—¿Se te perdió algo?... ¿Eh Insecto?
—A... bueno, es que...
—¿Es que, qué?, Dime ... te sigo esperando, ¡Responde!
—Bueno, es que a decir verdad, me da pena decirlo, es, es algo un tanto vergonzoso.
Era la mañana del martes, Daniela ya había partido hacia la escuela en el bus, y tan pronto comos se puso en marcha, Arturo no dudó en regresar a su habitación no si antes hacer una pequeña parada en la de su único hermano hombre, pero al subir las escaleras de la casa se percató de un extraño ruido proveniente de su propia habitación, y asomar su cabeza se encontró con nada menos que a la persona indicada, y para su sorpresa estaba husmeando entre los cajones de su ropero, con una actitud desesperada y a la vez temerosa, cual niño tomando dinero de la cartera de su madre sin que esta se entere
—¿Ah si? —de manera retórica casi como amenaza más que como burla— pues tienes cinco segundo antes de que te quite la vergüenza a golpes —terminó por amenazar con su típico tono de voz frío, sin emoción alguna e intimidarte, como si las palabras que salieran de su boca fueran regaños de un jefe dirigidas a un empleado incompetente
—Bu-bueno, esta bien, lo diré, —bien Derek, tienes que ser un hombre, y recuerda por quien lo haces, ¡Compórtate como debes!— Lo que pasa es que la última vez que nuestra madre lavó nuestra ropa, creo que... por accidente intercambió una prenda tuya con una mía.
—Yo no le veo lo vergonzoso a eso
Arturo estaba comenzando a sospechar de las verdaderas intenciones de su hermano a la vez que su mente por fin podía centrarse en un asunto en concreto después de haber pasado mayor parte de la noche en vela y toda lo que iba de la mañana con la mente enredadad en nudos amorfos de pensamientos infundidos en agustia y ansiedad
—Lo que pasa es que la prenda a la que me refiero es una prenda interior.
—Lo siento pero yo no uso sostén ni bragas, así que ¡Fuera de mi ha-
—¡No!... no puedo irme aún
El ambiente comenzaba a ponerse tenso, las máscaras de cada uno comenzabas a agrietarse y las verdaderas intenciones cada vez se veían más. Derek, sin más salidad que afrontar el destino que ya había sellado al desafiar la autoridad de su hermano y, tomando aire para darse valor dejándolo salir junto con su miedo, finalmente logro armar algunas palabras sin que se trabara de los nervios
—Bien... quiero que me devuelvas algo que es mio.
—¿Algo que es tuyo?, lo siento —dijo soltando una pequeña riza burlona— pero no tengo nada tuyo, así que fuera y no lo diré otra vez más
—Es algo que le quitaste a nuestra hermana.
—Yo no le quité nada
—A lo que me refiero es que me urge que me devuelvas eso que le quitaron nuestras hermanas menores a Daniela y que luego les quitaste tú.
—Como dije, yo no le quité nada a nadie.
—Bueno, no importa como haya sido, el punto es que lo necesito de vuelta. Sabes, eso es de un amigo, me pidió que lo guardara y es para un proyecto escolar, un proyecto que se entrega hoy por cierto
En esos momentos la mente de Derek ni siquiera estaba consiente de lo que decía, es como si su subconsciente, quien era más listo hubiera tomado el control a su favor
—¡Ho!, con que un proyecto ¿Eh?, y dime, ¿Desde cuando los proyectos de tus amigos son hechos con basura y se ven tan desgastados?, ¿O desde cuando se les pone la fecha de hace cinco años?
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HERMANA ¡TU ERES MI PROPÓSITO! (EN PAUSA POR CORRECCIONES)
Fiksi RemajaDerek, 18 años, un chico normal que no tiene un propósito en esta vida. Daniela, 20 años, una chica normal que no es el propósito de nadie en esta vida. Tres hermanos, uno mayor y dos menores mas dos padre que no saben si quiera controlarse a ellos...