PRÓLOGO

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12 de marzo del 2015

No había cosa que más odiara que me despierten mientras duermo, es el único momento del día en el que puedo ser yo misma, mi mente descansa, mi cuerpo descansa, no hay problemas, no hay preocupaciones, no había nada...  Solo éramos el silencio y yo. La paz que hay en mi cuerpo mientras duermo me invade y a veces deseo estar siempre durmiendo. Una vocecita me hace despertar, haciéndose cada vez más y mas fuerte.

Me levanto de mala gana maldiciendo quien sea que fuera que esté gritando, giro mi cabeza hacia la mesita de noche, en la que se encuentra mi teléfono cargando, un libro, y mi reloj, me fijo en la hora y
veo que son las 7:33 a.m.

-Que demonios...-murmullo frotándome los ojos molesta.

¿Quien es el impresentable que se pone a gritar un sábado a las 7 de la mañana?

-SIERRA! ¡POR FAVOR! NO, NONONO, EH, DESPIERTA...- escucho a mi padre ahogar un sollozo mientras arrastra la última la palabra hasta quedarse completamente en silencio.

¿mamá? Tan solo pensar que le ha pasado algo me hace saltar de la cama y salir corriendo escaleras abajo, mi dormitorio quedaba en el segundo piso, y el de mis padres quedaba justo al lado de la cocina, yo tenía todas las vistas hacia el jardín, a las casas de mis vecinos de enfrente y los vecinos a mi derecha.

Entro apresurada al dormitorio de mis padres y siento una punzada en el pecho al encontrar a mi madre tirada en el suelo, con mi padre encima intentando reanimarla. Nonono, por favor, no, esto... esto no tiene que estar pasando... Esto no puede ser real, debo... debo estar durmiendo todavía, quizás solo es una mala pesadilla.

-papá...

Mi padre me miraba con los codos apoyados en sus rodillas, sentado sobre sus propios tobillos. El me miraba con sus ojos hinchados, las lagrimas corrían por sus mejillas sin control, y cuando me quiero dar cuenta estaba de rodillas mirando a mi madre, que yacía sin vida sobre moqueta. Una especie de saliva blanca está marcada en la comisura de sus labios, llegando así hasta el inicio de su mejilla.

- hija...-Me mira con dolor, pasando su brazo sobre mis hombros haciéndolo subir hasta mi cuello, para después acariciarme con su mano libre la mejilla y así finalmente abrazarme-

No puedo evitar soltar un sollozo sobre otro en su pecho, mi madre... ella... ¿ella está muerta? me cuesta hasta pensarlo y noto como mis lagrimas y mis mocos empapan la camisa de mi padre creando una mancha con forma de charco.

-papa...-el me mira aun con las lagrimas cayendo sobre sus mejillas -¿E-ella está...?-  no puedo evitar rodar otra lagrima, no puedo, me cuesta pronunciar esa palabra en mi madre...

-si...- me interrumpe como si estuviera leyendo mi mente, mis ojos no parpadean, mi cuerpo está paralizado, no puedo mover ninguna articulación, solo, las lágrimas mojan mis pómulos y  mis mejillas hasta llegar al borde de mis labios que separa la nariz de mi boca, haciéndome saborear cada gota salada que pasa.-

-Nuestra hermana ha ido al descanso eterno en la paz de Cristo, que el señor la reciba en la fiesta de los hijos de dios en el cielo. Con fe en la vida eterna, ayudemos con nuestras oraciones y pidamos también por nosotros. Que volvamos a reunirnos algún día con nuestros seres queridos, para que, juntos, encontremos a Jesucristo cuando él, que es nuestra vida, se manifieste en gloria.- recitaba el cura mientras bajaban su tumba-

Hoy es el funeral de mamá, y me cuesta todavía asimilar que ella ya no está, mis ojos, mi cuerpo, mi mente y mi alma ya no dan para mas, llevo dos días sin dormir, llorando y sin comer, mi padre a mi lado me consolaba, y mi hermano al otro lado apoyaba su brazo sobre mis hombros, como un abrazo lateral,   tenía la mirada perdida, sus ojos estaban hinchados, su nariz estaba roja por el frío y su pelo algo alborotado, no habíamos dormido nada con los sucedido . Horas después de habernos encontrado a  mamá muerta, papá lo llamó comentándole  lo sucedido, había llegado a casa destrozado, apenas podía abrir los ojos, y lo entendía, yo había reaccionado exactamente igual.

Había venido casi todo el pueblo al funeral, habían llegado vecinos nuevos pero no me limité a averiguar quiénes eran, no era mi mayor prioridad ahora. Diría que solo me limite a escuchar al cura y a llorar, pero estaría mintiendo completamente, estaba agotada, no escuchaba nada, todo lo veía oscuro, las rosas que le habían tirado sobre la tumba diría que eras preciosas, pero era incapaz de ver el color, ni si quiera sabía que colores tenía, me sentía sola, vacía, el nudo en mi garganta aumentaba su tamaño y yo me sentía cada vez peor.

El procedimiento a casa fue peor de lo esperado, todos me miraban con lastima, las palabras eran las mismas, "lo siento mucho" "te acompaño en el sentimiento" "que la gloria esté con ella", abrazos, sonrisas melancólicas, apretones de manos, ni si quiera sabía si sentía mi cuerpo, estaba tan débil...

xx
¡hola! soy Ainhoa pero entre nosotr@s, mejor llámame Ain, -le susurra mientras le guiña un ojo- Es la primera vez que escribo una historia así tipo "formal",  la mayoría eran fanfics, o bueno, que mejor historia que las que me montaba con mi crush -suspiró- en fin, my lovah, ojalá tengas un buen día y reza por mi por que esta historia tenga apollo!T-T
ig:@lilainxx
los quiero, muakas <3;)

DOMINIK [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora