AL VUELO DEL COLIBRI

Invierno

Abrí  mis  ojos y he  descubierto  que  encuentro en este  tan peculiar  lugar después de subirme en  aquella camioneta totalmente  blanca con  vidrios  obscuros y bastante grande  que se  supone me  llevaría   al  aeropuerto y aquellos hombres que  tenían  un  porte  tan particular  y a la vez  tan sospechoso que  comencé   a ponerme   muy  nervioso  eran enormes con esos   cuerpo  tan   fornidos y   con  esos trajes  negros sin  olvidar sus grandes gafas  que  aparentaban  ser  guarda espaldas   que se  encontraban alrededor  de aquella  camioneta  me puse   aún más  nervioso de  lo que  ya  me  encontraba , mi corazón  comenzó  a  latir  demasiado   fuerte  y  mi frente  se  llenó por  completo   de  sudor  en ese  instante  en el cual  sabía  que  nada  bueno estaba  por  sucederme  recordé  la  mirada  de  mi madre y  mi  padre  de  la  chica a  la  que  amo  y simplemente  cerré mis  ojos ,me detuve un momento y di mi  último  aliento de  libertad me  decidí  a  entrar  a  aquella  camioneta   por  un  instante un frio   recorrió  mi cuerpo  después  de  sentarme en medio  de  dos  sujetos  y  que  mis  valijas   se  encontraban  en  la parte  superior y todos los hombres  en sus  lugares .Aquella   camioneta comenzó a alejarse cada vez más  de  mi hogar  de  aquellas calles  por  las  que  había  pasado   miles de  veces alegre,molesto,triste,feliz que  no  las  vería  durante  un largo  año  y al  dar  vuelta a la avenida principal     de la   nada   sentí  un  gran y preciso  golpe  en  mi nuca, y   lo único  que  recuerdo   es  el gran dolor  después de  aquel golpe  y   la  sensación  de   un  mareo   inmenso  que  me derribo   me  sorprende   el  encontrarme   en  este  sitio  tan  extraño  y  diferente  que  nunca  había  visto   jamás había ni  estado  aquí  ni siquiera en  mis  pesadillas, un sitio  muy  caluroso, pequeño y  mal oliente pero  qué  diablos  hago  en  este  sombrío  lugar  y ahí me  encontraba solo  y sin saber  qué es lo que pasaba.

 Porque  me  encuentro  aquí  cual  es  la  razón  por  el  cual  me  encuentro en  este  reducido  cuarto   la  única  manera  de  ver  el  exterior  era  por  una  pequeña  ventana  por  la  que vi como  el sol  abandonaba  el   cielo  que  se mostraba  tan  rojo y que  se  combinaba  a la  perfección  con el  anaranjado  el sol  abandonaba  el   cielo sin  olvidar que  fue  tan solo  unos  momentos  después  cuando me di  cuenta,  que  en  mis muñecas  se  encontraban unas  esposas las  cuales    confinaban  mis  brazos    evitando  un  movimiento    natural  no  podía  hacer  gran  cosa ya  que  me  encontraba al  igual  esposado  de  mis  tobillos. y  la   luna  comenzó  a  salir. Nunca  olvidare esa  luna   tan  resplandeciente, tan  bella, tan majestuosa de  un  color  tan  peculiar  una  bellísima  luna roja  que  me  recuerda   tanto  a  casa  aquellas  noches que  desde  mi  ventana  se  apreciaba  con  tanta facilidad  sin olvidar  aquellas las  noches en  el  que  el  cielo   se  llenada  de  estrellas  y  salía  con  mi  padre   a  observar  aquellas magnificas   noches estrelladas con  nada más  que   nuestros  ojos. Iniciaron con la  huida de mis ojos  una  serie  de  lágrimas  que se   deslizaron por  mis pómulos hasta caer en el piso aquel  piso  blanco lleno de gotas de  sangre por todas partes en el cual apenas se  podían distinguir  una serie de  dibujos  por todas partes  comencé a  llorar de   la  impotencia, al  no  poder  ponerme de pie  al  sentirme tan débil y vulnerable  recordando  las palabras   de  mi  viejo de  que  jamás  me  dé  por  vencido  que  siempre  me  ponga  de  pie  no importa  que   tan  fuerte  que   me  golpe una  y  otra  vez me  puse de  pie  jamás me rendiría   intentándolo  una y otra vez   mientras  la  impotencia  me  invadía,  unos pasos  bastantes  agresivos pero  tan  delicados como si  se  tratara de  una  dama y con  mucha   urgencia  se  acercaban   donde  me  encontraba mi  ritmo cardiaco  se  alteró  y comencé  a  sudar  aún más  arrastrándome por el suelo me  replegué  a la  esquina  más  aislada   de  aquel  cuarto a  obscuras