Capítulo único.

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La ceremonia.

Se observaba en el espejo situado en frente suya de forma nerviosa, mientras que sus manos se aferraban al blanco vestido que llevaba puesto para la ocasión. Mordiendo su labio inferior con algo de temor.

—Joder Rubén. —Se quejó el pelinegro, desarmando por quinta vez el peinado del contrario. —¿Quieres dejar de arrugar el vestido?, ¡Tus manos donde pueda verlas! —Sentenció, refiriéndose a que las colocara en la mesilla.

—¡No me regañes coño! Estoy nervioso, ¿Y si no le gusta como luzco? —Lloriqueó el de orbes jades.

Alexby sobó el puente de su nariz algo irritado, si bien entendía el nerviosismo de su amigo en un inicio, ahora mismo necesitaba terminar de arreglarlo y Rubius no cooperaba del todo.

—Claro que no le va a gustar si no me dejas arreglarte... —Aclaró, intentando sonar calmado. —¡Hey, no, no, no llores!, ¡El maquillaje!

Como le estaba sacando de las casillas, ¿Por qué aceptó arreglarlo?

—Perdón. —Sollozó Rubius, mientras que el de menor altura limpiaba con sumo cuidado las lágrimas –que por suerte- no alcanzaron a deslizarse hacia abajo. Al menos el maquillaje seguía intacto.

—Escúchame, todo irá bien, ¿Si? —Le consoló Alexby, esta vez, más relajado. —Entiendo que estés nervioso, pero todo irá fantástico, sin embargo, necesito que me dejes terminar de arreglarte y que me ayudes quedándote quieto. —Tomó una pausa. —Si sigo desarmando una y otra vez el peinado que te haré, esa peluca se arruinará.

Rubén asintió, no quería que su peluca se estropeara.

Aquello le sacó una leve sonrisa al de menor altura y a su vez una sensación de alivio tremenda. Usaría sus habilidades de estilista para dejar precioso, o mejor dicho, ''preciosa'' a su amigo.

El híbrido de oso observaba sus uñas de forma curiosa, al ser un híbrido sus uñas eran más bien, garras filosas. Ahora habían quedado totalmente delicadas y hermosas, además de que estaban cubiertas con un lindo color coral.

Mientras el de mechón azul, peinaba y separaba mechones del suave cabello rosa, pensando, en cómo estaría su novio con Vegetta.

Mientras el de mechón azul, peinaba y separaba mechones del suave cabello rosa, pensando, en cómo estaría su novio con Vegetta

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Fargan cruzaba sus dedos, suplicando internamente de que el de orbes violetas ya se decidiera. En un principio había querido ir con Rubius, pero esa sugerencia fue instantáneamente rechazada tanto por Alexby como por Luzu. Fue algo triste.

Aunque le vio el lado bueno, no tendría que lidiar con el osito, y estaría más calmado con Vegetta, después de todo, era Vegetta, ¿No?

Bueno, no. Se equivocó y ahora a pesar de no ser totalmente cristiano, estaba rezándole a los dioses que le tuviesen piedad y que por al menos un bendito día, el de hebras oscuras dejase de lado su excesivo y exagerado perfeccionismo.

EL ARTE DE AMAR BONITO ─ Rubegetta OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora