BAR 666
Sabito sonreía ampliamente, mostrando sus dientes blancos y relucientes y mirando algo en el celular; al parecer era un vídeo.
Giyū apenas podía desde su posición, pero la música ya le detalló por completo el tipo de vídeo que tenía a Sabito sonriendo como lunático.
Le dirigió una mirada cargada de aprehensión, oyendo la expulsión de una escandalosa risa por parte de su amigo. Quería pedirle que apagara la música porque sus oídos ya estaban sufriendo y llorando sangre, sin embargo apretó los labios y se guardó la petición.
Teniendo en cuenta la actitud de Sabito era posible que le sacara en cara las veces anteriores que le permitió subir el volumen de las baladas deprimentes que él solía escuchar todas las noches antes de irse a dormir.
Sus manos apretaron con fuerza el volante, la irritación floreciendo en él debido a la música explícitamente sexual abarrotando el espacio. Sus labios formaron una línea fina en cuanto la voz de una mujer liberó un largo y tembloroso gemido.
—¿Puedes bajarle un poco? Hay gente decente aquí —imploró ladeando la cabeza de un lado al otro, sus articulaciones rígidas.
—Si te obedezco, mañana tú también evitarás escuchar la música corta venas que tanto te gusta.
Giyū lo observó por el rabillo del ojo. Él estaba retándolo mientras sostenía una ceja en alto.
«Mejor sigamos conduciendo», reflexionó en silencio, mientras seguía las coordenadas del gps.
Momento después estaba completamente confundido y sorprendido, mirando toda el área a donde el gps lo dirigió. No conocía la dirección que Sabito antes le había indicado seguir, pero entendía que era especial. En vocabulario de personas alocadas, «el paraíso para los jóvenes».
Había muchas personas ubicadas una tras otras en una fila larga, mujeres y hombres usando vestidos y trajes en color blanco y negro. Y unas máscaras cubrían sus rostros hasta la nariz, dejando sus labios y barbilla al descubierto.
—¿Qué es eso? —Giyū le preguntó a Sabito con voz áspera, observando en pequeños vistazos la acera derecha.
—Están vestidos así para seguir la temática de la noche —respondió él, también mirando a través de la ventana de Giyū.
Giyū giró en una esquina, esperando el corte final de la dichosa fila, pero para su consternación todavía seguía extendiéndose más.
¿De qué se trataba todo esto? No había visto algo así jamás, bueno, Giyū tampoco salía demasiado.
Miró de reojo a Sabito otra vez, esperando que él le hablara sobre la situación, que le dijera lo que sucedía con esa gente porque al parecer sabía mucho; sin embargo, él sólo se encogió de hombros y regresó la vista a aquellos vídeos foráneos.
Giyū estaba curioso por saber de qué trataba aquel rodaje de imágenes con música exótica, pero para evitar futuros accidentes —luego de que casi atropellara a un grupo de jóvenes que cruzaron la calle en la curva anterior— decidió dejar de lado su plan de fisgonear los asuntos de Sabito.
Condujo lentamente, evitando volver a arrastrar con otro grupo de personas. Sin embargo, si el grupo anterior se salvó por milagro, el que ahora estaba apresurándose a cruzar la calle se salvó porque estaba conduciendo como abuela.
—¡Más cuidado, imbécil! —Alguien le gritó, era un chico pelinegro vestido de traje blanco.
—Deja de molestar, maldito idiota, y camina más rápido —graznó la persona que acompañaba al pelinegro, quien lo tomó del brazo y lo arrastró rápidamente hacia la otra vereda. Las luces de auto de Giyū iluminaron sus rostros.

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Bar 666 » GiyuuTan
Fanfiction❝Debido a que ambos finalizaron sus estudios universitarios se van a un lugar para conseguir diversión. Es ahí donde casualmente «o no» vuelve a encontrarse con una persona de hace cinco años a la cual había olvidado y que, por azares de la vida -o...