17. Jennie y Somin

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Somin siempre se dejaba llevar por la opinión que los demás tenían de ella y lo utilizaba a su favor. En Menfis nueve de cada diez personas la tachaban como una chica mala, una escoria, una deshonra, entre otras cosas y ciertamente eso nunca le incómodo. Pero ahora es distinto, de alguna forma sentía que todo lo que pasó ante los ojos de alguien tan noble como Jennie podían afectar rotundamente en la forma de cómo la princesa la fuera a ver.

—¿Crees que esta noche los dioses logren derrotar a Apófis? — le preguntó Jennie mientras miraba el cielo nocturno. Estaban ambas en el jardín recostadas en una banca.

—Siempre lo hacen— respondió Somin soltando una risa.

—Si mi padre supiera que estoy afuera en la noche de seguro me encierra el resto de mi vida— dijo la princesa riendo.

—A veces la noche es más linda que el día—dijo levantándose lentamente para ver a Jennie. —Depende de cómo lo mires. — soltó un suspiro. —Y con quien lo mires— agregó, la princesa le dio una leve sonrisa.

A su vez también, Jennie trataba de comprender muchas cosas, Somin no solo era una chica amable y cariñosa, sino que también era una muy buen amiga, por lo que no podía entender cómo sus hermanas podían odiarla tanto.

—Som— dijo Jennie levantándose. —Sé que puede ser algo personal pero...¿Por qué tus hermanas tienen tanto odio hacia a ti? —pregunto, la chica agachó su cabeza. —Rosé nunca me hablo de ti, Wendy parecer ser como si hablara de la peor persona del mundo y bueno yo he podido confirmar este último tiempo, que no es así...

—Es complicado realmente— respondió Somin. —Es difícil ser la deshonra de la familia— dijo con una leve risa sarcástica.

—No sabes cuánto te entiendo— soltó Jennie.

—Cuando era pequeña mis hermanas y yo éramos muy unidas pero con el tiempo las cosas cambiaron. — dijo con nostalgia. —A las tres nos enseñaban las artes en Menfis, allí descubrí que era muy buena para bailar pero no para la casa de la vida— soltó una risa. —Deje de ir a la casa de la vida para ir a bailar en la calle— Jennie alzó una ceja, Somin estaba comenzando a ser muy abierta con la princesa. —Un buen día un tipo se me acercó y me ofreció ser una bailarina del casino de la ciudad, se lo dije a mis padre y no les gustó la idea así que encontraba la manera de escaparme todos los días para ir, así me mantuve hasta que se enteraron por culpa de unos vecinos que me vieron allí y de ahí que todo cambio.

—Ósea que eras una...

—¿Prostituta? No, no era muy de mi estilo, solo bailar y cantar— respondió. —Aunque si se daba la oportunidad...— Jennie soltó una risa aligerando el ambiente, Somin podía admitir que antes sentía miedo de lo que la princesa pudiera pensar de ella cuando se enterara -pese a no decirle toda la historia- pero resultó ser todo lo contrario. —Creo que mis padres jamás me perdonarán por haber encontrado la felicidad en algo que no aprueban.

Jennie soltó un suspiro mirando al cielo nuevamente con la historia de Somin pudo verse reflejaba, sentía incluso empatía, ella había pasado por algo similar.

—Eso significa que eres una experta bailando— dijo Jennie. —No será necesario que ensayes tanto con las demás del harén. Aunque te aconsejo que te hagas la que no sabes para que mi madre no piense que eres mejor que ella. — susurro la última parte riendo, Somin soltó una risa negando.

—¿Y tú? — Preguntó—¿Cómo te convertiste en la deshonra de tu familia? — soltó una risa, la princesa soltó un suspiro hondo.

—Por lo mismo que tú. Encontré la felicidad en algo que mis padres y el rey y la reina no aprueban— respondió haciendo énfasis en la última parte, Somin frunció su ceño. —Con el tiempo aprendí a diferenciar entre los reyes y mis padres. — dijo gachando su cabeza. —pague muy caro por lo que "hice".

