Células de Hashirama

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Indra se puso de pie con dificultad, sintiéndose afectada por todo lo sucedido había perdido el equilibrio cayendo al suelo sobre su muñeca; la Uchiha levantó la mirada dejándola caer sobre Anato, era imposible que le hubiera ocurrido aquello, ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? La niña no lograba entender como es que Anato se había vuelto un hombre agresivo con un preocupante tono de piel entre morado y grisáceo. Su mirada estaba pérdida, no podía pronunciar palabra coherente más allá de gruñidos y aunque sus movimientos eran torpes, se lanzaba directamente al ataque.

-¡Indra, ten cuidado! -advirtió Boruto esquivando un manotazo- No importa como, hicimos una promesa y la cumpliremos... Vamos a llevarte a casa, Anato-san

-¡Anato-san, por favor debe tranquilizarse! -chilló Indra esquivando una patada- No estamos aquí para atacarte

-No importa lo que digan, no parece ser capaz de razonar -murmuró Mugino- Somos cinco, podemos inmovilizarlo

-Esperen, si hacemos eso... Anato-san... -negó Indra sin saber que hacer

-Debemos detenerlo antes de que haya más víctimas, atraparlo e informar a la aldea. Por ahora, dejarlo inconsciente es lo más seguro

-¡No puede ser, debe haber otros métodos! -apoyó Boruto

-Antes de atacarlo intentaremos sellarlo -cedió Konohamaru- Boruto y yo lo sellaremos. Mitsuki, Indra y Mugino, ustedes deben atarlo cuando esté inmóvil

-Entendido.

-Isshi Toujin no Jutsu -murmuró Konohamaru

Aunque lograron sellarlo por unos minutos, el hombre logró liberarse del sello, cosa que un humano normal no podría ser capaz; el hombre se lanzó rápidamente a atacar a Boruto haciéndole una herida en el dorso de la mano y cuando volvía a atacar, Mitsuki utilizó sus serpientes para frenarlo, pero de nuevo logró soltarse.
Indra apretó los puños, no había botra opción, tendrían que dejarlo inconsciente para poder llevárselo o de lo contrario acabaría por matarse o herir sl resto de ellos.
De repente varios rayos amarillos golpearon al hombre logrando detenerlo llenándolo de constantes descargas eléctricas hasta que finalmente cayó al suelo con un golpe seco.

-Me decepcionan -intervino el anciano

-¡Anato-san! ¿Por qué lo hicieron? -se quejó Indra enfadada

-Comiencen a tratarlo después de apresarlo -ordenó el anciano a sus guardias

-Atrapar a Anato era nuestra misión -reclamó Konohamaru

-Dejarlo suelto, solo provocaría mas víctimas. Tomé una decisión dura como presidente y ustedes no fueron capaces de detenerlo -entrecerro los ojos- Lo siento, pero Mia se equivocó al pedirles ayuda. Fracasaron, así que regresen a Konoha

-Espere, ¿Piensa dejar a Anato..? -Konohamaru fue interrumpido por un furioso anciano

-¡Por supuesto que no! Nos encargaremos de su tratamiento -aclaró rápidamente- Ustedes márchense a casa

-Entendido -aceptó Konohamaru a regañadientes- Volveremos a la aldea

Boruto y su equipo permanecieron cerca del lago, demasiado frustrados por los acontecimientos recientes como para pensar fríamente. Boruto especialmente estaba frustrado por no poder cumplir su promesa a Mia, quien de seguro esperaba ansiosa el regreso de su marido, ¿cómo lo irían a manejar esas personas?
Indra por su lado estaba preocupada por él, por la misión y por ese pinchazo en su estómago que siempre tenía cuando algo pintaba mal, cuando tenía un detalle importante en su cabeza pero no lograba darle nombre. Fallar una misión solo empeoraba su estado de ánimo actual, y por primera vez desde que había salido a la misión pensó en sus hermanos, en si estarían bien... En si seguirían con vida o tendría que llegar a un funeral; negó con la cabeza rápidamente alejando esas ideas, su familia estaba bien, todo estaba bien.

PAUSADA - Boruto Next GenerationsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora