golpe nocturno

Equinoccio De Verano

Poblado de Vidaliz

9 pm

Torre de vigilancia 

Por fin pudimos entrar, después de muchos años de intentarlo lo logramos. Gracias a la bendición de La Señora De La Noche pudimos pasar por la barrera que protege el poblado.

El poblado de Vidaliz. Localizado en un peñasco en la costa cerca a las montañas de Zarthet.

Relativamente pequeño, cuenta con aproximadamente 60 edificios, entre hogares humanos y otros edificios de gobierno. Todo el poblado asciende desde la muralla  y termina en lo alto del peñasco. Está protegido por el río Xirrez. Fue alterado para crear una barrera natural entre el poblado, la planicie y el bosque; está lleno de magia la cual fue deformada por los hechiceros humanos para crear un muro que rodea todo el poblado, haciendo imposible nuestra entrada. Cuenta con más o menos 500 habitantes, entre ellos se encuentra la familia que gobierna el pueblo: Los Runeit. Una familia de sangre noble a quien le fue dado el poblado cuando fue construido. El barón, Nathaniel Runeit, es el regente y quien mantiene vigente la tradición de este horrible pueblo. 

¿Cual es? 

Cazarnos. 

Desde hace 125 años los inmundos humanos comenzaron a darnos caza ¡A todos! No sólo a nosotros, ¡A todas las demás razas! Como si fuéramos animales, como si fuéramos seres sin inteligencia. Aguantamos, huimos, nos escondimos; pero seguimos muriendo, no desisten. No nos dejan en paz.

Y pensar que nuestras razas están tan entrelazadas. Venimos de ellos, pero ahora nos masacran por ignorancia, odio y placer bárbaro. Pero estamos cansados de eso. Ya no pensamos escapar. Todas las cortes hablaron y los reyes oscuros escucharon, abogaron con La Señora De La Oscuridad y esta nos dio la bendición. Ahora, después de muchos años de muerte y desesperación, Estamos dentro y listos para mandar un mensaje a la raza humana: vamos por ustedes.

Equinoccio de Verano 

Poblado de Vidaliz 

11 pm

Mansión Runeit

Desperté en medio de la penumbra, creí que tomaría una siesta de una hora y termine durmiendo cuatro. Ya es de noche, bastante tarde al parecer.  Me perdí la cena con padre y madre. Que bueno que Roz y Fler no están aquí hoy, se enojarían conmigo por faltar y dejar a padre y madre solos en esta noche tan importante.

Me siento en la cama, el cuarto está en penumbra. La poca luz que entra por las ventanas está amortiguada gracias a las pesadas cortinas .Pero al parecer ahí mucha luz afuera. Ha de ser por las 3 lunas brillando en todo su esplendor, hoy en el Equinoccio se alzan sobre el mundo y brillan como en ningún otro momento del año. 

Necesito vestirme y buscar a madre para acompañarla a rezar. Miro mi mano derecha, me concentro tratando de imaginar la luz brotar de ella en forma de esfera. Intentó, intentó intentó... Pero no pasa nada. La magia reflexiva no es lo mío. Disgustado pronunció el hechizo Vahaar. Una diminuta chispa de luz se crea en el aire, crece hasta ser del tamaño de una  manzana pequeña, flota y brilla como un sol en miniatura. Busco mi ropa y me visto rápidamente. Algo sencillo: pantalones, botas y una camisa holgada no quiero estar muy ataviado solo para ver a mis padres. 

Deshago el hechizo antes de abrir la puerta, nadie puede verme haciendo uso de esta magia o estaria en problemas graves, es inesperado que todo esté oscuro, por suerte no me caí por las escaleras. Ni las lámparas ni las velas están encendidas, eso me resulta curioso. De seguro padre mandó a los criados a casa temprano para que celebren El Equinoccio, él y madre han de estar frente a la chimenea del gran salón fingiendo que les agrada la compañía del otro.