¿Quién mató a Jungkook? ➳ BTS

Harto.

—Así que tú eres el líder de la agrupación...

Namjoon asintió. Se encontraba sentado de manera correcta en la silla, con una aura muy tranquila a su alrededor. Al detective Choi le preocupada ese apacible semblante. A comparación del resto, que habían entrado a la sala de interrogatorios hechos unas magdalenas en llanto o enojados hasta lo más profundo de sus huesos.

Namjoon estaba sereno.

—Orgullosamente.

El detective Choi bufó y mostró una sonrisa amarga después.

—Yo no lo estaría si un miembro mío hubiera sido asesinado.

El moreno se encogió de hombros.

—Cada quién sabe lo que merita. Orgullosamente soy el líder de BTS, sin importar qué.

El detective asintió, caminaba de aquí para allá en el pequeño cuarto gris. Ni siquiera sabía cómo empezar con Namjoon.

—Pues felicidades por tu determinación.— Suspiró.— Escucha, estoy cansado de tanto llanto o corajes, ¿cuál papel jugarás tú?

Namjoon soltó un fuerte suspiro y meditó su próxima respuesta en silencio.

—Ninguno.—Dijo después de un rato.— Ya lloré lo que tenía que llorar y tuve mis arrebatos de enojo... Tengo que mantenerme fuerte, tengo que obligarme a ser fuerte.— Se corrigió en ese instante.— Todavía hay cinco chicos por los que tengo que velar.

—Entiendo, a fin de cuentas son tu responsabilidad. Y por tal responsabilidad, es normal que cuando alguno de ellos tiene una pelea, tú eres el encargado de las charlas y regaños... Tal como lo hiciste con Jungkook, en tu studio. ¿Es correcto?

—No.

—¿Perdón?

—Sí, hablé y regañé a Jungkook por todo el desastre de esa tarde. Pero no fue en mi studio.

—El cadáver de Jeon Jungkook fue encontrado en tu lugar de trabajo.

—Y eso no es suficiente para tenerme como presunto homicida.— Se defendió.— Yo hablé con Jungkook, sí, pero fue en el lugar donde lo encontré con Seokjin. Ese día ni siquiera había pisado el interior de mi studio.

Namjoon podía escuchar la voz de Seokjin dentro del cuarto que estaba en el final del pasillo, como también algunas quejas por parte del menor del grupo. La sangre hervía en sus venas, pues estaba en una junta con el CEO y los temas que se estaban discutiendo no le habían parecido del todo. La presión que se venía sobre BTS sería inexplicable. Y que Jimin llegara a interrumpir la reunión para informarle que Taehyung y Jungkook habían peleado, de nuevo, sólo había empeorado su estado de ánimo.

Abrumado y cansado de haber estado todo el día en la oficina del jefe, Namjoon entró a aquella habitación.

—Hyung, ¿puedes dejarnos a solas? Necesito hablar con Jungkook.

Seokjin dejó de guardar el material dentro del botiquín de primeros auxilios y miró a Namjoon con una mirada intranquila. Temía que la situación empeorara más. Con un Jungkook molesto y un Namjoon irritado, nada podía salir bien.

—Namjoon, te espero afuera.— Le dijo Jin.— Recuerda nuestra cena de esta noche.

El moreno simplemente asintió y después hizo un movimiento de cabeza al mayor, necesitaba hablar ya con Jungkook. Seokjin finalmente se retiró de la habitación, Namjoon recargó su espalda en la puerta y dejó caer su dura mirada en Jungkook.

—Yo soy la víctima aquí.— Fue lo primero que dijo, Namjoon puso los ojos en blanco.— ¡¿Qué?! Es verdad, mi cara golpeada es la jodida prueba.

—Fue culpa de ambos.

—¡No lo fue!

—Sí lo fue.— Dijo firme.— Taehyung no debió golpearte, pero tú tampoco debiste haber hecho ese comentario. Fue algo innecesario y sabes como se pone él cuando hablan de su padre.— El menor miró a otra parte.— ¿Qué carajos está pasando contigo?

Jungkook bufó.

—Nada. Sólo estoy harto.— Espetó.— Harto de esta jodida empresa, de ustedes, de todo.

Namjoon suspiró y asintió al analizar las palabras de Jungkook. Al final, mostró una sonrisa incrédula.

— ¿Harto?— Preguntó sin esperar respuesta, la sonrisa incómoda seguía en su rostro.— ¿Harto de qué?— Volvió a preguntar.— ¿Del ruido de Jimin y Tae? ¿De Hoseok intentando ayudarte? ¿De Yoongi queriendo tener una canción equilibrada? O, ¿de hyung buscando por tu bienestar?

—Hyung...

—Jungkook no tienes el derecho de decir que estas harto sólo por un capricho de tu mal humor.

—No es a lo que me refiero...

—¿Sabes quién está harto? ¡Yo lo estoy! La empresa quiere explotarnos de una manera que no tienes idea, incluso meterse con la poca privacidad que tenemos sólo por dinero. ¿Y nuestra integridad? ¡Ya no va a existir! Yo soy el que está jodidamente harto de todo esto y de esta puta empresa, ¿a caso crees que es fácil? He estado todo el maldito día en la oficina de los directivos, peleando por ustedes, por mí, para tener un poco de respeto...

—De todas formas ya estamos jodidos.— Respondió Jungkook resignado.

Namjoon sentía que iba a explotar del coraje.

—Este mocoso...

Había estado todo el día luchando por él y el resto de la agrupación, lo menos que esperaba era un simple gracias.

Los próximos minutos, Namjoon siguió sermoneando a Jungkook, sin poder ocultar su enojo e impotencia. Jungkook sólo lo escuchaba sin prestar atención y sin mirarlo a la cara, lo evadía bebiendo del jugo que Seokjin le había dado.

El regaño fue en vano.

—¿Es todo?— Preguntó Jungkook.

—Sí.—Namjoon suspiró.— Kook, sólo quiere que estemos en armonía, por lo menos nosotros siete.— Dijo ya más tranquilo.— Entiéndelo, en este lugar sólo nos tenemos a nosotros mismos.

Jungkook asintió con vacilación.

—¿No tienes una cena con Seokjin y su amigo?

Namjoon asintió y sin decir más, salió de aquella habitación. Seokjin estaba afuera esperándolo.

—Ya preparé el auto.

—Bien, vámonos.

—Así que harto es la palabra que te describe...— El detective Choi analizó lo que Namjoon recién le había dicho.

—Me describía.— Corrigió.— Sé que voy a ser un cabrón después de decir esto, pero me siento más tranquilo ahora.

—¿Te refieres a que...

—A nada. Simplemente ya estoy más tranquilo.— Dijo con firmeza.— ¿Alguna otra pregunta?

—¿Seokjin puede corroborar la cena esa con su amigo en común?

—Así es. Y nuestro conocido también, puedo darle sus datos de contacto.

—Me parece bien.

—Después de mi charla con Jungkook, hyung y yo nos fuimos de la empresa y cuando estábamos a la mitad de nuestra cena, recibimos la llamada de nuestro manager para darnos, usted sabe, la noticia...