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El sonido de la máquina expendedora era insoportable, se oía cada 5 minutos, los pasillos inundados de ese silencio sepulcral y el aroma a hospital, me estaban dando tantas nauseas. Estaba cansada de desayunar una taza de té, ¡Por dios yo odio el te! El reloj de pared marcaba las 8 de la mañana, no tenia estos planes para pasar mis vacaciones, yo esperaba enormemente estar en una playa disfrutando del calor y de la frescura del agua. Ahora no podre disfrutar nada por este enorme yeso que me impide hasta respirar. Pasaron dos semanas desde el hallazgo que arruino mi vida, he intentado ser muy positiva este tiempo y aunque solo han sido intentos, cuando llega la noche no puedo evitar llorar porque el alma y el corazón me duelen muchísimo. Se preguntarán seguramente como esta Wilhemina, pero no se que responder a eso, no la he visto y no se absolutamente nada de ella... Ni un solo mensaje... ni una llamada... ni una visita. Mi madre me ha dicho que ella se encuentra bien, recibió un roce de la bala que tiro Nick al ultimo y aunque intento creer eso para quedarme tranquila, hay algo que no me cierra en lo absoluto. Tampoco obtengo respuesta de David, el ha venido una sola vez, pero ha contestado lo mismo que mi madre. Me entere que uno de los cadáveres que se llevo la peor parte ese día fue un hombre que iba caminando por ese parque y recibió el impacto del vehículo, murió al instante. Es una pena, la familia de Nick esta cruzando una de las demandas mas horribles que se pueden imaginar, ellos se llevan la peor parte, Nick esta vivo... Por ahora. Porque juro que, si lo vuelvo a ver, lo primero que hago es asesinarlo por todo lo que ha sucedido y no me importa terminar en la cárcel luego, se enfrenta a cadena perpetua por secuestro, atentado a la vida, asesinato y muchísimas mas causas, tengo que ir a testiguar dentro de unos días. Por fin, al menos para mí, la verdad saldrá a la luz. Esto parecía ser el triste final de una triste novela, que no llego a tener conclusión.

—¿Cómo estas para volver a la vida real?

—Para nada lista —conteste cuando el enfermero pregunto, Mathew trabajaba aquí desde hace dos años, fue quien me asistió durante toda mí estadía.

—Estarás bien, allá afuera te extrañan

—Necesitare muchos años de terapia para superar esto —se rio y me ayudo a que me levantara.

—Eres fuerte, no lo olvides

Esas palabras de animo me recordaban a David, el si estuviera aquí conmigo diría exactamente lo mismo, mi abuela abrió la puerta de la habitación y nos extendió una bella sonrisa. Ella era quien se quedo conmigo estos días, mi madre tuvo que regresar por un problema en el trabajo y esta bien, yo le insistí con que se vaya.

—Buenos días mi cielo —saludo tomando mi brazo y Mathew lo soltó para tomar mis cosas y seguirme por el grande pasillo del hospital.

—No voy a extrañar el aroma de aquí —comente riendo y obtuve una pequeña risa de ambos. Al final podía decir y asumir que habían acabado los problemas para mí. Después de todo lo que paso, no volver a tener un jefe así y no buscare trabajo hasta que me reciba. Tendría que haberle hecho caso a David desde el primer momento.

El edificio que me acuno durante dos semanas, desde afuera se veía tan tenebroso, pensar que yo y Nick nos encontrábamos en el mismo lugar, hasta que lo trasladaron a otro para evitar inconvenientes, eso me tranquilizo demasiado. Aun así, no puedo conciliar el sueño en las noches. El mínimo ruido me despertaba, espero que en casa ya no sea así, necesito sentirme a salvo. El auto de David me dio tranquilidad, su coche estaba esperando a que me subiera, mi abuela me abrió la puerta trasera y me ayudo a subir, de conductor estaba Víctor.

— Es lindo verte —musito con una sonrisa, copie su acción facial y me acerque para besar con cuidado su mejilla.

No pregunte, pero la mirada de Víctor estaba demasiado agotada o ha estado trabajando mucho o algo le ha quitado la vitalidad que antes tenía, sus ojitos lo cubrían un manto negro denominado ojeras y los labios resecos podemos decir que el café provoco eso. El trafico estaba pesado, el sol estaba en su resplandor, muy de lejos los oía conversar sobre cosas adversas y diversas.

Más Allá De NosotrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora