-Segunda Parte-Capítulo 15

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   Una sombra encapuchada recorría las calles grises de Arcus, nunca había mucha gente a esas horas de la noche, tan solo jóvenes y viejos borrachos malgastando su vida o quejándose de una vida ya malgastada y maldiciendo su suerte. Géminis no imaginaba poder sentirse tan perdida en esas calles tantas veces recorridas, caminaba en silencio cerrando la mano entorno a el colgante con forma de lágrima al que tanto afecto tenía.

  Hacía ya varias semanas desde la última vez que vió a sus compañeros pero aún seguía sintiendo una punzada en el corazón cuando los recordaba. Se dirigió hacia la que había sido su casa sin llamar la atención de las personas de su interior. Abrió la ventana que daba a la que había sido su habitación y entró para verla una vez más después de tanto tiempo. Le parecía tan familiar y a la vez tan irreal, una simple ilusión de la paz que antaño le proporcionó aquella guarida, aún tenía montañas de libros por todas partes, cogió uno de sus favoritos que escondía bajo el colchón y empezó a leerlo una vez más. Le encantaba aquel libro, lleno de magia y de extraños seres. Poco a poco la familiaridad de esas palabras y del penetrante aroma a tinta de su antiguo cuarto la obligó a tumbarse y cerrar los ojos, su último pensamiento fue para el dulce elfo que solía mantenerla noches en vela.

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  Legolas sabía lo que iba a encontrar incluso antes de cerrar los ojos con la cabeza apoyada sobre su almohada.

  Estaba de pie en una pequeña habitación, había libros por todas partes, libros de leyendas y novelas y hermosos dibujos colgados de las paredes, en algunos había guerreros humanos, en otros enanos armados con hachas y algún que otro hobbit pero sobre todo habia elfos de todos los tipos, algunos luchaban, otros daban de comer a animales y algunos solo caminaban. Legolas se acercó a una pequeña cama y allí vió un pequeño cuerpo descansando con un libro en la mano lo que le hizo sonreír. En el suelo había un cuaderno que reconoció, había caído de la mesa y se había abierto por una página en la que habían dibujado su despedida con la persona que le estaba mostrando de forma inconsciente esas imagenes.Vió el rostro de ella cuando se dió la vuelta y una lágrima rodó por su mejilla y el dolor en sus ojos, se dispuso a acariciar el rostro de la muchacha que descansaba a su lado pero al hacerlo sintió que ella se movía y se estaba despertando así que fue expulsado del sueño.

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  Géminis abrió los ojos al sentir unos azulísimos ojos clavarse en ella pero al no ver a nadie en el cuarto supo que había enviado un sueño a alguien y se imaginó  a quién sería aunque era la primera vez que lo hacía. Se levantó y metió el libro en su bolsa. Decidió pasear así que salió por la ventana y se dispuso a recorrer las calles nocturnas.

  Su paseo fue detenido cuando divisó otra figura encapuchada y se escondió entre las sombras, pero él la vió igualmente y se acercó a ella, que se relajó al reconocer el rostro de Glorfindel, un elfo de Rivendel que había conocido años atrás.

  -Un mensaje de Elrond de Rivendel para Géminis de Arcus -dijo sonriendole al entregarle el papel. Ella le devolvió la sonrisa ya que esas formalidades le resultaban tan ridículas como a él. Desenroscó el documento y leyó para si.

  "Solicito tu presencia en un concilio secreto en Rivendel, podrás traer a tu familia para ponerla a salvo. Aragorn te esperará en al Posada del Pony Pisador y Legolas el elfo os alcanzará por el camino, el resto de los invitados al concilio os esperan en Rivendel. No os demoréis, debemos tratar asuntos de extrema importancia."

  Ella levantó la cabeza mirando a Glorfindel con expresión preocupada.

  - ¿Malas noticias? -preguntó alarmada, pero él negó con la cabeza sonriendo.

Géminis, un nuevo comienzo- fanfictDonde viven las historias. Descúbrelo ahora