Crueldad. Tercera parte

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Jiang Wanyin manejaba rápido y con total concentración. Su mirada enfocada en el camino, aunque de vez en cuando echaba un vistazo hacia su derecha, donde su acompañante observaba como un depredador al auto que les perseguía. No mostraba señales de atacarlos, aun así, llevaba tiempo que seguía a Jiang Cheng.

- ¿Quiénes más aparte de los Wen podrían estarnos siguiendo? – Huaisang llevaba el arma entre sus manos y, notó después Sandu, un cuchillo decorado con joyas - ¿Acaso te has hecho de enemigos, ChengCheng? –

- No, al menos no que puedan reconocer mi rostro – dio vuelta, tratando de guiarlos hacia un lugar que les favoreciera - ¿Puedes ver algo? –

- No mucho en realidad, pero más de tres personas si van en ese auto –

- Escucha, sé que puedes defenderte, pero... - Cheng le miró, con una mejilla sonrojada – Me gustaría que no te hicieran daño... -

- ChengCheng, nadie va a herirme – le dijo, para después sentir como bajaba la velocidad del auto - ¿Dónde estamos? –

- Cerca de un arroyo, lo conozco muy bien, así que tendremos ventaja... -

El auto se detuvo y ambos bajaron del mismo. Wanyin tomó de la mano a Huaisang y lo guio hacia un punto oscuro, ahí pudieron apreciar las sombras de aquellos que les seguían. Agitador no se equivocaba al decir que había más de tres personas en el auto. Lograron ver seis sombras tratando de encontrarlos.

Por las siluetas pudieron deducir que había solo una chica entre ellos. Cheng apretó la mano de Huaisang, entonces susurró "por la izquierda" y ambos saltaron sobre ellos.

Aunque aquellos seis individuos iban armados, fue fácil para la dupla desarmar a cinco de ellos, entonces Huaisang se dio cuenta que los movimientos de todos se habían detenido, y que Cheng tenía su arma apuntando a la cabeza de uno de ellos.

Miró en dirección a la chica, pues al parecer era quien lideraba al grupo - ¿Quién interrumpe la cita con mi novio? –

¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬

Wen Qing caminaba por las calles, su mochila estaba firme en sus hombros y en sus manos llevaba una navaja. Las calles que recorría eran oscuras y solitarias, lograba escuchar de vez en cuando disputas de las personas o disparos.

Mantenía su celular en la otra mano, solo por emergencia. Entonces éste vibro. Miró por unos segundos la pantalla, antes de llevárselo al oído y contestar.

- Tío Ruohan –

- A-Qing – le llamó aquel hombre – Tengo una noticia importante que darte – la voz del hombre era calmada, aunque ella pudo notar, había un toque de enojo, de ira.

- ¿Qué pasó? – la respiración de la chica comenzó a acelerarse, sin saber realmente porqué.

- Se han llevado a tu hermano – sus latidos aumentaron – No sabemos quién fue, pero dejó una nota – un escalofrío recorrió su espalda – Esa persona quiere que liberemos a los demás chicos, por supuesto que es algo que no podemos hacer... -

Recordó las indicaciones del tipo, lo que el sobre contenía. Su hermano estaba a salvo, pero Wen Ruohan no lo sabía. Era su turno de fingir estar del lado de su tío.

- No puede dejar a Ning solo – fingió llanto – No puede solo rendirse... usted prometió... -

- Prometí cuidarlo A-Qing – ese era el tono que usaba para decirle que debían estar agradecidos – Pero esto se salió de control, tú sabes que no puedo arriesgar esta misión –

- Se lo suplico tío – su voz sonaba más desgarradora – Haré lo que sea, cualquier cosa, pero... -

- ¿Cualquier cosa? –

En tonos grises (ChengSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora