Capitulo 3: Enseñando los dientes.

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Tyler se acabó de colocar el uniforme de trabajo con tranquilidad, constaba de un pantalón negro de pinza y una camisa de un color burdeos muy bonito, agradecía que no fuera la típica blanca inmaculada ya que con lo moreno que estaba, resaltaba aún más y prefería pasar desapercibido en el local. Terminó la universidad ese año y aunque hubiese deseado encontrar trabajo de lo suyo, sabía que no era tan fácil así que cuando vio el anuncio de Eternal, no le disgustó para nada, sabía la fama que tenía ese local y que era difícil entrar, pero lo logró. Y debía reconocer que cuando conoció a su jefe, Wyat, no se hubiese imaginado para nada acabar como estaban ahora, siempre le encontró algo mayor para él y como un protector, pero a medida que fue conociendo un poco la otra cara del jefe, no pudo hacer otra cosa que babear detrás de él hasta que pudo arrinconarlo y que le prestara la atención deseada.

Salió de sus ensoñaciones vagamente y se pasó las manos por el cabello corto oscuro. Le daba la impresión de que así parecía más adulto, por su poca altura siempre le habían dicho que parecía un niño.

"Tyler... no tardes, abrimos en diez minutos y hoy Aiden libra." Wyat abriendo ligeramente la puerta del vestidor se quedó mirando al chiquillo de cabellos y tez oscura. Dándole una última calada a su cigarrillo que tenía casi del todo consumido.

"Me mandó un mensaje Aiden, dijo que pasaría hoy y que no te enojaras." Tyler encogiéndose de hombros cogió el delantal, notando la lejanía de su jefe. Cuando estaba en el trabajo parecía otro, no le trataba mal pero si con una indiferencia sin igual y eso, le trastocaba un poco. Porque en cuánto estaban solos, se volvía una bestia demandante de sexo y cariño.

"Ese maldito capullo, seguro que algo se trae con los clientes de ayer." Apagando el cigarrillo entre sus dedos, lo arrojó a la basura. Dirigiendo de nuevo su mirada hacia Tyler y viendo que le observaba algo confuso. "¿Qué? Si lo conocieras un poco sabrías que lo que tiene de eficiente trabajando, lo tiene metiéndose con gente con la que acaba teniendo problemas."

"Mm... parece que le conoces bastante." Tyler intentando serenarse y no pensar mal de esa buena relación que tenían esos dos, pasó por el lado de Wyat, intentando no caer en ese maldito perfume que le recordaba a esa piel ardiente. Llegando a la barra y tecleando con sus dedos en la pantalla táctil para poner la música de ambiente.

"¿Quieres preguntarme algo antes de empezar a trabajar Tyler?" Wyat pasándose la mano por la nuca, se quedó observando desde su altura el cuerpo más pequeño. Adoraba a Tyler, le proporcionaba un sexo que no había imaginado obtener de alguien tan joven pero no le debía ningún tipo de explicación.

"¿Te acostaste con Aiden?" Sincero y quedándose con el dedo encima de la play list, dirigió sus ojos oscuros a los verdes esmeralda de su jefe, viendo como estos se estrechaban.

"No, no me acosté con Aiden. Principalmente si así te quedas tranquilo, me gustan las mujeres. Has sido el primer crío al que me cojo." Wyat suspirando por tener que dar explicaciones a su edad vio como la boca carnosa se abría con sorpresa. Sí, era verdad. Nunca le habían atraído los hombres, sus relaciones siempre habían sido en compañía de féminas pero cuando conoció a ese pequeño demonio que ahora mismo le estaba escudriñando con la mirada no supo parar. Vio como le miraba a cada momento, vio como ese cuerpo lascivo se insinuaba, vio como esos labios carnosos se tornaban en más de una ocasión en una sonrisa torcida que jamás hubiese imaginado que querría arrancar con sus dientes. Tyler despertó algo en él que antes no estaba pero sabía que era por ser la novedad y no era por no reconocer que se había acostado con un hombre, eso le daba igual. Sabía que los chiquillos como Tyler y Aiden, traían más problemas que beneficios. "Y si, también estuve casado... ¿Quieres unas analíticas de sangre? Antes de empezar a follar contigo sin condón ya lo hice pero si quieres te las vuelvo a enseñar..."

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