Pocky

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. Este fic es sin fines de lucro, solo lo hago para mí y vuestro disfrute personal.

Pareja principal:

-Gaara/Hinata

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El bullicio de la aldea era apabullante gracias al festival del solsticio de verano que se daba lugar esa misma noche.

No había lugar en toda Konoha donde no hubiera risas y carcajadas de la gente al pasar por los puestos de los vendedores y llenando del olor delicioso de la comida el aire que respirar. Admirando con silencioso asombro, regalo para los ojos, los elegantes farolillos y guirnaldas de colores adornando toda la villa hasta llegar a la plaza central, las antorchar y enredaderas florales que guiaban al corazón de la fiesta.

En Suna había un festival parecido, celebrando la llegada del invierno, y por tanto, la bajada de la temperatura que siempre era caótica e insoportable en la aldea de la arena, pero no era tan llamativa en decoración y ambiente como esta que estaba viviendo el día de hoy como invitado especial del Hokage. Pensaba hablar con su consejo una vez regresara para hacer el festival de invierno más parecido a los festejos de la capital del fuego.

Quería que su gente viviera tal vitalidad y libertad como él sentía caminando tranquilamente por las calles en la compañía de la guía que Kakashi le había ofrecido para no perderse y enseñarle sus costumbres.

Sus ojos dejaron las luces de colores de los faroles de los tejados para mirar la figura femenina a pocos metros de él, que ojeaba con indecisión la gama de comidas que ofrecía un puesto de comida cerca de la plaza principal, lugar donde debían de ir para ver una obra de teatro que regalaba el festival sobre el origen del verano según los monjes del templo.

Estaba acostumbrado a las mujeres con yukata, su hermana siendo preciso, vestía siempre con uno de estilo de combate, por lo que estaba familiarizado con dichas prendas. Es más, él mismo llevaba esa noche uno de color negro con intrincados dragones bordados con hilo rojo y un obi borgoña. Pero no estaba acostumbrado a una imagen tan suave como la que ella le ofrecía.

Ella, su guía mientras estuviera de visita en Konoha, la Heredera Hinata Hyûga, podría describirse como elegante, sumisa, de aspecto frágil cual cristal pero, no obstante, reconocía que tan hermosa como una de esas geishas que le servían el sake en los hostales donde iba siempre que los cinco kages se reunían.

El contraste del kimono azul marino de blancos y plateados estampados florales y el obi naranja contra la blancura natural de su piel era un detalle curioso de observar. Le resultaba inusual ver que siempre parecía tener las mejillas espolvoreadas de un suave tono rojo, por lo general él veía eso en su gente por la sobre exposición al sol, no por naturaleza tímida.

Fue entretenido ver de reojo las muchas cosas que la hacían enrojecer de la nada desde que salieron del hospedaje, un cumplido por su aspecto, que posara su mano en su espada para dejarla pasar primero en las calles concurridas, comprarle como agradecimiento al ser su guía un pasador de pelo que vio previamente que a ella le gustó de uno de los puestos por los que pasaron. Pasador que ahora mismo llevaba puesto en un semi recogido improvisado.

Nunca había visto a una princesa, pero verla a ella era lo más parecido.

Hinata se acercó con una mirada de disculpa por su tardanza con dos bandejas de recién hechos y tiernos takoyakis en las manos. Tendiéndole una bandeja que aceptó con un asentimiento agradecido emprendieron de nuevo el camino hasta un banco cercano, justo frente a un grupo de acróbatas que entretenían al público.

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