"Paso 1: Acércate un poco" pt.2

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Guardaron silencio de nuevo. New fumaba un cigarrillo y contemplaba el fuego. New y yo ya habíamos tenido aquella charla y yo sabía que él no tenía miedo. Mi Bangkaew (raza de perro Tailandés), Jim, entro en la habitación meneando la cola. Se acurrucó entre los chicos y le lamió la mano a Kao.

—Pienso también que, si pueden, evitarán hablar de homosexualidad — dije—.

Les asusta demasiado. Lo que harán es tratar de ponernos zancadillas con el reglamento. Si tus zapatillas tienen un clavo de más y te pillan, quedas descalificado, seas homosexual o heterosexual. ¿Me seguís?
Los tres asintieron. Les pasé tres ejemplares del manual de la AAU.

—Si ya lo han leído, vuelvan a leerlo.

Aprendanlo de memoria.

Algunas reglas están bien, otras son estúpidas pero, si pueden, nos machacarán con esto.
Hojearon los manuales, muy serios.
Yo hablaba sin rodeos, señalando con el dedo hacia ninguna parte en concreto.
Nos comportaremos en todo momento con corrección.

—No les vamos a dar ningún motivo añadido para que nos critiquen, como tú, Kao, aquella vez que te descalificaron por calentar durante el himno nacional.

Estoy de acuerdo en que es una estupidez hacer que un deportista se esté quieto y se enfríe durante el himno, pero lo cierto es que pueden usar ese tipo de cosas para haceros daño.
No los provoquemos innecesariamente.

—Sí, de acuerdo —dijo Kao en voz baja.

—No quiero dopajes. No quiero que acepten dinero bajo mano. Si van mal de dinero, vengan a verme y ya encontraremos una solución. Los quiero limpios en temas de dinero, para que no puedan usar eso en su contra —hice una pausa—. ¿Alguno de ustedes ha aceptado dinero?

—A mí me ofrecieron dinero, pero no lo acepté —dijo Earth—. No lo necesitaba, ¿por qué iba a aceptarlo?
—A mí nunca me han ofrecido — respondió Fluke—. De todas maneras, yo nunca… —¿Y tú, Kao?

Se encogió de hombros.

—Yo sí lo he aceptado. Siempre.

Suspiré.

—Eso no está bien.

—Todo el mundo lo aceptaba.

—Lo sé —dije—, pero la cuestión es que hacen la vista gorda cuando son sus preferidos los que aceptan dinero.
Sin embargo, si estás en la lista negra, cualquier día descubrirán que lo has aceptado y, entonces, adiós.

—En ese caso, supongo que seré yo quien reciba el beso de la muerte — repuso Kao, con aire taciturno.

—Bueno, seamos optimistas —dije —.

En cualquier caso, a partir de ahora pensaremos en todos los imprevistos. Y prever cualquier estrategia que ellos puedan utilizar y, si es posible, bloquearla. Por lo menos uno de ustedes irá a Montreal, probablemente, y no me gustaría que los echaran del equipo olímpico sólo porque nos equivocamos en nuestras tácticas. Hay personas en el mundo del atletismo, y en general en el país, que no se sentirán precisamente satisfechas de que alguno de ustedes represente a Tailandia. Se lo tomarán como un insulto hacia la virilidad nacional.
Tengo la sensación de que esas personas no se detendrán ante nada a la hora de evitar que pasen la pista de Montreal.

Sus miradas se clavaron en la mía.

Su preocupación era evidente.

—No sabemos mucho sobre las intrigas políticas del atletismo — intervino Fluke—.

Seguro que lo estropearemos todo.

—Ustedes dejenme las intrigas políticas a mí —dije. Sonreí débilmente —. Para eso estoy.

El corredor de fondo (adaptación OhmFluke) -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora