Capitulo 1: "Soy..."

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Hola, me llamo Ariadna Sánchez y tengo 19 años. Acabo de terminar 2° de Bachillerato de Ciencias.
Vivo en Gran Canaria, en concreto en Triana y dirán... ¡ños, la chiquilla maneja!, pues no, vivo con mi tía, así que gracias a ella es que vivo ahí.
Me encantan las motos, dibujar y más cosas que iré contando.
Mi mayor sueño sería tener una moto y no tener que ir por la isla en guagua, pero oye, tiempo al tiempo.
Mi mejor amigo y yo nos conocemos desde que íbamos a infantil, y no, no hay el típico cliché de enamoradx de mi mejor amigx. Siempre hemos tenido claro que solo seremos amigos.
No me gustan las relaciones, prefiero tener un rollo de ahora te llamo y después te olvido que tener a una persona pensando constantemente en lo que hago o lo que dejo de hacer.
Pero eso un día cambio, y todo por culpa de el.
Todo empezó una tarde, me acababa de levantar de una estupenda siesta, de dos horas, si lo sé, soy una perezosa, ya que el telefonillo no dejaba de sonar. Me levanté de la cama, arrastrando conmigo todas las sábanas, y segura de que quien estaba tocando la puerta era Daniel, abrí sin mirar.

Yo vestía mi "pijama", que consistía en una camisa cinco XL, y el tanga. Esperé hasta escuchar el timbre de la puerta para abrir, llevándome una sorpresa cuando me encontré a una chica desconocida, con pinta de haber corrido una maratón, tenía puesta ropa deportiva, y no podía hablar, ya que respiraba muy rápido. Esta entró estrepitosamente en mi casa, buscando la cocina desesperadamente. Cuando la halló, asaltó la nevera en busca de lo que después reconocí como la botella de agua. Yo aún seguía aturdida, una chica desconocida había entrado en mi casa para beberse todo el agua, y para colmo, yo no tenía las mejores pintas, tenía el pelo despeluzado y enredado en un moño, que caía por mi nuca, dándome un aire de loca y provocando que la chica se asustara al percatarse de que había alguien más en la cocina.

La chica al observar mi apariencia, puso cara de repulsión, y haciendo movimientos exagerados con los brazos, logró que retrocediera hasta el salón.

-¿Quién eres?, ¿Y que haces aquí?- preguntó, aunque pareció entender, ya que no me dio tiempo a abrir la boca.-Espera, no me lo digas, tu eres alguna de sus amiguitas, pareces distinta a las demás, estás más desaliñada, y tienes demasiada ropa.-dice observándome exhaustivamente.

Yo no sabía a lo que se refería aunque tampoco dejé que siguiera con su reflexión.

-Mira, no sé que es lo que haces en mi casa, pero quiero que dejes de examinarme.- digo empezándome a enfadar.

-Si claro, les das la mano y te cogen el brazo, esta no es tu casa guapa, asi que recoge tus cosas, despídete y vete de la casa de mi hermano.-dice mirándome mal.

-No se quien es tu hermano, pero aquí solo vivimos mi tia y yo- le respondo intentando comprender que hace aquí.

Ella pareció comprender, y poco a poco se le fue quitando el color que adornaba su rostro, debido a la carrera que parecía haber echo.

- ¿Este no es el piso 3ºB? - me preguntó desorientada.

-No, este es el 3ºC, aunque creo que en el piso 3ºB, no vive nadie. - le respondo relajándome, al ver que se trataba de una confusión.

-Lo siento mucho, de verdad. Me parece que me he confundido de piso sin darme cuenta. Dios, que vergüenza, siento haberte tratado así, es que estoy acostumbrada a echar a las chicas que pasan la noche con mi hermano, pero se acaba de mudar, y estoy un poco desubicada. – me dice, casi sin respirar.

-Tranquila, no te preocupes, son cosas que pasan. -Le digo intentando tranquilizarla. – Tampoco fue para tanto, al menos así, me desperté del todo. – le digo entre risas.

Ella estuvo un rato más pidiendo perdón, aunque no pudo evitar pedirme un poco más de agua, porque como yo había supuesto, había decidido, correr desde su casa, La Feria, hasta aquí, y así de paso, veía el nuevo piso de su hermano.

A las 18:30, la chica se despidió, alegando que la próxima vez que nos viéramos, iríamos a tomar un café, a una de las cafeterías que estaban debajo del edificio.

Cuando salió de mi casa, puse la música a tope, mientras recogía un poco el caos que había en mi habitación. Lo que menos me esperaba es que el timbre volviera a sonar. Fui a abrir, encontrándome con el payaso de mi mejor amigo parado en la puerta, sonriéndome de una manera macabra.

-Buenas rubia, te vino a ver tu hermoso y sexi galán -dice mientras entra en mi casa como si fuera el dueño, esto ya se está volviendo costumbre hoy.

-Já, sexi dice, yo solo veo a un piojoso con aires de grandeza – digo logrando que se le quitara la sonrisa del golpe.

-¿SI?, pues te torturo- dice antes de empezar a correr detrás de mi por toda la casa.

Me logró alcanzar, cuando estaba entrando en mi habitación, haciendo que los dos saliésemos volando encima de mi cama.

Después de la innecesaria persecución, Daniel y yo, vimos una película, y como se hizo tarde, se quedó a dormir. El tenía una habitación aquí, mi tía se la había preparado hace unos años, ya que no eran pocas las veces que se quedaba a dormir.

Mi tía ya había vuelto del trabajo, era abogada, trabajaba en un buffet, (que no voy a nombrar, para no hacerle publicidad) cerca de nuestra casa.

A las 10:00 de la mañana, me levanté, con ganas de ir al baño. Al terminar, me dirigí a la cocina. Sin ganas de preparar nada de desayunar, cogí un tazón de leche con cereales, y me senté en el sillón a ver la televisión.

Al poco, se levantó Daniel, probablemente porque escuchó la televisión. Cogió otro tazón de leche, y con gran pereza, se arrastró hasta el sillón. Cuando terminó de desayunar, puso el tazón en la mesa del salón y apoyó su cabeza en mis piernas, volviéndose a quedar dormido a los pocos minutos.

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⏰ Última actualización: Apr 30, 2022 ⏰

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