Capítulo 2: enojado contigo.

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Frankie no recordaba cuando fue la última vez que había corrido tanto

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Frankie no recordaba cuando fue la última vez que había corrido tanto. Mientras trataba de pasar por encima de Duncan, pensaba en que, tal vez, fue cuando estaba en la escuela. Realmente no era un chico que amara los deportes o el ejercicio físico; pero correr, fue lo primero que pensó cuando vio a Duncan acercarse con un cuchillo hacia sus amigos.

Duncan tomó a Frankie del brazo e intentó detenerlo, Frankie solo pensaba en huir y poner a salvo su vida; tras un leve forcejeo, logró soltarse del agarre de quien lo acechaba. Duncan corrió tras él, tratando de agarrarlo nuevamente.

-¡Ven aquí, Frankie! -gritó Duncan, sin dejar de correr tras él.

-Tú, no... -comenzó a decir Theo, luego de ver a su amigo correr despavorido-. Iré por él.

Y salió corriendo.

-¿A dónde vas? -preguntó Erin, asustada.

-Salvaré a Frankie, mientras tanto ustedes piensen cómo detener a Duncan, trataré de que baje aquí -le respondió.

-¿Serás un señuelo? -cuestionó Marion, que no parecía muy convencida por ello.

Theo sonrió y emprendió su camino a la segunda planta, pero antes de aventurarse a subir las escaleras, caminó apretando el paso hasta la mesa del pasillo y tomó un jarrón con flores que había sobre la mesa.

No se acercaría a Duncan con las manos vacías.

≪ •❈• ≫

La planta superior de la casa de campo de Brittany, había sido construida con un diseño moderno y diferente a cualquier otra edificación. La distribución de las habitaciones era algo confusa y parecía un laberinto. El lugar era espacioso. Sin luces, se veía bastante aterrador mientras que, iluminado, revelaba un lugar moderno y acogedor.

Frankie corrió por el pasillo hasta la última habitación y se encerró ahí. Justo al cerrar la puerta, Duncan alcanzó a poner su pie para evitar que cerrara la puerta. Frankie dio unos pasos torpes hacía atrás hasta chocar contra un escritorio. Mandó su mirada hacia atrás para cerciorarse del mueble con el que había chocado. Estaba en la misma habitación donde había tomado las velas para iluminar la sala oscura de hace unos minutos. Había buscado con la linterna de su teléfono celular que, en ese momento, se encontraba inservible por la obstrucción de señal luego del apagón.

El volver su mirada a la habitación, le dio la oportunidad de darse cuenta que Duncan había entrado a la habitación y, tras de sí, dejó la puerta con seguro, sosteniendo el mismo cuchillo con el que atacó a Brittany. Se acercó a él con pasos muy lentos. Cada paso le angustiaba más a Frankie, lo suficiente como para mojar su pantalón.

-¡No me mates! -suplicó Frankie, con sus ojos envueltos en lágrimas.

-No te mataré -pronunció Duncan, hasta detenerse junto a un librero de un tamaño apropiado que cabía perfectamente en la habitación. Ante sus palabras, Frankie suspiró con alivio-. Si deseas colaborar -continuó, tocando la punta del cuchillo con su mano libre.

Despiadada Venganza © [disponible en físico] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora