Le flaquearon las piernas y se vio obligado a arrodillarse delante del recién resucitado.
No había llegado a verlo morir, había tenido que apartar los ojos. Lo recordaba como si fuera ayer. Parado junto a Jimin, con los ojos fijos en el cuerpo oscilante de Yoongi, en como este se debatía entre la vida y la muerte, pataleando, haciendo esfuerzos vanos por seguir respirando. Llovía y Hoseok se había ido poco después de Jimin, incapaz de mirar por más tiempo. Quería que su último recuerdo de Yoongi fuese que había luchado hasta el final, aquel final del que no quería ser testigo.
¿Cómo era posible...?
-Él me salvó y cuidó de mí-explicó Yoongi, como si hubiera leído la incógnita en sus ojos.
El chico moreno y alto que tenía a su lado hizo una leve reverencia, pero no dijo nada.
-¿Por qué no lo supe...?-Hoseok se levantó, temblando, y acarició con ansia cada parte del rostro de Yoongi-Te he llorado tanto tiempo...Sí...sí, eres tú. Es un milagro...
Aunque apenas era capaz de controlar su cuerpo, Hoseok sonrió.
-Cada vez que sonríes, eso sí que es un pequeño milagro...-dijo Yoongi.
Hoseok sintió otros labios posarse sobre los suyos. Fue apenas un segundo, porque Yoongi se separó de él al instante, disculpándose. Y él interrumpió su disculpa y volvió a atraerlo hacía sí, para profundizar el beso. Estaba temblando de pies a cabeza, pero sabía lo que deseaba en aquel momento. Se dejó arrinconar contra la pared y comprobó que, efectivamente, Yoongi estaba muy vivo. Era algo completamente irreal, irrealmente maravilloso.
Aunque había habido pocas palabras entre ellos, porque habían cedido a impulsos reprimidos durante años, Yoongi y Hoseok tenían que hablar de muchas cosas. Era evidente que, si Yoongi había vuelto de entre los muertos, era porque no tenía intención de rendirse. Había esperado años antes de resurgir porque quería que le olvidaran un poco, pero su regreso no carecía de propósito.
Yoongi lo arrastró hacia una taberna de los suburbios donde pudieran hablar con tranquilidad. Namjoon, que así se llamaba el joven que le había salvado la vida, les siguió sin decir palabra. El príncipe recordó, después de observarle durante un buen rato, que había oído hablar de él hacía tiempo. Kim Namjoon era de origen humilde. Era un muchacho cultivado e inteligente, con un don para la palabra. Alentaba e inspiraba al pueblo, pidiendo un trato justo para ellos. A Agust no le habían gustado sus ideas ni sus directos ataques verbales contra él, y había hecho que le cortaran la lengua.
Hoseok estuvo a punto de atragantarse con su jarra de soju cuando Yoongi preguntó por Jimin. Ninguno de los dos sospechaba siquiera que el motivo de la traición del joven bailarín hubieran sido los celos, pero las razones eran lo de menos; las palabras de Jimin lo habían llevado a la horca.
-¿Es que ya lo has perdonado?
-Ha pasado mucho tiempo. No sé por qué demonios lo hizo, y desde luego no volvería a fiarme de él, pero pensé mucho en eso durante todo el tiempo que Namjoon y yo pasamos escondidos y exiliados. Jimin nunca lo tuvo fácil. Lo sé, lo sé...no pretendo justificarle. Cuando lo miraba solo quería protegerlo y, al final, era a mí mismo a quién hubiera debido proteger. Pero se veía...tan frágil, tan vulnerable, tan bonito...
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The king and the dancer
Fiksi PenggemarA Min Yoongi lo mataron. Y Park Jimin todavía siente su sangre en las manos. (MY + JH + PJ) Portada hecha por @jungxkookxflw