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-Muy bien David, el objetivo está a unos metros de nosotros, si nos acercamos con sigilo podremos pillarlo por sorpresa y-

-¡A LA CARGA!

-¡DAVID ME CAGO EN TODO, VUELVE!

Sonó un disparo, apareciendo enseguida las palabras 'game over' en la pantalla del moreno, dando por fracasada la misión del videojuego.

-... Uis.

-Joder macho, que solo nos faltaba esta misión para ir al jefe- escuchó la voz cansada del menor por sus auriculares, soltando una risita nerviosa-. La próxima vez hazme caso.

-Lo siento Alex, pensé que con la nueva pistola me lo cargaba- el mayor estiró hacia arriba los brazos, escuchando el crujir de su espalda-. Te juro escucharte a la próxima.

-Eso espero. Bueno, ya son las once, mañana tengo que madrugar para los exámenes finales, hablamos mañana.

-Descansa tío, procura que las chuletas no se vean mucho.

Escuchó una risa falsa al otro lado de sus auriculares, haciéndolo reír. Se despidió, apagando su ordenador para seguidamente levantarse. Miró hacia una de las ventanas, viendo las gotas de lluvia caer con fuerza contra el cristal. Hoy había estado lloviendo todo el día, por lo que no pudieron quedar en el parque como siempre, y fue una pena, hoy tocaba luna llena.

Fue a la cocina a por algo de beber, perdiéndose en sus pensamientos en el proceso. Miró al frigorífico abierto, recordando los hechos que pasaron en el último mes. El cumpleaños de Alejandro, el jugar durante 24 horas seguidas con sus amigos gracias a un reto, volver a ver a Dulce, su ex-novia, en el supermercado de la esquina y felicitarla cuando le dijo que iba a ser madre... bastantes cosas.

Ahora que lo pensaba, su vida ya no era tan monótona. Alejandro le enseñó lugares de esa ciudad que desconocía, volvió a pasar más tiempo con sus mejores amigos y conocer mejor a los nuevos integrantes, descubrió cosas que le llegaron a gustar gracias a la insistencia de sus amigos en llevarle a 'socializar' y muchas más. Sonrió sin darse cuenta, por alguna razón el pensar que estaba saliendo poco a poco de esa vida vacía y gris le alegraba.

Miró el calendario de su cocina mientras terminaba de beber, 22 de diciembre. Mañana saldría de viaje para estar la navidad con sus padres y abuelos, y este año pasaría el año nuevo con sus amigos en la casa de Samuel, la más grande de los 9. 

Estaba deseando con ansias esa fiesta, cosa muy extraña viniendo de David. 

Qué ironía, la última fiesta que hizo el amante de la simetría (TOC según David) salió de ella sin decir nada, pero gracias a ello conoció a Alejandro, el chico que le ayudó tanto estos meses.

Tal vez en la fiesta podría preguntarle por qué últimamente estaba tan pálido y esperar que no le diga tonterías como "estuve estudiando toda la noche". Estuvo durante 5 años en la universidad, sabía de piel propia cómo se sentía estar semanas durmiendo menos de 4 horas diarias, y esa palidez no era por eso. 

David Alonso no era de tomarse las cosas enserio, pero cuando lo hacía, no había ni dios que le hiciera dar media vuelta e ignorarlas.

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora