The last night-One Short (Second Reich x Imperio Ruso)

Un final similar.

Entre más obscura es la noche, más brillantes son las estrellas.

Año 1918 Día de la ejecución de la familia Romanov, junta con la desintegración del gran imperio ruso. Apenas han pasado unas cuantas horas desde que se anunció en todos los medios acerca de la muerte del imperio ruso, junto con la familia Romanov, en los periódicos aparecen simplemente las imágenes de dónde fue el lugar de la ejecución.

Hace algunos años atrás dos imperios, participes de la llamada "gran guerra" ambos siendo del lado contrario, eso no evito que ambos sintieran atracción hacia el contrario. Cada vez que se podía dar la oportunidad ambos se juntaban, pero cuando pasaban los días se tenían que regresar a su respectivo país.
Un diciembre del año 1916 en una pequeña junta del bando llamado "tiple entrante" el antes imperio ruso había asistido pero con un ligero inconveniente, una revolución apenas se estaba haciendo presenté en su gran extensa nación, mientras el estaba con su actual zar, el más conocido como Nicolás ll, quien también era el legado de sus antiguos zares de apellido "Romanov", la diferencia se notaba a simple vista, él era más influenciable que los demás, su mentalidad débil demostraba lo fácil que era manipular. En cuanto acabo esa junta con su respectivo equipo, en vez de regresar a su nación; decidió ir al país casi vecino, donde su esposo germánico vivía, cómo era costumbre de cada diciembre ir a visitarlo, ya era casi navidad, era la única oportunidad que tenía para verlo, estar en su presencia y entre sus brazos; al ser de otro lado no se podía quedar los días 24 y 25, ya que él los celebraba con su hijo de apenas 10 años, tenía un mal presentimiento acerca del desarrollo de su hijo, que estuviera creciendo rápido era señal que algo estaba apunto de ocurrir, la maduración de un niño de diez años no era normal, el imperio sabía que ese desarrollo se debía lo sabía desde hace años con la muerte del gran zarato ruso, tal vez en cualquier momento sería la última vez que estaría junto a él siendo aún un pequeño niño; el imperio tenía a dos personas realmente importantes en su vida, tenía que reparar las cosas antes de que fuera demasiado tarde.
Una vez en diciembre era cuando podía estar junto a su esposo, pero nadie e incluyendo a su hijo sabían acerca de ese matrimonio, simplemente iba hacer un secreto que se llevaría hasta el ataúd, nadie tenía que saber que los enemigos eran más que eso, tal vez la guerra habría tenido un curso diferente.
El año se había pasado tal cual pólvora en el aire, cada vez las visitas se hacían menos constantes.

año 1917...
Apenas en año iba transcurriendo cuando llegó febrero; la primer revolución había hecho su acto decisivo, cada vez los zares eran menos queridos, Incluyéndose a él mismo, de alguna u otra manera necesitaba acudir al país germánico, era su deber de informarle a su esposo todo lo que estaba pasando, había una posibilidad de ya no volver a verlo después de esta revolución, aunque eso significara desafiar a su zar, iba a ir al país alemán. Uno, dos, tres; tres meses en los que no había ido a la nación germánica, ya no sabía que hacer con todo lo que estaba sucediendo, su hijo de ahora 18 años ya se había dado cuenta de aquello, el antes menor se había dado cuenta de los pocos días que le quedaban a su padre, estaba consiente de que eso no era buena señal, a pesar de no tenerle tanto cariño como se acostumbraba; el amor de un hijo a su padre no puede ser negado incluso en estás situaciones.

Junio 1917.
Después de tantos meses de espera al fin era tiempo de hacer algo decisivo en su vida. visitar al de origen alemán, el contrario lo había recibido con una gran sonrisa, lo había extrañado como el ruso no tenía idea, estaba realmente preocupado de que algo malo le hubiera pasado, a él también le preocupaba, la gran guerra ya tenía tres años desde que había comenzando, no se sabía cuánto más iba a durar, al germánico ya se le notaba estresado, el imperio Zarista se había dado cuenta de eso en cuanto entro a la residencia del contrario, era la primera vez que duraba más de un día en ese país, normalmente se iría después de algunas horas, Pero ahora no había sido de esa manera. Tres días estuvo haciéndole compañía al germánico, en su actitud se notaba un ligero cambio de personalidad, la presencia del zarista era algo que le relajaba al alemán, un simple abrazo, caricia, Incluyendo un beso era más que suficiente para que el alemán estuviera relajado; lamentablemente esa relajación no duró mucho, desde ese día solo podía hablar con el ruso a partir de cartas; sin embargo, la comunicación también se le complicaba al alemán, por el simple hecho de que la guerra ya estaba en su contra, ya no se veía que fuera a obtener la victoria para su nación, aún así el orgullo del germánico era más grande, no se iba a echar para atrás tan fácilmente.