Esta es la tercera parte de la historia.
Zee Pruk es un temible alfa multimillonario y muy poderoso. A lo largo de su vida se ha ganado muchos enemigos y también a levantado muchas envidias. Un día todo cambia y de un momento a otro se encuentra sol...
El omega y su hija iban caminando por el camino pero en cuanto esta visualizó la granja y a al alfa, echó a correr muy impaciente.
-¡Zee!,¡Hola Zee!,
Este muy sonriente la esperó con los brazos abiertos.
-Siento no haber venido antes pero mi papi estaba muy ocupado-dijo la pequeña tras alcanzarlo y subir a su regazo.
-Hola preciosa, que alegría verte...Seguro que Rayo se va ha poner muy contento-dijo este abrazandola y luego dejándola de nuevo en el suelo para que fuese a ver al caballo.
El alfa entonces volvió a mirar hacia el camino y sintió su corazón acelerarse al ver venir caminando al hermoso, el cual traía una corona de flores en el pelo, obra de la pequeña.
-Oh joder, Saint eres un jodido ángel y cada vez que te veo mi corazón estalla-susurró en un suspiro ahogado.
-Hola Zee-dijo el castaño al llegar junto a él.
-Ho-Hola...emm... esas flores te hacen ver realmente increíble.
El omega sonrió tocándose la corona y no quería ser evidente pero sintió calor en sus mejillas, había pasado nuevamente su celo y por eso también había evitado visitar al alfa.
-Estaremos solo un momento, la niña se empeñó pero yo tengo mucho trabajo en la granja... Quiero terminar la siembra antes del fin de semana.
El alfa lo miró con el ceño fruncido.
-Pero ¿Por qué no me has pedido ayuda?, yo encantado lo haré.
-Tú ya estás muy ocupado con todo esto, no quiero molestarte y adem...
-No digas tonterías Saint- le interrumpió este-...puedo echarte una mano si quieres, los dos iríamos mucho más rápido.
El omega sonrió nuevamente pues Zee tenía razón pues él solo no acabaría en ese plazo y mucho menos si su hija quería irse de visita a cada rato y lo entretenía.
-Está bien, acepto entonces tu ayuda, muchas gracias-dijo finalmente.
El alfa tenía una pregunta rondandándole la cabeza desde hacía tiempo pero dudaba si formularla, ya que no sabía si el omega se enfadaría, aunque no quería vivir con eso más tiempo pues odiaba pasar las noches en vela por culpa de los celos que sentía.
Ver al alfa nervioso y vulnerable le resultaba tierno y cada vez comprobaba con más agrado que ya no era el mismo alfa egoísta, engreído, orgulloso y ambicioso, el cual había conocido en el pasado.
-Si claro, está bien dime.
-Emm...y-yo quería sa-saber...emm ¿q-qué significa Jimmy en tu vi-vida?.
El castaño lo miró fijamente, el alfa bajó sus ojos al suelo y parecía estar temblando e incluso desprendía un leve olor a tristeza que hizo que este entendiese su preocupación.
Zee estaba celoso y eso solo significaba una cosa y era que el alfa volvía a sentir cosas por él pero eso lo asustaba, así que decidió mentir ya que no quería que se hiciese ilusiones.
-Jimmy es...es alguien muy importante para nosotros y me recuerda muchísimo a Perth... Estamos bien juntos y pronto volverá.
Zee sintió su corazón descrebajarse en mil pedacitos y entonces apretó los puños con fuerza para no soltar un gruñido desgarrador, se odiaba a si mismo por haber sido tan estúpido y perder al omega antaño.
Estaba claro para él, que Saint solo lo veía como a un simple vecino y no tenía intención alguna de abrirle su corazón.
-E-Entiendo...bue-bueno...emm... ma-mañana iré a tu granja...emm te ayudaré...haré de buen vecino-dijo finalmente entristecido, alejándose para entrar en el establo, dejando al omega bastante arrepentido de lo que había dicho.
-No Saint, no puedes mezclarte de nuevo con él-se dijo el omega a sí mismo-.....te hizo sufrir mucho y tú no quieres volver a pasar por eso ¿verdad?....mucho menos hacer sufrir a Anne si sale mal...La mentira con Jimmy es un buen escudo por el momento, ya me inventaré algo después... no puedo volver a caer...no puedo-intentaba autoconvencerse este pues sabía que jamás había dejado de sentir cosas por el alfa.
La pequeña salió corriendo del establo seguida de Coco, estaba muy feliz de volver a ver a su otro amigo de cuatro patas, aunque cuando llegó a junto su padre esta se le quedó mirando molesta.
-¿Qué ocurre cariño?, ¿Por qué me miras así?.
-¿Has regañado a Zee verdad?, ¿Qué le has dicho?.
Saibt se quedó bastante sorprendido por la recriminación de su pequeña hija.
-¿Por qué dices eso?, sólo hemos hablado.
-Pues está muy triste y olía distinto, no me gusta que tenga ese olor... Algo le dijiste papi... Él es bueno y nos quiere, no debes regañarlo-le dijo muy enfada.
El omega rió con sorna.
-Vaya, te recuerdo que tu padre soy yo y no puedes hablarme así ¿qué eres ahora, la defensora de Zee o algo así?... Anda deja los temas de mayores y mueve el culo, que tengo muchas cosas que hacer señorita-dijo el omega algo molesto también.
La niña torció la boca con una mueca y acto seguido soltó un bufido, aunque finalmente obedeció y comenzó a caminar delante del omega mientras Coco corría de un lado a otro del camino jugando con las mariposas que se encontraba.
El regreso a casa fue totalmente en silencio, Saint estaba que lo llevaba el demonio pues al parecer su hija se había propuesto llevarle la contraria a cada rato.
La verdad es que Perth siempre había sido un excelente mediador entre ellos y la relación de este con la pequeña era inmejorable, ella siempre se había entendido mucho mejor con el alfa que con él.
Pero Perth no estaba y debía encontrar el modo de entenderse con ella o a la larga terminarían diciéndose cosas que los lastimarían mucho.
-Anne-habló este antes de llegar a su granja-...Cariño háblame... no quiero que te enfades conmigo... Soy tu papi, soy tu amigo, no tu enemigo, anda dime algo-Le rogó.
La pequeña entonces se paró y se giró.
-Yo no quiero discutir más contigo papi pero a veces no me gusta como eres conmigo y con Zee... No entiendo porqué no te gusta, a mi me gusta mucho y ¿sabes que?-dijo ya sonriendo la niña.
-¿Qué mi amor?-preguntó intrigado el omega.
-Pues que quiero que te lleves bien con Zee, porque ya no quiero que sea mi padre.
-Ah no... ¿y eso?
-Pues porque cuando yo sea mayor, quiero que el sea mi marido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