Somin asintió comprendiendo la situación, no iba a forzar a la princesa a decirle algo que no quisiera, se sintió bien por tener una amiga que la escuchara y pasara tiempo con ella, más que eso tener a alguien en su vida, alguien que no la juzgará por todo lo que hace. Llevaba años sin sentir un cariño real en su vida y jamás pensó lo iba a encontrar con la princesa de Egipto.

—Al parecer no somos tan distintas— alzó la voz, Jennie le dio una sonrisa genuina.

-

Rosé hacia todo lo posible para no sentirse nerviosa, estaba en su habitación con la reina y Jisoo. La gran esposa real vino a dejar literalmente cinco infusiones distintas para los dolores del embarazo, ahora estaba con ella tocándole el vientre como si fuera a sentir algo allí dentro, Jisoo trataba de hacer todo lo posible para no dar sospechas.

—Los primeros meses son los peores— dijo la mujer dejando de tocar el vientre de la chica. —Pero con estas infusiones se pasan todos los dolores posibles, querida. — aseguró, Rosé le dio una corta reverencia.

—Muchas gracias reina, me asegurare de tomarlas antes de dormir— dijo para alejarse rápidamente, la reina le dijo un par de palabras más sobre reuniones que tendría con ella mañana y salió de la habitación.

Jisoo explotó en risa sin razón.

—¡Por los dioses, eso fue tan raro! — exclamó la mayor, Rosé asintió soltando una risa.

—Creo que ya me iré a dormir— dijo la rubia bostezando. — las reuniones son tan estresantes que si de verdad estuviera embarazada, el bebé ya estaría afuera de mi— Jisoo se rio asintiendo. —¿No quieres llevarte una infusión para dolores de embarazo? — ofreció.

—Pues yo muy honrada— respondió sarcásticamente. Pero luego recordó algo y se dio cuenta de lo mala que es Rosé para encontrar cosas. —¿No has visto tu armario estos días? — pregunto, Rosé negó frunciendo el ceño.

—Tú eres la que ve mis cosas— respondió, la mayor rodó sus ojos caminado al armario, al abrirlo saco la caja que estaba allí hacen tres días.

—Creí que lo encontrarías antes, pero ya vi que no revisas nada— soltó dejando la caja a los pies de la cama de Rosé, era una caja pero no tan simple, estaba hecha de madera con amatistas.

—¿Qué es eso? — pregunto la menor con intriga.

—La princesa Jennie me pidió que te lo diera— contesto, Rosé sintió como su corazón se inflo al escuchar de nuevo ese nombre. —Es un regalo para ti y bastante lindo porque lo hizo mi novia, así que ábrelo porque los trabajos de Lisa no son para tenerlo guardados. — ordeno con falsa autoridad.

La menor estaba anonadada viendo la caja, parecía ser una completa riqueza. Rosé tomó la caja entre sus manos, le dio una miraba a Jisoo antes de abrir la tapa, se encontró de frente con el vestido que tanto le había gustado en el mercado y un collar precioso. Estaba sin palabras ¿cómo era que Jennie le dio un regalo siendo que ya no hablaban? En el fondo de la caja vio un trozo de papiro que parecía ser una carta de Jennie. Su corazón comenzó a palpitar descontroladamente, realmente la extrañaba mucho.

—Bueno, me iré a dormir, hasta mañana— dijo Jisoo saliendo de la habitación.

Apofis: Es una serpiente con la cual los dioses peleaban todas las noches, si lograban ganar, al otro dia podrian seguir cuidando al pueblo egipcio

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Apofis: Es una serpiente con la cual los dioses peleaban todas las noches, si lograban ganar, al otro dia podrian seguir cuidando al pueblo egipcio. Representaba la maldad.

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Capítulo corto pero bruh 😎✌️

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora