Regreso a Elerianna

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Andrew se despertó desconcertado y sin comprender que pasaba, hasta que descubrió que el lugar en el que se encontraba era su propia cama y vestido con uno de sus pijamas.

Ni siquiera recordaba cómo había acabado allí, lo último que recordaba era morir, cuando el báculo de Seth absorbió sus últimos puntos de vida al lanzar un rayo de luz oscura que impacto en la puerta haciéndola explotar.

Salió de la cama y se dirigió al baño para darse una buena ducha, se encontraba cansado y dolorido y aunque al principio no sabía el por qué, luego recordó que tenía la máquina con la tasa de asimilación al 100% de cuando jugó durante la noche con la elfa y luego se había olvidado de bajarla de nuevo y cuando, durante la batalla contra Apofis, se sintió morir de verdad y fue una experiencia totalmente aterradora que reviviría cada vez que cerrará los ojos.

Después de desayunar y antes de volver a conectarse al juego decidió transcribir todas las vivencias de lo que le había pasado en juego hasta ese momento y las grabó todas en voz,   que era su método habitual de trabajo, primero grababa todas las ideas que se le ocurrían del libro actual que estaba escribiendo y luego, una vez delante del ordenador, ordenaba esas ideas locas hasta convertirlas en el libro, él sabía que muchos escritores de este tipo eran los llamados ESCRITORES DE MAPA: planifican todos los libros hasta la última coma, pero eso le quitaba parte de la sorpresa al libro, él en cambio era un ESCRITOR DE BRÚJULA: sabía dónde iba y, salvó algunas cosas que influian en el camino, todo podía pasar, era una aventura llena de sorpresas el llegar hasta allí.

Después de trabajar durante varias horas decidió ponerse en contacto con la compañía LigthShield antes de volver al juego, pero no hubo manera de hacerlo, pues cada vez que llamaba, una voz automática le decía que no existía usuario con esa numeración.

No sabía exactamente cuánto tiempo habría pasado en Elerianna, se lo habían explicado, pero no lo recordaba, solo sabía que llevaba unos diez o doce días allí, pero en la Tierra apenas si había pasado medio, así que suponía que sería 24/1.

Había muerto en el juego, eso significaba que había perdido toda la experiencia acumulada desde que había subido por última vez de nivel.

La última vez que lo había mirado, había subido a nivel 10, pero tenía una cantidad enorme de puntos de atributo que aún no había podido distribuir

Andrew suspiro con resignación y se recostó en la camilla, conectándose a Elerianna, pero antes bajo la tasa de asimilación al 60% ya que no quería ninguna sorpresa desagradable al regresar, ya que no tenía ni idea el punto de resurrección.

Andrew se despertó sobresaltado, no sabía dónde estaba, pero estaba tumbado sobre madera y tapado con una fina sábana de lino y el suelo parecía moverse con un ligero vaivén y su armadura estaba ordenada a su lado.

Se levantó lentamente, pero no era que el suelo se estuviera moviendo, iba en una barca hecha de junco y vió asombrado que estaba en la nave de Ra ya que Seth, el Dios del desierto, estaba en la proa, pero en vez de estar báculo en mano y atento por si surgía algún peligro en la Duat se le veía relajado y tranquilo apoyado contra mástil y mirando al infinito.

El dios se dio la vuelta al sentir la mirada del aventurero en su espalda y sonrío.

-Buenos días en breve saldremos de la Duat y te dejaremos en tierra, los cielos no están hechos para un mortal como tú -habló con una voz susurrante como el viento en el desierto en consonancia con la voz grave con lo que había hablado anteriormente a Godrik y al resto de aventureros.

-En teoría, hijo mío -trono una voz grave qué hizo temblar de terror el corazón de Andrew- la Duat, el lugar de descanso de los muertos, tampoco es un lugar donde los mortales puedan sobrevivir y si no hubiera sido por ellos Egipto habría caído bajo el terror y el caos que hubiera ocasionado el dios demonio apophis.

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