Todo había comenzado como si nada un simple día en la ciudad Pentagrama situada en el infierno, los pecadores sobrevivientes de los antiguos exterminios seguían con su olas de crímenes y vicios sin frenos absolutos. De todas formas podían hacer cualquier cosa que quisieran ahí, desde beber y drogarse hasta prostituirse a cualquier idiota o incluso a algún Overlord.
En fin, todo parecía ser común y corriente para las almas condenadas de este singular lugar. Pero algo pasó en el "Hotel Feliz", o más conocido como el Hazbin Hotel, a continuación se dirá lo que ocurrió.
La princesa del infierno Charlotte Magne estaba realmente preocupada sobre el camino al que iría su proyecto de redención para los pecadores del inframundo en el cual habían caído hace ya tanto tiempo, justo ahora estaba sentada en una silla del bar del hotel enfrente de la barra de madera con sus codos apoyados en esta misma y sus mejillas apoyadas en sus palmas, últimamente no estaba del todo tan alegre como era su costumbre, estaba algo pérdida en sus pensamientos que no notaba el llamado de aquel demonio gato alado hacia la princesa, hasta que este llamó mejor su atención de golpe haciendola saltar ligeramente del susto.
Husk: Princesa!, agh, demonios, pareciera que quisieras ignorarme -decía de una forma molesta para acto seguido sujetó su botella de licor barato para comenzar a beber de esta teniendo su ceño fruncido-
