Prólogo

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El sonido de sus zapatos negros tocando en suelo de manera repetitiva rezonaron por todo el pasillo. Su camino estaba por terminarse, lo sabía muy bien, y tanto él cómo sus acompañantes tan sólo querían llegar rápidamente a aquel sitio.

De manera suave y calmada, el más alto de los cuatro tocó la gris puerta que les impedía ver hacia la otra habitación. Habitación en la que eran esperados por la persona que los había citado.

─ Pasen ─ habló la otra voz ─ la puerta está abierta ─

Sin decir nada, los cuatro hombres altos se abrieron paso en aquella oficina, tomando asiento frente a aquel escritorio.
La persona frente a ellos se mantenía con su silla hacia el lado contrario, dando un aire de superioridad y un toque de misterio.

─ ¿Necesita algo, señor? ─ habló el más bajo de ellos.

─ Los necesito a ustedes ─ contestó aquel hombre.

Su silla giratoria finalmente se volteó, dejando a la vista a un imponente hombre de gafas oscuras.

─ Cómo ustedes saben, uno de los bancos más importantes ha sido robado. Los maleantes no se conformaron con poco, por lo que fueron tomados cerca de treinta mil dólares ─ el líder mantuvo una seria mirada que era percibida aún detrás de sus gafas, mientras que con sus manos tomaba una cierta cantidad de papeles importantes, dejando a la vista fotografías de aquel delito ─ Las cámaras de seguridad no fueron capaces de grabar los rostros de estos maleantes, pero aún así se sabe de quienes se trató. Su manera de cumplir ese robo es similar a los tantos que se ha dado, y si las pistas no nos fallan, esto sólo pudo haber sido obra de los latinos ─

De nueva cuenta y a la vista de todos, volvió a sacar nuevos papeles de por debajo de su escritorio, estos parecían ser registros de los susodichos, dejando a relucir imágenes de los rostros de los supuestos ladrones.

─ Déjame adivinar ─ interrumpió el de cincuenta estrellas ─ cómo tú no has podido dar con ellos, quieres que nosotros los atrapemos, ¿no? ─ los restantes se mantuvieron serios en todo momento, a la espera de una respuesta.

─ ¿Quién mejor que Rusia, Canada, USA y Brasil para cumplir este trabajo? ─ alagó su líder ─ ¿O me dirán que esto es demasiado para ustedes? ─

─ Sólo continúe ─ soltó el canadiense.

El jefe de los cuatro chicos tan sólo soltó un suspiro, para después dirigir su mirada hacia las fotografías.

─ En primer lugar tenemos a Argentina ─ mostró la imagen del susodicho ─ En su momento fue uno de los mayores vendedores de autopartes, mas aquello sólo le sirvió cómo un ligero empuje hacia las manos mexicanas. Argentina es conocido por ser un conductor experto, cualquier tipo de vehículo conocido será tomado con facilidad por este tipo. Es muy bueno escondiéndose, y se sabe que es el conductor de escape de sus compañeros. Las cámaras de seguridad en ocasiones son incapaces de grabar el lugar en el que espera a sus compañeros, e incluso puede ser tomado cómo un conductor más de los tantos que hay en la ciudad. Nunca utiliza el mismo vehículo dos veces, y se desconoce el cómo puede conseguir autos tan fácilmente ─

Los restantes tomaron la fotografía de aquel sujeto, mirando con atención aquel rostro que tantos problemas ha causado.

─ Bah, esto será fácil. Estamos en una batalla del bien contra el mal, no en una carrera de coches ─ comentó el estadounidense.

─ En segundo lugar está Chile ─ repitió la misma acción, mostrando al sudamericano de parche ─ este tipo es uno de los peores. Es capaz de manejar las armas con una facilidad sorprendente. Que su limitada vista no te engañe, es uno de los mejores francotiradores conocidos entre los delincuentes. Chile es conocido también por su facilidad al mentir, muchos han logrado capturarlo, pero de algún modo u otro logra librarse gracias a sus muy elaboradas mentiras, te habla con una seguridad sorprendente, y esto logra confundir a sus captores ─

De igual forma, tomó la imagen de aquel sujeto, dejando que sus acompañantes observaran de mejor forma al antes mencionado.

─ Un mentiroso y un conductor, no creo que esto sea tan dificil ─ habló el brasileño, para después soltar un sonoro suspiro a la vista de sus compañeros.

─ Por último pero no menos importante ─ volvió a tomar la palabra el jefe de los cuatro hombres presentes ─ Tenemos a México, el líder de estos dos, por no decir de los demás delincuentes ─ la fotografía de un tricolor sonriente fue dejado a la vista por aquel hombre ─ este tipo es el que da las órdenes de todos los robos que han sido cometidos con anterioridad. Su forma de expresarse termina fácilmente con la paciencia de los demás. Si él quiere algo, lo consigue de la peor forma. Es capaz de manejar cierto tipo de armas, pero es el mejor ante las peleas cuerpo a cuerpo o con uso de armas punzocortantes. Que la diferencia de estaturas no te engañe, este tipo es uno de los mejores boxeadores, sumado a otro tipo de estilos de pelea. Si terminas en una situación así con él, es poco probable que logres salir de esa ─

─ Woah, ese dejenmelo a mi ─ soltó el estadounidense

─ Se tiene la fuerte sospecha de que estos latinos tienen una estrecha relación con los trillizos GC ─ volvió a tomar la palabra ─ junto con el mensajero y el escuadrón C.A., la mejor manera de dar con todos estos maleantes peligrosos será haciendo caer a los más fuertes de ellos, osea, los latinos ─ una sonrisa se formó en su rostro ─ sin la protección de estos tres cae la venta de drogas de los trillizos, sin el dinero de las drogas cae el tráfico animal por parte del mensajero, y sin la ayuda financiera de este, el escuadrón C.A. será fácil de atrapar ─ chasqueó sus dedos, dejando a relucir la seguridad del momento.

─ ¿Puedo contar con ustedes? ─ dió la pregunta final.

─ Por supuesto ─ contestaron los cuatro.

๑Ðelincuente┆ RusMex و✧*。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora