36. Me gustan.

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— Deberías dejar de ver sobre tu hombro. — Monique observaba como Kozlov no parecía estar a gusto en su almuerzo, en ese restaurante que tanto le encantaba a su humana.

— Escuché que Hollman regresó a la ciudad. —

Él simplemente no sabía porqué había aceptado la cita con su hermosa humana, cuando pudieron haberse quedado en casa. Pero también entendía a su Monique, era un día lindo en el que no hacía tanto frío, y ella no estaba dispuesta a quedarse en casa.

— No creo que siga con eso... Seguramente se le pasará pronto. — Decía ella con una sonrisa pequeña, estaba extrañamente tranquila, aunque no entendía del todo porque Roman parecía más alerta de lo usual, siguiéndolos como si estuviera encubierto.

— Además seguramente no hará nada en público. ¿Verdad? No si no quiere que ese tal Corban se enoje. —

Su guapo inmortal se cruzó de brazos con una sonrisa en su rostro, y con esos lindos ojos azules que la observaban divertido, porque su humana era inteligente.

— Tienes razón... Debería relajarme. — Kozlov de verdad lo intentaba, incluso salieron a tener esa cita con ropa casual, con su humana viéndose hermosa con esa camisa de hombros caídos y una falda de jeans, tenía el espacio perfecto para encajar sus dientes en su clavícula, pero sabía que su deliciosa pareja merecía un día tranquilo como si ambos fueran una pareja convencional.

Aunque aquel día no estaba siendo del todo tranquilo para Kozlov, porque lo que el inmortal hacía era voltear a ver las esquinas cada dos segundos, debido a que estaba en su naturaleza controladora, Kozlov siempre había tenido el control en todo lo que respectaba a su vida, y ahora no le gustaba el rumbo que tomaban las cosas alrededor de su linda humana, en el que no sabría como manejaría la situación.

— Sonríe más. Parecerá que estoy estafandote en las fotos. — E Ivan de verdad se rió, su humana le sonreía tiernamente mientras comía su postre favorito. Si no fuera por el mal momento que estaba pasando en décadas, diría que nunca se había sentido tan afortunado con sus ojos bonitos y esperanzados mirándolo fijamente.

Estaba entendiendo a su manera la belleza humana, y Kozlov se atrapó a sí mismo sorprendido por lo adorable e ingenua que podía ser. Ahora ella era todo lo que tenía, todo lo que de verdad estaba apreciando en su existencia.

— ¿Hay algo más que quieras en esta cita? — Preguntó poniendo sus manos en su quijada cuadrada, esperando saber que es lo que decidiría su bocadillo favorito para el resto del día para ambos.

Porque él quería verla sonriente, como estaba desde hace un par de días, a pesar de las malas noticias que suponían el que su humana fuera estéril, estaba tomándoselo con calma. Y realmente estaban disfrutando de su tiempo juntos. Como él siempre hacía cuando tenía la oportunidad de tener entre sus brazos a su humana.

— Mmmm. — Ella volteó a ver a su alrededor en el centro comercial, sabía que había muchas tiendas, y también en el tercer piso de ese enorme Centro comercial habían juegos y lugares para entretenerse.

La vista de Monique cayó en un cartel de una nueva película. Nunca había ido al cine, y eso era nuevo para ella. Con suerte veía las películas que pasaban en la televisión por cable.

— Quiero ir al cine, y ver alguna. — Le señaló ella con entusiasmo. Para Kozlov la última vez que había estado en un lugar parecido, fue en un autocinema en los 80's, no lo encontraba entretenido, pero tampoco echaría a perder esos lindos ojos que lo observaban con una linda sonrisa que no quería que desapareciera.

— Lo que quieras. — Asintió de inmediato, ignorando las miradas de las personas alrededor cuando él pidió la cuenta. Porque estaba consciente que era extraño que el dueño de varios lugares representativos de la ciudad se paseara por ahí a esas horas del día.

Más Dulce que la Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora