mi tipo ©

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───── ¡Benja! ───── en mitad de la tediosa fiesta a la que, cabe aclarar, sólo fui por acompañar a Felipe, mi mejor amigo, éste mismo llegó a mi lado diciendo: ───── ¡Mira a este bombón, dime si no te parece una diosa! ───── mientras me mostraba su celular y en la pantalla relucía una chica rubia, ojiazul y con un cuerpo muy atractivo pero...

───── No es mi tipo. ───── le contesté con toda sinceridad y simpleza. Él me miró como si acabara de decir una barbaridad.

───── ¿Cómo no, Benjamín?, ésta chica es la definición de "mujer perfecta" de todo hombre. ───── «que exagerado». Negué, incrédulo de su estupidez. ───── Si esta chica no es "tu tipo" entonces no queda otra que... ───── se calló por unos segundos y luego sus ojos se abrieron desmesuradamente. ───── ¡No!, ¡Benja!, ¿eres homosexual?

───── ¿Qué decís?, no.

───── ¿Entonces? Te he mostrado cientos de chicas, te he conseguido números de teléfono e incluso citas y nunca has querido ser novio de ninguna. ───── volvió a sacar el mismo tema. Siempre se quejaba de mi casi inexistente vida amorosa. ───── Te conozco desde los dos años y ahora estamos a punto de cumplir los veintiuno y en todo ese tiempo jamás has tenido una novia.

Sí que había tenido. Sólo una. Cuando tenía seis años. Un amor infantil. Y nada más estuvimos juntos por ahí de dos meses.

Las únicas veces que la veía era cuando acompañaba a Hilda, mi nana, al supermercado; que después de conocerla hacía de todo para ir más frecuentemente sólo por poder verla, llegando al punto de hacerme un montón de platos de cereales al día para que se acabarán más rápido y tener que ir a comprar más.

Ella siempre estaba ahí pues su padre trabajaba en ese lugar como cajero y él aveces la dejaba ayudarle.

Tengo varios recuerdos con ella pero el más nítido es de cuando nos encontramos sin planearlo en un parque acuático y pasamos toda la tarde jugando.

Ese día fue la primera vez que pude darle un beso. Fue corto y algo torpe pero lo que más me gustó fue la sonrisa que me regaló después de. Es esa la más clara memoria que tengo de ella: su sonrisa.

Y con ese pensamiento, miré a Felipe tratando de pasarle telepáticamente lo que había en mi cabeza con la mirada.

───── Cato no cuenta, ni siquiera sabías su verdadero nombre y fueron novios a la misma edad en la que se comían los mocos.

Hice una mueca de asco por eso último.

───── Yo no hacía eso y dudo que ella sí. ───── le reproche. ───── Y sí cuenta, estuve con Cato más de un mes e incluso mi primer beso fue con ella.

───── Y el mío fue con "la niña más linda del preescolar", la tal Loreley de la que casi ni me acuerdo, y no lo atesoro tanto como tú.

───── Yo no lo "atesoro" ───── hice énfasis en la ridícula palabra que usó. ─────, pasa que es de las poquísimas cosas que recuerdo de ella.

───── Sí pero después se fue sin decirte nada, simplemente desapareció y no volviste a saber nada de ella. ───── percibí la burla.