3. Un viejo conocido

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— ¡ TÚ! — dije mirando al que una vez fue mi amigo.

Un zorro, de unos 22 años de edad, con un traje muy elegante, su característica cola larga y frondosa es lo que diferencia a su familia de otras.

No había vuelto a ver a el joven Foxxo desde que tenia 17 años, nuestra relación de enemigos se formó después de que cumplimos 6 años y dejamos de ser amigos. Esa fue la principal razón del porqué estudie piano, para sacar a Foxxo de mi cabeza.

Ya sabía que la familia de Foxxo era dueña de este lugar y de mucho más, pero no creí que me comprarían el terreno en el lugar justo donde Foxxo tiene control total.

Desde pequeño, a Foxxo se le a dado siempre lo que desea, lo cual lo a vuelto malcriado, egoísta y narcisista. De niños éramos grandes amigos, yo lo ayudé a desenvolverse con los demás, eso es algo que aún puedo ver en sus ojos, pero su avaricia lo controla y le dificulta ser gentil.

Ahora recuerdo a Joe, es el fiel sirviente de la familia de Foxxo, al igual que cientos de personas, pero Joe, él es especial. No se mucho sobre la vida de Joe ( o como yo lo llamo: la sombra blanca de Foxxo, o simplemente "sombra") pero se que su cuerpo esta lleno de cicatrices, es lo único.

— ¿ qué haces tu aquí? — preguntó Foxxo mirándome con desagrado.

— soy el nuevo propietario de la casa al este del pueblo, ¿ no lo sabias? — le dije tratando de sonar tan elegante como el para molestarlo.

— no... — él volteó a ver a Joe — ¡ es por eso que no me decías de quién era esa mansión nueva en la colina del este! — dijo Foxxo muy molesto.

Este sólo volteó ver a otro lado.

— y tu Wuffle, ¿ esta es la razón por la cual no querías que viera al alcalde? — le dije a Wuffle muy molesto.

— pues verás... Si, tu hermano me llamo y me dijo lo de Foxxo y tú, planeaba decírtelo mas tarde, en tu casa, pero creo que ya es tarde — dijo Wuffle muy apenado.

Lo único que hice fue dar media vuelta e irme.

— ¿ adónde vas? — preguntaron Puipui y Debbita.

— llamare un taxi, tomaré mis cosas y me iré por donde vine — saqué mi teléfono y comencé a marcar, no iba a soportar a ese malcriado ni un segundo.

— eso es, vete, sólo eres una molestia y nadie te quiere aquí, león analfabeta — y en el momento en que Foxxo dijo eso, dejé de marcar y colgué.

— pero a decir verdad, creo que sí me quedare, de ésa manera podré fastidiarte — me volteé y lo miré a los ojos, el sabía lo que iba a decir — Rata Ladrona.

Todos se quedaron en silencio, nadie se atrevía a faltarle el respeto a Foxxo, y menos con el enorme sirviente que tenía siempre a su espalda.

— y dile a tu sombra, que hace años deje de temerle — solo me volteé y me dirigí a mi casa, dejando a Foxxo con la palabra en la boca.

— ese chico me agrada — eso fue lo último que escuche decir a Puipui antes de irme.

LeónidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora