Valentín.
Tres de la mañana y yo estoy parado afuera de la casa de alguien que no conozco para entrar a una joda. En mí cabeza sonaba mejor que estar tirado en el sillón fumando solo y triste.Apenas puse un pie adentro de la casa lo vi pasar tan altanero y su sonrisa tan característica, lo vi bailar a su manera, moviendo su cuerpo al compás de la música tan seguro, sus piernas cortaban las lenguas del sol, tenía esa luz en la mirada.
Fui hasta la barra improvisada a agarrarme una birra y me acerque a sentarme en unos de los sillones que habían cerca.
- Wosito- Saludo alegre Mateo, hace mucho no nos vemos.
- Matein, ¿Cómo estás?- Pregunté abrazándolo.
- Todo bien, Valen ¿Vos qué haces por acá? Habías dejado la joda- se rió. Es verdad, hace meses que no salía para no cruzarme con él.
- Algún día tenía que volver- Respondí llevando la lata a mí boca.
- ¿Querés?- Me ofreció del porro que estaba fumando con Mauro. Lo tome entre mis dedos y me lo lleve a la boca mientras lo miraba bailar.
Después de un rato de estar con los chicos no resistí ver cómo movía su cuerpo con sin sacar su mirada de la mía.
- Ya vuelvo- Les avisé mientras me levantaba del sillón y empecé a caminar hasta él. Me miraba con sus ojos mas oscuros que siempre y su sonrisa tan especial, una mezcla de dulzura y calentura.
Sin siquiera mediar una palabra tome su brazo y lo arrastre hasta un rincón oscuro de la casa. Apenas dejamos de movernos posó sus brazos sobre mí cuello, su mirada bajo de mis ojos a mis labios, lo próximo que sentí ahí fueron sus propios labios.
Cómo extrañaba su boca, esos labios gorditos que tanto me encantan.
Era Dani quien manejaba el ritmo. Con él rara vez se trata de un beso lento, pero este era el caso, lento y profundo.
Nuestros labios se unían con suavidad, nuestras lenguas jugaban entre sí, mis manos acariciando su cintura y las de él mí nuca.
De todos los besos de Daniel, estos son mis favoritos.
- ¿Cómo estás? Hace mucho que no te veo- Dijo tranquilo cuando nos separamos. No entiendo cómo está tan calmo, a mí me revoluciona todo.
- No estaba del todo bien por eso vine- Respondí sonriendo de lado.
- No se si para vos lo mejor es una joda cuando estas mal- Hablo apoyándose en la pared. Me conoce mucho, nunca salia de joda cuando estaba mal pero tenía la esperanza de encontrarlo.
- Era seguro que ibas a estar vos, así que si era lo mejor- Sonrió y estiró su mano para acariciar la mía.
- Sabes que me podes llamar cuando me necesites- Mirandome fijo.
- Quedaron medias tensas las ultima vez que nos vimos, no se si era lo mejor- La última vez fue en una joda justamente, terminamos de garchar y tuvimos la misma discusión que siempre, desde ahi no nos vimos mas porque yo deje de salir.
- Pero voy a estar siempre para vos- Contestó bajito.
- ¿Vamos a buscar algo para tomar?- Pregunté tratando de desviar la charla y asintió- ¿Sigue siendo el vino tu favorito?- Consultó cuando entramos a la cocina.
- Lo sigue siendo al igual que vos- Respondi agarrando su cintura tan perfecta. Se dio vuelta para besarme, como era de esperarse, fue mucho mas desesperado que el anterior y aunque me gusta más de la otra forma no me quejo, siempre disfruto sus besos.