Capítulo 76

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En la oscuridad de la habitación, sin necesidad de nada más, se abrazaban sobre las arrugadas sábanas de la cama que tenía el aroma de ellas más que nada. No era solo el olor del sexo, era el aroma del amor. Era el aroma de la unión de ellas, de cómo se complementaban. Cómo se tenían. A pesar de todo el consuelo del mundo de estar de vuelta en los brazos de la mujer que amaba, Macarena se sentó en la cama, tentada a cubrirse con la sábana, pero solo fue para elegir una canción en su celular.

- Vuelve a vivir conmigo.

Los ojos azules se encontraron con los marrones en la oscuridad.

- ¿Qué ?

La mujer no vaciló, no se debilitó, al contrario, estaba sonriendo y con certeza brillando en sus ojos color chocolate. Macarena vio que se acercaba a la cama hasta que, nuevamente, la única opción era sentarse en su regazo. La sujetó por el cuello para que Macarena no tuviera oportunidad de apartar la mirada de ella.

- Vuelve a casa.

De alguna manera, Macarena no podía creer que estuviera pasando, así que repitió la pregunta:

- ¿Qué?

- Vuelve a casa. Vuelve a mi. A nuestra cama.

- ¿No crees que de nuevo vamos demasiado rápido?

- Tenemos nuestro propio tiempo, mi amor. No hay nada rápido, lento, constante, somos lo que somos aquí y ahora. Y yo soy tuya. Tú eres mía. Basta de sufrimiento, ¿no crees?

- Si...

- Entonces regresa. Y ya no te vayas. No te dejaré salir nunca más. Me equivoqué al dejarte salir la última vez.

- Tu no te equivocaste. - dijo la mujer y acarició su rostro moreno con dedos delgados. - Fui yo la que se equivocó al dudar de ti. Graziela lo orquestó todo y caí, pero ahora ya se acabó.

- Sí, se acabó. - Dijo la morena con explícito alivio incluso en sus ojos en la oscuridad. - Vuelve. Quédate.

- Y yo a donde debería pedirte que te quedes.

- Pregunta y me quedaré donde quieras.

Macarena puso los ojos en blanco, pero Bárbara no dejó que la mujer se apartara de sus brazos, ni de sus ojos, ni un segundo.

- No tengo muchos lugares que ofrecerte.

- Quédate conmigo, en nuestra casa. Tu lugar está aquí conmigo.

- Y si...

- No pienses en lo que no es real. - instruyó la morena y sus labios buscaron la mejilla de Macarena. - Piense en nosotras.

- Siempre simplificas todo.

- Te amo demasiado para dejarte escapar de nuevo. Quiero que me ames demasiado para no intentar escapar de nuevo.

Macarena agarró la cara de Bárbara, abrazándola lo más cerca posible de ella.

- Yo te amo. Demasiado. No huiré, mi amor. Nunca más. No te dejaré escapar ahora. No peleé ni la mitad de lo que merecías ...

- Ya no tienes que pelear. Estaremos juntas.

- Es todo lo que quiero, mi amor.

- Entonces regresa. Vuelve a casa. Vuelve a mi.

Macarena se alejó de nuevo.

- Pero ...

La inseguridad de Macarena hizo sonreír a Bárbara.

Tiró del rostro de su amado hasta que sus narices se tocaron.

- Regresa a casa, mi amor. Por favor.

El mar de tu mirada | Barbarena I Terminada I EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora