La noche expone el encanto de la luna quién se ve como un cuadro de arte desde la ventana dónde moran los amantes, las estrellas sustituyen las velas y el astro filtra su luz mitigando la oscuridad, revelando así la desnudes del otro. No es una noche fría, pero de sus bocas escapa la niebla que choca en sus labios desgastados.
Para Eli esto nunca debió suceder, la argolla en su dedo pica, pero las lágrimas que se forman en los ojos lascivos grises ahogan la culpa. Ni siquiera encuentra tiempo para recordar el nombre de su prometida cuando Aesop repite el suyo como un rezo. — E.. Eli... Eli.. Elinghh...— fusionan sus labios de nuevo en besos cortos y rápidos. el adivino se descubre adicto a amortiguar los sollozos del embalsamador con su boca dejando que el anhelo domine su voluntad, le es insoportable la idea de interrumpirse aún si el anillo en su dedo hace contacto en la piel de su amante cometiendo sacrilegio a su voto.
Aesop nota el contraste de las manos tibias y el frío metal en cada caricia que el vidente le otorga, sus ojos grises lo descubren perdido en un gesto libido, bajo los efectos afrodisíacos que suscitan tocar su piel. él se siente incitado a delatar el apetito en su mirada, guiando sus manos a la tela que los priva, los dedos rozan la tela esperando el permiso del adivino, quien sujeta sus manos guiándolo al misterio de sus ojos. Aesop siente una persecución de latidos en su pecho cuando la tela se desliza exhibiendo ambos iris azul brillante, le parece estar bajo el hechizo de esos astros, atrapado en una hipnosis que lo aturde ante la revelación.
—H...hermosos. — la confesión es fervorosa y la respuesta un beso en la frente.Eli le ofrenda una sonrisa, abraza las manos del embalsamador con las suyas depositando besos de completa devoción, luego las recorre por las piernas que se abren para él en una invitación erótica. él encuentra sitio entre ellas y sus caderas se encuentran, la espalda de Aesop se curva en el toque de sus intimidades creando fricción, la piel se desliza con hervor y la fiebre aumenta transpirando el rocío en un intento de alivio para el sofoco que ocasiona la libido de rozar sus cuerpos. La secreción viscosa los vuelve imprecisos, deslizándose ambos en empujes torpes. Los dos gimotean en un rito de deleite cuando los dedos de Aesop se clavan a la piel de los glúteos de su amante, invitándole ímpetu. El vidente cede induciendo la culminación que salpica caliente en sus torsos.
Sus respiraciones acompañan el canto de un grillo nocturno, la noche es joven y el deseo todavía arde. Aesop mira a Eli de rodillas contemplarlo con esos ojos azul hambrientos, un aura brilla constante en sus iris, creando luz en la oscuridad, a la que ya se acostumbra.
se arrastra ante él incitando seducir, le ofrenda su saliva para revivir el éxtasis entre sus piernas. luego siente una mano deshacer el nudo de su pelo con su agarre estrecho, liberando en sus hombros los hilos grises, las puntas le producen pequeños cosquilleos cuando se barren en el puño que busca empujes profundos, los sonidos de ahogo del acto obsceno los reanima y Aesop quiere ir más allá engulléndolo todo. su boca emite un gorgoteo y se libera después en un hilo de baba mezclado con fluidos que los conecta, para más adelante romper el lazo con la lengua que humedece sus labios.
Aesop se tumba en las caóticas sabanas, con una idea seductora que busca impaciente tener más del vidente. Sus piernas se elevan tocando su pecho, exhibe el orificio casto a los iris azul-brillante que siguen atentos su movimiento.
Sus ojos acompañan en el camino a la mano traviesa que se cuela entre las piernas flexionadas, los dedos delinean la hendidura que brilla con el bálsamo recogido del previo orgasmo. Se muerde los labios abandonando el pudor. Y lo pide.
—Mírame...Eli... — la voz se distorsiona cuando un sollozo nace del anhelo. entonces sus dedos se sumergen para tentar. — Y...hmm... des..pués..tómame—
Por Hastur que nunca había sido tentado así, sin embargo se encontraba erguido y goteante ante la invitación visual del embalsamador.
—Te quiero...por favor...— los dedos hacen un ruido obsceno cuando son expulsados del rosado agujero, presentándose abierto para recibirlo. Las ideas pecaminosas que surgen en el vidente lo desafían a desprenderse del edén, acaricia su propia longitud esperando el momento para aclamar lo ofrecido.
Aesop lo mira tocarse desde su posición inferior, con los cabellos plateados revueltos y adheridos a su piel, las mejillas coloradas bañadas en el roció de llanto, dándole un aspecto angelical. Los dedos vuelven a jugar dentro de él mientras lo observa estimularse.
