Capitulo 4: Perro de presa.

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Se quedó mirando a su jefe, llevaba unos días de malhumor y se había notado en los negocios. Las reuniones eran un poco más agresivas que de costumbre, si normalmente Yacob tenía poca paciencia, ahora menos y nadie osaba decir nada al respecto. ¿Quién iba a llevarle la contraria al cabecilla de la mafia? Dimitri dejó las armas que había estado limpiando con tranquilidad encima de la mesa, volviendo la mirada a su jefe que fumaba como una locomotora en el sofá con un portátil encendido conectado a un teléfono móvil que sabía bien que no era de él.

"¿Sacaste algo de ahí?" Dimitri levantándose se fue hasta el sofá, apoyándose en él y mirando desde arriba a su jefe, viendo como este negaba con la cabeza. "Si tu no pudiste, es que no hay nada interesante."

"Lo poco que hay es más para pasar el tiempo. Fotos de Aiden y del local, algún que otro amigo y poco más. Ni en el correo, ni en el historial, ni en las últimas ubicaciones conocidas. Ese maldito niño es realmente cuidadoso." Chasqueando la lengua, echó la cabeza hacia atrás con el cigarrillo entre los labios, mirando el rostro de su amigo.

"Déjame echarle un vistazo." Suspirando se sentó al lado de Yacob, cogiendo el portátil e intentando echarle una mano a su jefe. No le hacia gracia ayudarle porqué sabía a la perfección que eso no haría más que darle más motivos para seguir, pero no podía no hacerlo ya que ante todo, les unía una vieja amistad. "Fue rápido nada más darse cuenta de que perdió el teléfono lo reventó por dentro, lo que tardaste en desbloquearlo fue el tiempo que tardó él mismo en borrar todo rastro."

"Te dije que ese chico no es habitual." Apagando el cigarrillo miró los brazos llenos de tinta de su amigo, símbolos, dibujos y alguna que otra figura oscura. Dimitri aunque fuera de sus mejores hombres, sabía que muy en el fondo, era demasiado noble. "Aunque no quieras escucharme te lo diré. Cuando mandé investigarle, supe que se dedicó a la estafa durante una temporada, alguna que otra cosa callejera y luego de golpe, como por arte de magia estuvo trabajando para algún pez gordo, tiempo después finalizó. Si es verdad que sacaba todo ese dinero que me dijo el viejo Owens, no entiendo su desaparición en el sector."

"¿No crees que tenga algo que ver con este chico?" Dimitri abrió una ventanilla, en una de las fotos aparecía Aiden tumbado en el sofá, con la cabeza en el regazo de un chico pelirrojo y piel tostada. Ambos sonrientes. Conteniendo la respiración durante unos segundos e intentando calmarse.

"¿Y qué tiene que ver una simple foto? Será uno de sus ligues." Pasándose las manos por el cabello miró a los ojos a su amigo que negó con la cabeza, por unos momentos le pareció que esos ojos habían reaccionado de una forma extraña. "¿Sabes quién es?"

"Algo por el estilo. Fue cuando tu estuviste recluido en Rusia por un tiempo y estuve vigilando tus negocios aquí, hará unos tres o cuatro años. ¿Te acuerdas de Viktor?" Dejando el portátil, apoyó su espalda en el sofá ante la atenta mirada de su jefe. "Contrató una estafa sin igual, un trabajo demasiado costoso y difícil para poder quitarse de en medio la yakuza que le estaba quitando mercado de armas."

"Si algo escuché. En su momento cuando hablé con él, le dije que lo mejor era o cargarse a todo el clan o cambiar de barrio. La yakuza es difícil en su propio territorio." Yacob bebió de su copa de vino, agradecía tener buena relación con ese grupo, le gustaba su filosofía así que siempre se mantuvo una tregua entre ellos y no se quebrantaría. En eso, Viktor erró.

"La historia la sabemos todos. No salió bien el viejo Yamada se enteró y se encargó de hacer desaparecer a Viktor y a todos ellos. Pero antes, el idiota de nuestro camarada contrató los servicios de unos estafadores para vaciar las arcas de Yamada y que se viera obligado a retirarse. Los chicos que trabajaron para él no lo hicieron para nada mal, pero era un trabajo difícil, al no conseguirse, Viktor castigó a uno de ellos con una bonita sonrisa en el abdomen." Dimitri haciendo el gesto en su propio vientre se quedó mirando el rostro divertido de Yacob. "No sé como el mismo viejo yakuza no se cargó a los chicos, pero supongo que su código moral, le llevó al pez más gordo que era Viktor."

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