Ojos rojos y mucho amor.

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Mírame, destruyéndome contigo. Estamos tirados en la miseria, drogados, dejándonos llevar como si no hubiera un mañana, el problema es que si lo hay, existe ese “mañana” en el que ya no estaremos drogados (o quizá sí), pero ese “mañana” es el que me hace pensar hasta cuando ya no nos destruiremos, hasta qué punto nos dejaremos de querer, porque así somos nosotros, nos destruimos mientras nos queremos, para no sufrir después, para que él dolor llegue más despacito, para no tener que destruirnos solos cuando esto termine.

Sólo quiero dejar de pensar y que las horas sigan pasando a tu lado, nos sigamos queriendo, me sigas “pasando el humo”, así, lento y suave, como me pasas tu amor, tu esencia, tus miedos, tu desastre, así como poco a poco todo lo tuyo se vuelve mío y lo mío tuyo. Así nos vamos a la chingada, despacito, pero juntos.  

Ojos rojos y mucho amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora