Capítulo 14

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    JUNGKOOK tenía que darles crédito a los Tres Amigos, trabajaban bien bajo presión.

Cerca de él, Soobin "robó" el último trozo del pastel de carne del plato de Yeji.

—"Soobin" —pretendió protestar ella.

—Lo siento —dijo él con una sonrisa pícara, señalando la cazuela vacía—. No hay más y he esperado meses por ese pastel.

—¿Cómo podría objetar a eso? —Y se sonrieron el uno al otro.

A Jungkook le costó todas sus habilidades de encubrimiento no rodar los ojos.

Esta situación había estado sucediendo durante los últimos veinte minutos, en la que Soobin había conseguido comerse cada bocado de pastel de carne del plato de Yeji. Había habido un montón de miradas esquivas entre ellos, pero Jungkook había conseguido mantenerse apartado de todo el asunto, así como de la señorita roba bebidas de la mesa al otro lado de Yeji.

Para ser justos, Eunbi al menos se las arregló para ser sutil en la farsa, con su rutina de deslizar la mano en el vino de Yeji. Había tomado unos sorbos de cada una de las copas y al parecer ninguno de sus padres lo habían notado, pero estos tres creían que también lo estaban engañando a él, a un agente del FBI, y por eso Jungkook no sabía si sentirse divertido o insultado, probablemente un poco de ambas cosas.

Después del almuerzo, Eunbi y Yeji se ofrecieron para lavar los platos, mientras los tres hombres se dirigieron al patio trasero. Jungkook y Soobin habían planeado recubrir las tejas del techo ese fin de semana, sin duda, con un montón de indicaciones de su padre carpintero retirado, a quien le había sido estrictamente prohibido por su madre realizar cualquier trabajo extenuante después de su ataque al corazón de hacía seis meses.

—Pedí todos los suministros a Manseok —dijo su padre, refiriéndose a la ferretería local—. Podéis usar mi camión para ir a recogerlo todo.

Soobin asintió.

—Eunbi y Yeji pueden seguirnos a la ciudad para que puedan buscar un hotel en el que instalarse.

—Asumiendo que tu madre deje que le arranques a esas chicas de la casa — dijo YoungJae—. Deberíais haberla visto las últimas dos semanas, creo que todo Onyang ha oído hablar de su hijo y su prometida —Miró con orgullo a Soobin—. Estamos felices por ti hijo, Yeji parece una chica maravillosa.

Soobin respondió sin vacilación.

—Lo es, papá.

Por un momento Jungkook se sorprendió preguntándose que se sentiría al estar tan seguro; saber, sin lugar a dudas, que había encontrado a la única persona con la que querría pasar el resto de su vida. Entre que Soobin estaba a punto de casarse y que tendría pronto un bebé, Jungkook esperaba que su hermano tuviera un ataque de pánico de leve a moderado, pero en cambio estaba totalmente tranquilo con todo el asunto.

Jungkook vio cómo su padre le daba un abrazo y unas palmaditas en la espalda como felicitación. Él sonrió y luego los dejó con su momento padre-hijo mientras volvía a la casa a coger las llaves de la camioneta.

Basta ya de sentimentalismo, él al menos tenía un techo al cual ponerle tejas.

* * * * *

Media hora más tarde, Jungkook y Soobin estaban en la entrada apoyados contra la camioneta de su padre y esperando mientras las mujeres decían sus adioses temporales. La mirada de Jungkook cayó en la linda línea del trasero de Eunbi mientras se reía de algo que su madre dijo.

En Una Boda - EUNKOOK (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora