Encontrando a mi pareja

1. Celo

*** Antes de empezar a leer, la mención que esta historia contendrá descripciones eróticas, lemon más adelante... y el cliché sobre veelas.
Leer bajo su criterio :D Creditos a quien corresponda por el fanart de la imagen. Gracias. ***

1.

CELO



En definitiva no podía dormir.

Este año había sido así desde que regreso al colegio, fue algo que sintió desde el tren pero que con las semanas había ido aumentando.
Desde que se acostaron después del toque de queda Harry no podía dormir, hasta la horrible idea de que Voldemort lo hubiera hechizado para que tuviera insomnio permanente cruzó su mente, aunque no tuviera la mas mínima idea de por qué quisiera algo así el mago oscuro. Por eso, está era su tercer semana con los ojos abiertos y eso que ya había intentado contar borregos, había llegado hasta los mil y nada. También puso su mente en blanco y casi lo conseguía pero la consciencia regresaba, poniendo en alerta su cuerpo.

Luego intento algo de respiración lenta y termino tosiendo por retener demasiado el aire.

Se había estirado.

Se había volteado.

Se había tapado, destapado y se hizo bolita.

Había intentado de todas las posibles formas alrededor de la cama y el maldito sueño huía de él…

Estaba muy tentado de ir a buscar una poción para dormir, pero lo que sucedía era de casi todos los días se volvería adicto con tantos brebajes.

Quiso engañarse nuevamente, mientras intentaba por lo sano conciliar el sueño, creyendo que no eran sus hormonas, pero desde hacía unas semanas que no paraba de justo eso… de estar “parado”.

Llevar la varita en alto. Tener una casa de campaña en sus pantalones. Su madurez física se había tardado pero estaba llegando.


A todas horas del día o la noche Harry se endurecía por nada, en los momentos más extraños su amigo de toda la vida que estaba bajo su cintura parecía cobrar vida y no era capaz de contenerse; solo podía disculparse, perderse, esconderse y a veces simplemente ponerse su capa de invisibilidad para arreglar el problema al puro estilo manual. Agradecía que su uniforme le diera libertad de no pasar más bochorno por lo holgadas que eran las túnicas. Pero no dejaba de ser incomodo e incluso había intentado recordar a sus compañeros de cuarto sufriendo esos accidentes y a excepción de ver a Neville una vez al levantarse en cuarto año, no había visto a sus amigos de esa manera ni parecía que lo pasaban mal a cada segundo.

Intento preguntar a su amigo Ron cómo llevaba él ese tipo de reacciones, pero el pelirrojo parecía no entender sobre el tema aun, así que lo dejo. Los gemelos se burlarían y probablemente lo orientarían para hacer algo más que travesuras manuales. Hermione no era una opción, al ser chica ella tenía otros problemas, aunque en su mente sabía que sería la más adecuada para orientarlo sobre el tema pero su vergüenza era más grande.

Los profesores tampoco entraban en su lista para quitar esas dudas y la enfermera de la escuela, probablemente le daría algún chequeo pero moriría intentando preguntar. Tenía pocas personas de confianza y no podía contar con ellas en algo así; además que probablemente le dirían que solo era su edad.
Remus estaba muy lejos en alguna misión y no podía ponerlo en peligro con una carta.
El director por muy cercano que fuera lo tomaría como algo natural y sin ver claramente el problema.
Pero Harry si veía el problema, lo sentía, lo padecía como en ese momento aunque al inicio de ese año aquellas sensaciones habían sido gratificantes, ahora solamente le provocaban malestar una vez arreglado el problema su cuerpo se calentaba exigiendo algo más y él no sabía que más.

Eran altas horas de la noche, el colegio probablemente estuviera dormido, tal vez incluso ni los fantasmas se dieran cuenta si nuevamente escapaba de su sala común. La carpa en su pijama pedía, no, exigía atención urgente o sino, seguramente no podría conciliar el sueño, pero hacerlo en su cuarto con sus amigos tan cerca era una idea horrenda aunque pusiera los hechizos sobre el dosel de la cama por eso, escapaba hacía el séptimo piso. Tenía poco más de una semana escondiéndose en ese piso, la sala de menesteres le había sido de gran ayuda para esconderse del colegio.