Twister 谷 KT!¡

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TaeHyung se encontraba bastante concentrado resolviendo unos cuantos ejercicios matemáticos, sin darse cuenta de que alguien algunas mesas más allá lo miraba detenidamente, con un interés que casi parecía depredador.

—Que miedo me das Kook, miras al chico como si quisieras almorzártelo.— le dijo su amigo a un lado suyo.

—¿No te parece que Kim es demasiado lindo?— le preguntó en vez, aun con sus pensamientos en Taelandia.

—Nop. Para nada, es demasiado... nerd y extravagante para mi gusto.— respondió detallando brevemente al pelirrojo quien escribía algo en la calculadora.

—Pues eso me parece excelente.— apartó su mirada de su amor platónico dirigiéndola a HoSeok.—Te golpearía si siquiera tuvieras un pensamiento salido de los límites de mi lindo TaeTae.

JungKook había estado enamorado, no, obsesionado con TaeHyung desde que eran apenas unos niños de cinco años y estaban en preescolar. Algunas veces su amorío daba algo de miedo, acosaba al chico desde la distancia, amaba cada cosa que hacía, le dejaba regalos anónimos cada vez que este obtenía logros e incluso guardaba una que otra cosa que su mayor había abandonado y posteriormente perdido en manos de Jeon.

HoSeok, su mejor amigo, se preguntaba cómo una persona tan brillante como Jeon JungKook, el mejor en aparentemente todo, podía estar tan mal de la cabeza. Ambos estudiaban ingeniería química y para nadie era un secreto que su castaño amigo era el mejor de la facultad.

Kim y Jeon andaban de boca en boca a causa de sus arrasadoras notas e intelecto.

JungKook frunció excesivamente el ceño al ver como aquel infernal rubio se acercaba a su terroncito de azúcar.

—No lo toques, imbécil.— murmuró por lo bajo. Mientras en su mente se reproducían distintos escenarios en los que él mataba al chico con sus propias manos.

—¿Por qué no simplemente te acercas a hablarle?

—¿Y por qué crees que el agua moja?— lo fulminó con la mirada.— ¡Claro que lo he hecho! Pero nunca me hace caso.— un puchero se formó en su cara.

—Quizás porque siempre le hablas cuando está ocupado.

—Puede ser... pero es que, ¡siempre está ocupado!

Debía intentar interceptarlo cuando estuviera totalmente desocupado, lo cual era justo en esos momentos. El chico tan sólo se encontraba leyendo un libro de sabrá Dios qué, en una banca, sin rubiecitos tontos a la vista.

—Disculpa...— se acercó lentamente. El chico levantó su mirada y con ello acomodó sus hermosos lentes redondos, provocando que a JungKook casi le diera un infarto ahí mismo.

—Oh, eres Jeon JungKook ¿verdad?— a ese punto no encontraba el suficiente control como para no gritar como loco. ¡Él conocía su jodido nombre!

—¡Sí! Quiero decir, sí soy yo...— se sentó a un lado del chico tranquilamente.— Veo que somos los cerebritos de nuestras carreras. ¿Por qué no nos volvemos amigos? Te he mirado algunas veces y me pareces demasiado interesante.— le sonrió dulcemente.— Incluso podríamos intercambiar conocimientos.

—Bueno... creo que eso estaría bien, supongo.— la incomodidad era palpable en el aura del pelirrojo pero eso no lo notó el menor ya que estaba bastante ensimismado pensando en la vida y los hijos que tendría junto a TaeHyung en un futuro.

—¡Perf-

—TaeHyung, conque aquí estabas.— fue interrumpido, y en JungKook se dibujó una expresión llena de fastidio al reconocer en seguida de quien se trataba.