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Hechos acontecidos antes de la caída del Muro María.

La legión estaba a escasas horas de partir hacia una nueva expedición y la líder de escuadrón de investigación fue al encuentro de su comandante para ponerlo al tanto de su participación en la encomienda. Encontró al hombre en la sala de juntas del cuerpo militar, sentado en una de las sillas.

—Todo está listo para la expedición de mañana, Erwin —Hange sonrió y se adentró al cuarto donde Smith estaba dando detalles finales a la formación. Le extendió un fajo de papeles mientras otra parte de ellos los dejó a distancia prudente para evitar que se revolvieran.

Erwin los observó y sonrió en sus adentros, le gustaba que sus subalternos trabajaran con pasión y esmero y Hange no era la excepción. Debatieron durante un par de minutos y concluyeron que ya estaba todo en orden.

—Perfecto, entonces ve a descansar.

—Entendido comandante, como usted ordene —Hange se cuadró al estilo militar mientras se despedía de Erwin, tomaba sus documentos y se carcajeaba.

—Hange, no tienes que hacer eso —el comandante reprimió una sonrisa.

—Ya lo sé. Hey, Erwin, ¿dónde está Levi? Es raro no verlo junto a ti —preguntó, buscando con la mirada a su otro compañero.

—No es necesario que estemos juntos todo el tiempo, Hange, así como tampoco es necesario que tú estés preguntando por él todo el tiempo —Erwin también cargó con sus documentos, antes de ir a descansar planeó ir a su despacho.

—No lo hago —frunció el ceño.

—Lo hiciste hace unos segundos —mientras charlaban, caminaron juntos un rato por los pasillos del cuartel.

—Es que, ¿sabes? Lo noté un poco raro, bueno, él ya es raro pero ahora más, ¿tú no lo viste actuar diferente? —rascó un poco su cabeza.

—Ahora que lo mencionas, sí. Pensé que era cansancio, pero aquí ¿quién no está cansado?

—Tan gracioso, Erwin. ¿Y entonces qué pasó con él?

—Le dije que podía ir a descansar tal como te lo dije a ti y se fue a su habitación sin oponerse.

—¿Qué? ¿Tan así de repente te hizo caso? —ella se detuvo y lo miró incrédula.

—Sí, así mismo me sorprendí de que accediera tan fácil. Tienes que aprender de él al acatar órdenes, Hange —dijo, con cierto reproche en la voz.

—Estamos hablando de Levi, no de mí —recriminó mientras reanudaba su andar—. Entonces nos vemos mañana, Erwin, tú también descansa.

—Gracias, Hange. Hasta mañana —Erwin se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su despacho.

La líder de escuadrón se quedó pensando en las palabras de su superior, se le hacía tan raro el que Levi hubiera accedido a descansar antes de una expedición, no es que no descansaran, pero él era el último en ir a dormir antes de una salida. Curvó sus labios hacia arriba y se encogió de hombros, quizá Levi sí estaba cansado.

Caminó hacia su dormitorio, pero al dar un paso en el pasillo correspondiente alejó el pie del concreto, corrigió su camino para dirigirse al área de los dormitorios de los varones y comenzó a caminar hacia la habitación de Levi, quería desearle buena suerte pues por la mañana no tendría tiempo para hacerlo.

El lugar estaba en silencio. La mayoría de los soldados todavía no regresaban a descansar, así que dio unos leves golpes a la puerta, esperó unos segundos y al no escuchar respuesta entró en la habitación. Estaba en penumbras y con las ventanas cerradas, se sentía mucho calor ahí dentro.

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