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Recuerdo ... el dia que nos conocimos estaba despejado no había ninguna nube en el cielo esa vez.

Cerca de mi casa se encontraba un parque en el que me gustaba frecuentar seguido.

Ese parque no era muy conocido por la gente, digamos que estaba muy apartado del centro casi nadie concurría allí.

Se encontraba semi-abandonado.

Aún así algunos de sus juegos seguían funcionando.

Bueno eso creo...

A pesar del tiempo que llevaba en mi nuevo barrio en que me había mudado por el trabajo de papá.

Lo único divertido era ese parque semi-abandonado.

En ese entonces no tenía amigos de mi edad, las únicas personas con las que hablaba y conocía eran personas mayores. La mayoría de mis vecinos eran ancianos, parejas recién casadas, adultos que vivían solos, además, el resto de las casas estaban en venta.

Pero eso no me importaba me llevaba muy bien con las personas adultas, quizás era por los halagos que me brindaban o tal vez por algunos dulces que me daban.

Cualquiera diría que es un lugar anticuado pero seguro, las casas son bastantes lindas, grandes y elegantes en las que viven gente muy amable. Aún así, debo decir, que es un lugar bastante aburrido para una niña de 7 años.

No lo sé.... Pero lo único que me importaba era buscar la manera de hacer algún amigo y divertirnos.

Admito que la primera vez que llegué aquí, cuando visité con mi madre a los vecinos, me sentía exageradamente emocionada y nerviosa tenía altas expectativas de que conocería a muchos niños de mi edad, jugariamos seguido y seríamos todos buenos amigos por siempre.

Pero, al final, no terminó siendo lo que esperaba, en todo ese tiempo no conocí a ningún niño entonces no hice ningún amigo. A pesar de todo, nunca perdí las esperanzas.

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Ese día que lo conocí estaba sumamente aburrida y tomé la sabía decisión de visitar aquel parque.

En mi alegre caminata no podía evitar saludar a todos.

-¡Buenos días!- Con voz muy alegre, saludo al grupo de señoras, amigas de mi mamá.

-Oh! buenos días pequeña.

-Tan linda.

-Es idéntica a su madre.

-Verdad que sí.

Las escuchó murmurar desde lejos alabarme encantadas por mi ternura.
Las ignoro y sigo con mi camino, al poco tiempo me había acostumbrado de sus exageraciones.

Una vez que llegó al parque me pongo a inspeccionar el lugar. Me gusta jugar a desenterrar cosas perdidas y las guardo en mi guarida secreta que arme con mucho esfuerzo y sudor.

Nunca le comente a nadie en donde estába mi guarida porque, bueno, era un secreto. ¿No?

Un tarereo sale de mi boca mientras excavó la tierra con un palo que encontré por ahi tirado.

¡Crak!

-¿Mmm?

Giro mi cabeza mirando a mi alrededor. Había escuchado el sonido de una rama romperse.

Me levanto lentamente cuando lo veo a.... él....Nuestras miradas estan fijas, era como si el mundo se detuviera, éramos solo nosotros dos, mis ojos brillaban al verlo y los de él también, fue como un click inesperado.