Eli quiere poseer. Es humano después de todo. Y antes de culminarse, él se contiene. Acaricia el rostro perdido en el propio estimulo obsceno, el anillo brilla en su anular pidiendo atención por última vez. A este punto Clark decide deshacer los votos del fallido amor que un día se juró eterno. Sus dedos deslizan la argolla liberándose al fin del frío aro. Este cae con descuido en alguna parte de la habitación emitiendo un tintineo que se pierde en un eco corto.—. ¿Eli...? — aesop lo mira con sorpresa ante lo que acaba de ver. —¿Por qué...?
—Shhh...— una sonrisa amable lo tranquiliza. Ya no hay frío que queme la piel de ambos. Las caricias se vuelven completamente calientes, libres de remordimiento o pecado. La mano del vidente viaja a la entrada estimulada por Aesop. ahora son sus dedos los que hurgan, deslizándose en el calor que lo atrapa. Su compañero se expande aún más para él separando sus mejillas con ambas manos, ofreciéndole una mejor intrusión. Jamás había visto a alguien tan reservado volverse desvergonzado, ni siquiera pudo predecir este encuentro con sus visiones. La boca de Eli acumuló saliva, desbordando el deseo de probar aquel agujero punzante. Sus dedos se liberaron para hundir su lengua que gotea hambrienta de Aesop.
—Nghmm— el embalsamador suelta un suspiro, complacido, y Eli entierra más su rostro en los glúteos, devorándolo sediento. Las manos de Aesop se aferran a los cabellos castaños capturados en sus dedos, mientras se consume en espasmos y quejidos de placer. El vidente simula penetraciones apresuradas con su chorreante lengua, que le hacen perder la paciencia a su recuperada erección.
—Eres tentador... — confiesa, abandonado la húmeda cavidad, para colarse entre sus piernas abiertas. Aesop siente el alivio cuando lo ve guiarse a su agujero. —Nunca había caído en una tentación— revela de nuevo, rozando la punta de su longitud como último juego previo, Eli se empuja dentro de él, mientras lo honra con besos que lo distraen del acto.
El calor del embalsamador lo rodea cuando se encuentra acogido por completo en su interior, luego vuelve a empujar cuando se siente echado por la función natural de la cavidad. Aesop se deshace en suaves gemidos. — Yo... Nghmm. —Me siento extraño...—¿Se siente bien? — pregunta en medio de besos húmedos que dejan rastro en la piel pálida del embalsamador. sus dientes muerden, dejando marcas rojas que arden después, Aesop clava las uñas en su espalda producto del karma. El vidente lo sabe, a Aesop le fascina el dolor, pero también lo cura inmediatamente besando las marcas de su descontrol y el otro lo agradece.
—S..se siente bien Eli... — responde entre la cordura y deleite, hundiendo más sus uñas en la amplia piel de su espalda. —Si pudiera.... detener el tiempo en este momento... Yo lo hariammn.. — la confesión lo enciende, volviendo los movimientos toscos desenfrenados. La erección de Aesop salta en su abdomen, encontrando estímulo propio. —Eli.. p.. porfavor... Aaah—. La petición es ávida. y el receptor cede pronto. Ambos se tensan en la danza de cadera que viene y va, la sensación eléctrica de la conexión los hace temblar en cada empuje que se llena de ímpetu, Eli descubre que hay un punto que toca y vuelve loco a su amante.
procura apuntar siempre ahí, buscando su éxtasis. El choque de caderas se sincroniza, y repiten sus nombres en mantras ahogados en deleite. Se descubren enamorados, ambos lo reconocen en la mirada del otro. No hay vuelta atrás.Aesop desea que la noche se vuelva un bucle infinito, ambiciona poder extinguir el fin para encontrar solo principio, sus dedos se tuercen en las sabanas cuando siente a Eli hundirse profundo en él, en estocadas torpes e inconsistentes. Un disparo caliente llena todos sus vacíos, y él también lo acompaña imitando estrellas fugaces que mueren en su piel. Sus bocas mitigan gemidos, provocados por sus cuerpos que reciben la descarga.
La luna sigue allá arriba, espiando desde la ventana le entrega culminada. Brooke aparece ululando. Como una nana para dormir a los amantes. Aesop acaricia los cabellos castaños y peina los que están pegados en la frente por sudor. Se pierde en los iris azul, que brillan tan intenso como la luna. Sus dedos siguen las marcas que hay bajo sus ojos encantados. Esta enamorado.
—Te amo. — susurra en devoción.
El vidente se admite en ese mismo estado. se encuentra en la mirada gris adormecida en los efectos del orgasmo, las mejillas en color salmón lo vuelven a mostrar tímido, después de manifestarse obsceno ante él en el acto previo. Sus dedos desnudan el rostro angelical cepillando los cabellos grises. Su corazón late sin sentimientos reprimidos, encontrando libertad aún en el cautiverio de la mansión. —También te amo.
FIN
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LUNA EROTICA
Fanfiction¿Alguna vez predijiste lo nuestro? Incluso para un vidente el futuro es incierto.