fin

Una melodía sin letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora